Es noticia
En primera persona: "Mi padre murió en una residencia y ya no sé qué creerme y qué no"
  1. España
HIJO DE FALLECIDO CON CORONAVIRUS

En primera persona: "Mi padre murió en una residencia y ya no sé qué creerme y qué no"

Fernando perdió a su padre el día 18 y ha tenido que despedirse de él sin salir de casa. Al no haber estado junto a él, ahora no puede evitar cuestionarse todo lo que le han ido contando

Foto: Fernando Collado y sus hijos, junto a Faustino, fallecido con coronavirus el pasado miércoles.
Fernando Collado y sus hijos, junto a Faustino, fallecido con coronavirus el pasado miércoles.

Me llamo Fernando Collado, tengo 54 años y soy guardia civil. Mi padre Faustino, fallecido con coronavirus en Madrid, también lo era: estuvo destinado en Tarancón, Cuenca, y el último periodo lo pasó en la Academia de Oficiales de Aranjuez. Tras sufrir varios achaques, hacia 2007 ingresó en una residencia de Valdemoro, la DomusVi. Su compañero de habitación murió con Covid-19 hace dos semanas y, poco después, mi padre empezó a tener síntomas, pero ya no sé qué creerme: ¿le aislaron?, ¿le hicieron el test?, ¿lo intubaron? Es como estar en un pozo negro en el que no sabes diferenciar qué es verdad y qué no.

A sus 80 años, mi padre era diabético e hipertenso. Sufrió un ictus en 2003 y perdió la capacidad de hablar, pero seguía haciéndose entender, al menos a su manera. La última vez que nos reunimos toda la familia fue en navidades. A partir de ahí, el arranque de 2020 se puso cuesta arriba: le detectaron sarna y tuvieron que aislarle en la residencia, a lo que se sumó un herpes que le dejó toda la espalda en carne viva. Los enfermeros le decían a mi madre que nunca habían tenido un paciente tan duro. Él nunca se quejaba.

placeholder Faustino Collado, junto a su familia, en la residencia.
Faustino Collado, junto a su familia, en la residencia.

Cuando al fin parecía terminar esta mala racha, llegó la fiebre y nos dijeron que había dado positivo en el test de Covid-19. Nosotros preguntamos a la residencia por el personal que tenían y nos aseguraron que se habían trasladado varios sanitarios al centro. La Fiscalía dice que va a investigar las condiciones en las que se encuentran algunas residencias, pero llega tarde: aquí ha habido una falta de previsión por parte de las autoridades y el personal de los centros se está dejando la piel pese al riesgo de contagio.

Las visitas a mi padre se acabaron al dar positivo. También las de mi madre, que iba a diario. El 17 nos anunciaron que lo intubaban y el 18 nos confirmaron que había muerto. Entonces comenzó esta segunda parte: despedirse de un ser querido sin poder verle. Desde la residencia nos dijeron que no podíamos ir y que no nos preocupáramos, que si tenía un seguro de muerte le pasáramos el número de la póliza y ellos se harían cargo de todo. Así lo hicimos: metieron a mi padre en una bolsa aséptica y lo trasladaron a Illescas porque los tanatorios de la zona sur de Madrid están colapsados. A las once de la mañana del jueves, lo incineraron.

placeholder Faustino Collado, junto a su familia, en la residencia.
Faustino Collado, junto a su familia, en la residencia.

Lo de las cenizas ha sido otra historia. El jueves o el viernes de la semana pasada, no estoy seguro cuándo fue exactamente, le llamaron a mi madre para decirle que ya podía pasarse por el tanatorio de Valdemoro para recogerlas. A mí me lo contó mi hermana y exploté: le pedí el número de teléfono y les dije que era inhumano, que no podía ser que a una señora de 80 años le hicieran bajar a Valdemoro sin carné de conducir ni forma alguna para ir. Por suerte, me contestaron que no me alterase y a la media hora se las llevaron. Ahora mi padre ya está en casa.

Desde hace unas dos semanas yo también tengo los síntomas del coronavirus, pero no sé si estoy contagiado. He llamado al teléfono que dan y no sirve de nada. Tengo asma y en un primer momento pensé que sería por eso... Ya no lo creo. Estoy confinado con mi familia y no viene nadie a hacerme la prueba. No quiero el test para mí, sino para mis hijos y para mi mujer. Creo que el Gobierno no está gestionando todo esto bien, pero ese ya es otro tema y no quiero haceros perder el tiempo. Con todo lo de mi padre, me he sentido solo e impotente.

Me llamo Fernando Collado, tengo 54 años y soy guardia civil. Mi padre Faustino, fallecido con coronavirus en Madrid, también lo era: estuvo destinado en Tarancón, Cuenca, y el último periodo lo pasó en la Academia de Oficiales de Aranjuez. Tras sufrir varios achaques, hacia 2007 ingresó en una residencia de Valdemoro, la DomusVi. Su compañero de habitación murió con Covid-19 hace dos semanas y, poco después, mi padre empezó a tener síntomas, pero ya no sé qué creerme: ¿le aislaron?, ¿le hicieron el test?, ¿lo intubaron? Es como estar en un pozo negro en el que no sabes diferenciar qué es verdad y qué no.

El redactor recomienda