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La curva de contagios se estabiliza y aleja por ahora los confinamientos duros
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"Esperamos que se mantenga", dice Simón

La curva de contagios se estabiliza y aleja por ahora los confinamientos duros

La incidencia acumulada se estanca y los nuevos casos diarios caen levemente. Hace un mes sucedió lo mismo y la situación empeoró en las siguientes semanas

Foto: Una persona se somete a un test de covid-19 en Arriate (Málaga). (Reuters)
Una persona se somete a un test de covid-19 en Arriate (Málaga). (Reuters)
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La evolución de la pandemia del SARS-CoV-2 desde comienzos del verano ha sido tan diferente en España con respecto al resto de países europeos que para algunos ya está en la tercera ola y no en la segunda. Los contagios se dispararon cuando el resto del continente disfrutaba de algo parecido una tregua a la espera del otoño. La llegada del frío también ha tenido su impacto aquí, pero el ritmo de crecimiento está siendo más lento. En los últimos días, se aprecia un estancamiento, lo que refuerza la postura del Gobierno de retrasar todo lo posible un confinamiento domiciliario. La duda es si se ha alcanzado el pico o si, como pasó hace unas semanas, se trata solo de una onda de esta ola epidémica.

El Ministerio de Sanidad notificó este martes 17.395 casos, la cifra más baja desde el 20 de octubre. Esa mejora (no en hospitalizaciones ni en muertes) encaja en el tiempo con las medidas adoptadas en casi todo el país con el estado de alarma, pero la experiencia reciente obliga a pisar el freno antes de afirmar que la situación está mejorando.

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Retrocedamos al 15 de octubre. Ese día, en una de las dos ruedas de prensa que da a la semana, Fernando Simón dijo que probablemente se estuviera llegando a una estabilización y quizás al comienzo de un descenso. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) se apoyaba en los datos de incidencia acumulada (casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días), que en las tres semanas anteriores habían dejado de crecer. En la primera semana de octubre, las comunidades notificaban menos casos que a mitad de septiembre.

Simón no acertó en su diagnóstico. Los nuevos casos diarios empezaron a subir hasta duplicarse: de una media de 10.000 se pasó a una de 20.000. Menos de un mes después, la incidencia acumulada en España es más del doble que entonces.

Ahora, la situación es similar. Las cifras llevan unos días mejorando. El primer gráfico de este artículo reproduce la parte superior del histograma que abre la portada de El Confidencial: la media de siete días de la evolución diaria de los casos notificados por Sanidad. Ya lleva una semana descendiendo. Un descenso suave, cierto, pero un descenso. Fernando Simón habla de "una clara estabilización". "No sabemos si se va a mantener, esperamos que sí", dijo este martes. La incidencia acumulada se ha mantenido entre los 520 y los 530 casos por 100.000 habitantes desde el comienzo de noviembre.

Hay un argumento a favor de que la mejora sea real: en las últimas semanas, se han adoptado medidas bastante restrictivas y este descenso puede ser su consecuencia. El 25 de octubre, entró en vigor el estado de alarma, que dio cobertura a las comunidades para aplicar un toque de queda y confinar perimetralmente todo o parte de su territorio. Desde hace dos semanas, en casi todo el país están vigentes esas dos restricciones. Ese es el periodo mínimo a partir del cual se deben empezar a notar los efectos de ese tipo de medidas.

La semana pasada, varias comunidades pidieron al Gobierno que las habilitara para poder decretar el confinamiento domiciliario. Asturias incluso solicitó el confinamiento domiciliario de manera formal. El Principado, que salvó bastante bien la primera ola, está ahora en su peor momento desde el inicio de la pandemia. La incidencia acumulada sigue creciendo (515,35 casos por 100.000 habitantes, según los últimos datos publicados por el ministerio) y la presión hospitalaria es mayor que en marzo y abril. Pero no todas las comunidades están en la misma situación. Las que primero tomaron medidas drásticas (antes del estado de alarma), como Aragón, Navarra y Cataluña, ya están notando un descenso en el número de casos. El descenso de esa y otras, como, Madrid, compensa el incremento de otras la tendencia es aún ascendente.

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Ante la solicitud de confinamiento domiciliario, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pidió tiempo. "Se están tomando un conjunto de medidas con base en indicadores que hay que evaluar con rigor, y para eso se necesita un plazo de entre dos a tres semanas", dijo. El ligero descenso parece darle la razón al Gobierno, pero el de la incidencia es solo uno de los indicadores que se tienen en cuenta para evaluar la situación. Las hospitalizaciones están en una meseta y las muertes alcanzan cifras récord desde la primera ola. El efecto de las restricciones en ambos indicadores tarda más en observarse. Madrid, que lleva mes y medio mejorando, aún ronda el 40% de ocupación de sus camas UCI por pacientes de covid-19.

Muchas comunidades han alargado las restricciones, por lo que si el descenso es debido a esas medidas, es probable que continúe en las próximas semanas. "Las medidas del estado de alarma son muy importantes y muy restrictivas, pero tenemos que ir evaluando constantemente la evolución con los territorios", explicó Simón.

"Cuanto más restrictivas sean, mayor impacto en el control de la epidemia, pero también más impacto social y económico", añadió el director del CCAES, que fijó una incidencia de 200-250 casos por 100.000 habitantes como objetivo. A partir de ahí, junto con otros indicadores, el documento aprobado el mes pasado por el Gobierno y las comunidades establece un riesgo muy alto y propone adoptar medidas como las que están en vigor. Ahora mismo, solo Canarias tiene una incidencia inferior a 250 casos por 100.000 habitantes en 14 días.

La evolución de la pandemia del SARS-CoV-2 desde comienzos del verano ha sido tan diferente en España con respecto al resto de países europeos que para algunos ya está en la tercera ola y no en la segunda. Los contagios se dispararon cuando el resto del continente disfrutaba de algo parecido una tregua a la espera del otoño. La llegada del frío también ha tenido su impacto aquí, pero el ritmo de crecimiento está siendo más lento. En los últimos días, se aprecia un estancamiento, lo que refuerza la postura del Gobierno de retrasar todo lo posible un confinamiento domiciliario. La duda es si se ha alcanzado el pico o si, como pasó hace unas semanas, se trata solo de una onda de esta ola epidémica.

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