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Santa Cruz, Málaga... El transfuguismo pone a prueba las relaciones PP-Ciudadanos
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Santa Cruz, Málaga... El transfuguismo pone a prueba las relaciones PP-Ciudadanos

Mientras la moción en Santa Cruz de Tenerife prosperará en dos semanas, el partido de Arrimadas exige al PP una rectificación en Málaga. Lejos de Madrid, algunos pactos se resienten

Foto: Pablo Casado (i), Inés Arrimadas, el secretario de Organización del PP, Teodoro García Egea (2d), y el secretario general del grupo parlamentario de Ciudadanos, José María Espejo-Saavedra (2d). (EFE)
Pablo Casado (i), Inés Arrimadas, el secretario de Organización del PP, Teodoro García Egea (2d), y el secretario general del grupo parlamentario de Ciudadanos, José María Espejo-Saavedra (2d). (EFE)

El debate sobre el transfuguismo vuelve a estar encima de la mesa y las distintas interpretaciones que los partidos hacen del fenómeno están poniendo a prueba algunos de los pactos locales y provinciales alcanzados después de las elecciones de mayo de 2019. Ciudadanos no niega su preocupación ante casos que van en aumento dentro de sus filas y considera indispensable que las formaciones políticas “se alejen de prácticas” que ve contrarias a la regeneración de la vida pública.

Este miércoles, se debatirá en un pleno extraordinario de la Diputación de Málaga una moción del partido naranja en la que insta a todas las fuerzas a cumplir los principios del pacto antitransfuguismo. En realidad, la propuesta no es más que un golpe en la mesa para que el PP, del que son socios tanto en la Diputación como en el ayuntamiento malagueño, dé marcha atrás al nombramiento de su exconcejal Juan Cassá como portavoz del equipo de gobierno y responsable de Relaciones Institucionales.

El caso de Málaga tiene miga. El que fuera candidato naranja en las pasadas municipales dejó la formación de Inés Arrimadas en el mes de mayo poniendo en riesgo, entre otras cosas, la estabilidad del Gobierno municipal. La mayoría absoluta está fijada en 16 concejales (14 son del PP y los otros dos, de Ciudadanos), y la conversión de Cassá a concejal no adscrito preocupaba mucho al alcalde popular, Francisco de la Torre. Por eso, decidió dar un paso al frente para encajar al exedil naranja y amarrar su apoyo definitivamente.

Foto: La portavoz de Ciudadanos (Cs), Melisa Rodríguez, anunció la medida tomada. (EFE)

Una decisión que indignó a la dirección nacional naranja, que cree indispensable dejar fuera del Gobierno a Cassá. Por eso, los portavoces en el consistorio y la Diputación, Noelia Losada y Juan Carlos Maldonado respectivamente, pasaron a la acción ayer, subiendo el tono y dejando claro que en Ciudadanos no contemplan otra salida que una rectificación del PP. Fuentes cercanas a la cúpula naranja reconocen a este diario que la ruptura no está encima de la mesa. La idea no es poner en riesgo el acuerdo en Málaga, un territorio clave para los naranjas, pero sí afirman que los populares no pueden seguir por el camino emprendido.

El PP, en cambio, no ve transfuguismo. Entiende que la marcha de Cassá de Ciudadanos no ha tenido un efecto como tal en el Gobierno provincial, ya que mantiene su apoyo y que, por tanto, no va en contra de los intereses del pacto. La relación entre socios se empieza a resentir entre reproches mutuos y coincide en el tiempo con otro caso muy sonado: el de Santa Cruz de Tenerife.

