Es noticia
Citas clandestinas y cuarentena con clientes: las prostitutas, desprotegidas ante el virus
  1. España
UNAS 100.000 MUJERES EN TODA ESPAÑA

Citas clandestinas y cuarentena con clientes: las prostitutas, desprotegidas ante el virus

El coronavirus lo ha parado todo, también la prostitución, dejando a su suerte a miles de mujeres que la ejercen en españa, voluntaria o forzosamente

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

“Estamos desesperadas, no sabemos a quién acudir, nadie piensa en nosotras nunca pero ahora especialmente estamos completamente invisibilizadas”. Vera, prostituta de Murcia, no ha recibido llamadas de ningún cliente desde que empezó el estado de alarma. “Lo que más me preocupa es el alquiler, si esto se alarga no sé hasta cuándo podré pagarlo. Tengo compañeras que se han ido a pasar la cuarentena con un cliente por un precio reducido, y otras que siguen ejerciendo con clientes habituales porque si no, no tienen con qué vivir. Si esto se alarga tendré que hacer lo mismo, con precaución”.

Su situación se repite por toda España. Con el confinamiento, las luces de todos los clubes de carretera se han apagado, los pisos de alterne están más escondidos que nunca y los anuncios de prostitución ya no atraen a nadie. Nada diferente al resto de sectores si no fuese porque en la prostitución no hay ni ERTE ni ayudas sociales.

La crisis actual está siendo especialmente dramática para las víctimas de trata. Sin ningún ingreso, su deuda con las mafias sigue aumentando porque deben seguir pagando la ‘diaria’: la cuota que abonan por su alojamiento y manutención y que puede oscilar entre los 50 y los 70 euros. “A otras las están expulsando directamente de los pisos o burdeles, a pesar de que muchas vienen de fuera y no conocen otra cosa que el sitio donde las tienen: ni su entorno, ni el idioma”, explica Julene Larrañaga, portavoz de Médicos del mundo. “Ha bajado muchísimo la demanda, pero hace dos días nos pidieron más preservativos… Y a muchas no les queda otra que seguir ejerciendo”.

Su deuda con las mafias aumenta porque deben seguir pagándoles aunque no tengan ingresos

A pesar de que la actividad está paralizada, todavía hay quien se la salta. “Nos han llegado casos de ‘puteros’ que están montando fiestas particulares o que siguen con sus locales de manera clandestina. De hecho, lo que estamos viendo es que se las están llevando del centro de las ciudades al extrarradio, donde hay menos control policial”, señala Rocío Mora, trabajadora social de la asociación de ayuda a víctimas de trata Apramp.

Desde el inicio del estado de alarma, las ONG no pueden hacer las rutas donde controlan el estado de las mujeres dentro de las redes de prostitución, por lo que todos sus esfuerzos se vuelcan ahora por mantener el contacto a través de WhatsApp. “Tenemos mucho miedo de que se las lleven y las perdamos la pista, porque los proxenetas mantienen su poder y aislamiento para aumentar su deuda y poder mantener la explotación cuando el estado de alarma finalice”, añade Mora. “Algunas ni siquiera han oído hablar del coronavirus ni conocen las herramientas ni protocolos para evitar el contagio”.

Se las están llevando del centro de las ciudades al extrarradio, donde hay menos control policial

Por ejemplo, en un hotel del polígono Marconi (conocido en Madrid por la prostitución), descubrieron que proxenetas rumanos custodiaban bajo vigilancia a las mujeres en sus habitaciones para que no saliesen y, remitido el contagio, puedan ejercer otra vez. En otros burdeles, ha tenido que presentarse la Policía para que cesasen su actividad, ajenos al cierre de los establecimientos. “Hay un reclamo por parte del putero y las mafias se encargan de que sea accesible, porque son una materia prima más, desechable, para ellos”, añade Mora. “Y no les va a importar nada que cojan el coronavirus, igual que no les importa cuando se quedan embarazadas”.

A las circunstancias económicas y sociales se une además la elevada exposición al contagio en la que se encuentran. “Se está vulnerando su derecho a la salud. Estamos todos en alarma, nos piden alejarnos dos metros, y ellas siguen confinadas en clubs y con prostituyentes que siguen yendo”, apunta Larrañaga.

