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En primera persona: "Es el momento más duro de mi carrera, y vivimos el 11-M"
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CRISTINA DÍEZ, DEL GREGORIO MARAÑÓN

En primera persona: "Es el momento más duro de mi carrera, y vivimos el 11-M"

La supervisora de la UCI del Hospital Gregorio Marañón reflexiona sobre su trabajo de las últimas semanas y agradece a la sociedad y a sus compañeros el esfuerzo realizado

Foto: Cristina Díez. (Foto: Hospital Gregorio Marañón)
Cristina Díez. (Foto: Hospital Gregorio Marañón)

Mi nombre es Cristina Díez y desde el 2014 soy la supervisora de Enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Gregorio Marañón, antes había sido enfermera de intensivos y he desarrollado toda mi trayectoria profesional en este hospital.

Este es el momento más duro de toda mi carrera profesional, y eso que hemos vivido el 11-M. Pero esto ha sido un descalabro para todos a nivel emocional, asistencial y personal. Una agresión muy fuerte a todas las maneras que tenemos de tratarnos, de enfocar la asistencia sanitaria. Nuestra UCI es de puertas abiertas, donde fomentamos la relación con las familias y el enfermo y vivir este aislamiento, tanto el de ellos como el nuestro propio, está siendo muy duro.

Solo tengo palabras de agradecimiento a toda mi gente, a todos los profesionales de otros departamentos que nos ayudaron cuando empezó todo y vieron la gravedad de la situación, cuando empezaban a llegar a la UCI pacientes que estaban muy malitos, y se dieron cuenta de que manejar a estos pacientes era complicado.

Hemos tenido alguna despedida de pacientes que no han sobrevivido y lo hemos hecho de la manera más humana posible

Desde el primer momento mucha gente del hospital nos decía "lo que necesitéis". Compañeras, enfermeros que no estaban trabajando que se ofrecían a venir, gran cantidad de muestras de cariño de familiares, de gente que sabe que somos sus ángeles. El refuerzo emocional es espectacular, es el motor que nos ayuda a seguir, porque no nos podemos abrazar ni besar.

Ahora las familias no ponen cara ni voz a las personas que cuidan a sus familias, y saben que los cuidamos, pero somos invisibles. Imagino a las familias que tienen a su ser querido en la UCI y que no saben qué les hacemos o si van a sobrevivir al día siguiente, y eso es muy duro porque no es nuestro día a día. Cuando llaman intentamos darle información, aunque solo sea decirles que siguen adelante.

Los médicos también se han organizado para dar la información a las familias. Hemos tenido alguna despedida de pacientes que no han sobrevivido y hemos intentado hacerlo lo más humano posible dentro de que no los pueden velar. Esa parte humana y emocional del contacto entre nosotros creo que lo llevamos peor. La carga asistencial o ponerte los EPI es una carga muy grande pero lo llevas. El dolor emocional es más fuerte.

placeholder Un camión del Hospital Gregorio Marañón se dispone a descargar material sanitario en el hotel medicalizado. (M.García)
Un camión del Hospital Gregorio Marañón se dispone a descargar material sanitario en el hotel medicalizado. (M.García)

Tenemos un equipo humano fantástico, nos queremos mucho, nos respetamos. Se han incorporado residentes que se han formado con nosotros para ayudarnos. Se están formando grupos de trabajo porque cuando los pacientes se ponen tan malos lo que les hace mantenerse es pronarlos y supinarlos, maniobras complejas que requieren mucho personal con médicos, enfermeras, auxiliares y el celador.

Es una prioridad que ellos estén protegidos, porque luego van a sus casas y tienen miedo a ser vectores para personas más desprotegidas. Muchos de nosotros no vemos a nuestros padres, no abrazamos a nuestros hijos, no besamos a nuestros maridos, vivimos con esa sensación de aislamiento social. Por eso es importante que se sientan protegidos físicamente cuando se exponen a estos pacientes.