Precisamente, la dirección nacional que dirige Arrimadas decidió este lunes expulsar del partido a la concejala canaria Evelyn Alonso, después de que firmara junto a Coalición Canaria y el PP una moción de censura para descabalgar a la socialista Patricia Hernández del ayuntamiento y devolver el bastón de mando al nacionalista José Manuel Bermúdez. La edil naranja —que ya no forma parte del partido— tomó posesión del acta el pasado viernes y su primera decisión fue desobedecer las directrices de la cúpula y aliarse con nacionalistas canarios y populares.

placeholder Los concejales de Coalición Canaria y Partido Popular en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife José Manuel Bermúdez (i) y Guillermo Díaz (d). (EFE)
Los concejales de Coalición Canaria y Partido Popular en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife José Manuel Bermúdez (i) y Guillermo Díaz (d). (EFE)

Aunque el PP insiste en no dar por seguro nada hasta que la moción esté firmada, fuentes de la dirección nacional reconocen que los visos de legalidad están y que el acuerdo político también se encuentra cerrado. La única duda es si la exconcejala de Ciudadanos podría cambiar de idea. En el partido de Arrimadas, sin embargo, dan por hecho que saldrá adelante. No ven ningún margen de rectificación y los puentes con Alonso están completamente rotos. Ni siquiera respondió al teléfono durante días y declinó cualquier tipo de conversación con su partido. La moción está firmada ante notario a modo de compromiso y se hará efectiva el 13 de julio, cuando se vote oficialmente en el pleno.

El caso ha indignado especialmente a Ciudadanos, mientras que el PP tampoco lo considera un caso de transfuguismo. Entienden que se trata de una concejala nueva que llegó al cargo hace solo unos días, y defienden que tránsfuga habría sido si la decisión la hubiera tomado el otro concejal que dimitió y por el que entró en el consistorio Evelyn Alonso. Además, recuerdan que la situación de los ediles de Ciudadanos ya era convulsa en este ayuntamiento.

El pasado abril, el responsable de Urbanismo, Juan Ramón Lazcano (Cs), dimitía desde Cantabria, donde pasaba el confinamiento con su familia. Aseguró que se trataba de una decisión “ampliamente meditada” y alegó dos razones: la “situación de continua conflictividad” vivida desde la campaña electoral, que se había ido “acentuando” en los últimos meses, y, por otro lado, “no entender que los intereses políticos prevalecieran muchas veces por encima de los de los ciudadanos”.

Foto: De la Torre y Juan Cassá, en 2015. (EFE)

Lazcano había rehabilitado su relación con Ciudadanos tras un tiempo difícil. Tanto él como la otra concejala que obtuvo el acta tras las elecciones de mayo, Matilde Zambudio, decidieron votar a favor de la investidura de la candidata del PSOE y poner fin a 40 años de gobiernos ininterrumpidos de Coalición Canaria. La instrucción de la dirección naranja (aún en manos de Albert Rivera) era que debían votarse a sí mismos y no respaldar a la socialista. Al hacerlo, el partido planteó la expulsión de ambos aunque, finalmente, recondujo la situación con Lazcano. Hasta que decidió marcharse.

Con la entrada de la nueva concejala, Ciudadanos estaba decidido a seguir dando estabilidad al Gobierno de Hernández y no contemplaba en ningún caso impulsar una moción de censura. El PP recuerda el episodio y sitúa la decisión de los naranjas como un nuevo “vaivén” que además enmarca en el nuevo entendimiento de Ciudadanos y PSOE en el Congreso de los Diputados. Los naranjas se quejan del planteamiento de los populares, alegan que su papel es solo el de dar estabilidad y reconocen que la preocupación del transfuguismo y el apoyo que reciben estas prácticas desde partidos como el PP están muy lejos de su postura. Lejos de Madrid y al margen de la coalición en el País Vasco, hay acuerdos que se resienten.

El debate sobre el transfuguismo vuelve a estar encima de la mesa y las distintas interpretaciones que los partidos hacen del fenómeno están poniendo a prueba algunos de los pactos locales y provinciales alcanzados después de las elecciones de mayo de 2019. Ciudadanos no niega su preocupación ante casos que van en aumento dentro de sus filas y considera indispensable que las formaciones políticas “se alejen de prácticas” que ve contrarias a la regeneración de la vida pública.

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