Foto:
TE PUEDE INTERESAR
Covid 19: Los héroes que plantan cara al Coronavirus
Héctor G. Barnés María Zuil Alberto Pérez Giménez Alejandro Mata Paloma Esteban Roberto R. Ballesteros

Sin ERTE ni ayudas

Hace unos días, el club de alterne catalán Paradise, el más grande de toda Europa, anunció un ERTE que afecta a 69 trabajadores. Ninguno de ellos es una trabajadora sexual. La prostitución no es una actividad reconocida en España, por lo que las mujeres que la ejercen no pueden regularizar su situación ni tener contratos en regla y, por tanto, recibir prestaciones sociales.

No quieren ir a los servicios sociales ni a bancos de alimentos porque temen dar sus datos y que los usen para deportarlas

Además, tampoco pueden acceder a las ayudas de emergencia debido a que la mayoría se encuentran en situación irregular. “No quieren ir a los servicios sociales ni a bancos de alimentos porque temen dar sus datos y que los usen para deportarlas, como ya ha pasado alguna vez. No entendemos por qué se los piden si no es para eso, solo nos consta que Cruz Roja en Madrid no lo está haciendo”, explica Concha Borrel, prostituta independiente y portavoz del sindicato no oficial de trabajadoras sexuales Otras, desde donde han lanzado una campaña de recogida de fondos para hacer frente a las necesidades de las mujeres que acuden a ellas. “Somos unas cien pero estamos ahora mismo atendiendo a todas las que podemos, afiliadas o no, porque hay muchas ya con problemas graves pagar el alquiler, la comida, o enviar dinero a las familias que dependen de ellas. Nos estamos teniendo que ayudar entre nosotras”.

Las que peor están, dicen, son las que ejercían directamente en la calle, que fueron las primeras en notar el descenso y en quedarse sin opciones para obtenerlos por otra vía. “Hay algunas que están empezando a ofrecer shows eróticos online, pero muchas no saben ni usarlo, no tienen internet o comparten habitación y no tienen espacio donde hacerlo”, añade Borell, quien calcula que su situación puede que no remonte hasta octubre. “Cuando se levante el confinamiento tardará un tiempo a notarse porque todavía habrá miedo al contagio. Y ya nos vamos a verano, cuando se van de vacaciones, septiembre tampoco porque hay muchos gastos… Es que no sé de qué vamos a vivir”, dice desesperada.

Muchas de ellas nos han dicho que quieren volver a su país de origen pero no tienen manera de hacerlo

Tampoco está claro qué ocurrirá con las mujeres que siguen viviendo en los burdeles a partir de este jueves. En España, se calcula que hay tres burdeles por cada hospital público, aunque oficialmente están registrados como hostales, por lo que les afecta el cierre de este tipo de locales, así como hoteles, que decretó el Gobierno el jueves pasado con una moratoria de una semana. “Por lo que sabemos y hemos consultado, estas mujeres tienen su domicilio ahí, viven ahí y en principio no podrían echarlas, pero no está claro tampoco”, añaden desde Otras.

“El Gobierno, que tan preocupado está por las ‘mujeres prostituidas’, no está ayudando a nada, nos han dejado fuera del paquete de medidas. Pedimos algo para poder salir del paso como el resto, una prestación o una renta básica como se está diciendo”, reclaman desde Otras.

Foto: Varios policías nacionales y guardias civiles aplauden en Santiago de Compostela al personal de urgencias del hospital Clínico. (EFE)

Según cálculos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en España podría haber cerca de 12.000 víctimas de trata, una actividad que mueve en torno a cuatro millones de euros diarios. Sin embargo, otras fuentes estiman que el número de prostitutas puede llegar a las 100.000 en todo el país, de las cuales algo menos de la mitad estarían dentro de redes de explotación. Desde las ONG reclaman para ellas que se las incluya en las políticas de apoyo económico y psicosocial así como alternativas habitacionales donde pasar la crisis. “Hace falta un apoyo urgente porque están alejadas de sus familias y redes sociales. Muchas de ellas nos han dicho que quieren volver a su país de origen pero no tienen manera de hacerlo”, apunta Larrañaga. “Se encuentran solas, invisibilizadas y ahora también, aisladas”.

“Estamos desesperadas, no sabemos a quién acudir, nadie piensa en nosotras nunca pero ahora especialmente estamos completamente invisibilizadas”. Vera, prostituta de Murcia, no ha recibido llamadas de ningún cliente desde que empezó el estado de alarma. “Lo que más me preocupa es el alquiler, si esto se alarga no sé hasta cuándo podré pagarlo. Tengo compañeras que se han ido a pasar la cuarentena con un cliente por un precio reducido, y otras que siguen ejerciendo con clientes habituales porque si no, no tienen con qué vivir. Si esto se alarga tendré que hacer lo mismo, con precaución”.

Prostitución
El redactor recomienda