Nos gustaría poder vernos las caras, porque ahora solo nos vemos la mirada, y con ella ya sabemos si estamos cansados o necesitamos relevo

Tenemos una sanidad excepcional y unos profesionales que siempre dan el 100%, y que ahora están dando el 200%. Y lo están haciendo de una forma generosa, no piensan en nada a cambio cuando termine esto, piensan en que nos podamos abrazar y celebrar todo este tiempo. Podernos ver las caras, porque ahora solo nos vemos la mirada, y con ella ya sabemos si estamos cansados o derrumbados, si podemos ser relevo de los que están más fatigados, porque con el EPI puesto sales reventado física y emocionalmente. Es mucha tensión.

A las familias

Me gustaría que nos inventáramos alguna forma de aproximar a las familias el contacto con sus familiares. A algún paciente hemos podido ponerle fotos de sus hijos para que pueda verlos cuando despierte, o música que le guste, pero no hemos podido llegar a todos. Los psicólogos ya venían a ayudarnos, tanto a los profesionales para ayudarnos a sobrellevar el día a día y a las familias, si tienen necesidades por no poder ver a sus seres queridos.

Para las familias de los pacientes, estamos tratándoles con todo el cariño, el mimo y el cuidado de siempre. Aunque no vemos y no nos vean estamos ahí para lo que necesiten. Espero que alguna vez nos puedan ver la cara, ponernos nombre y visibilizarnos para que sepan quiénes somos. Sabemos que están ahí, que están sufriendo con sus familias y esperemos que todo esto pase lo antes posible, porque luego los vamos a necesitar para rehabilitarles y acompañarlos en el camino que les queda.

placeholder Personal del Hospital Gregorio Marañón salen al exterior para devolver los aplausos. (EFE)
Personal del Hospital Gregorio Marañón salen al exterior para devolver los aplausos. (EFE)

Para las familias y los niños, que son inmensos. Sabemos que nos quieren aunque no nos lo puedan demostrar como nos lo demuestran habitualmente. Ya vendrán tiempos de abrazos y de besos, de caricias y de celebraciones, porque entre todos lo vamos a conseguir. Que sigan cuidándolos como lo hacen porque ahora necesitamos que ellos sigan cuidándonos también.

Tenemos que salir, porque estamos poniendo tanto cariño y esfuerzo. Ahora, que este bicho… Pero, vamos, que podemos. Hay una gente espectacular a pie de cama de los pacientes, con toda su energía y cariño. Cantidad de gente cansada que aun así te dice "si hace falta me quito un día de descanso". Es espectacular la respuesta de la gente de otros servicios que tenía experiencia en críticos y que están viniendo con nosotros, o enfermeras de colegios que hacía años que no estaban con enfermos en una UCI y han venido a ayudar.

Ahora que no podemos vernos la cara nos decimos muchas más cosas porque la palabra sí la tenemos

Ese movimiento humano nos da fuerza y energía. Es emocionante. Solo tengo palabras de cariño y agradecimiento para todos, me encantaría darles un abrazo enorme. Esta mañana les decía que los quería un montón y que me gustaría poder agradecerles a todos lo que estaban haciendo, y la respuesta ha sido un aplauso. Es lo único que nos queda. Pido ese aplauso para todos los profesionales que están haciendo un esfuerzo tremendo y a las familias que están aguantando en la soledad y el aislamiento social tan brutal en sus casas sin poder ver a sus seres queridos. Todo mi cariño y mi admiración porque esto es muy difícil de llevar. No estamos educados para ser así.

Nos llegan los aplausos, nos los pasamos por WhatsApp… vídeos de gente mandándonos mensajes, palabras de ánimo, vídeos que hemos grabado en la UCI con 'Resistiré'… Es una cosa tan bonita. Es muy duro, pero muy emocionante vivir una situación de tanta unidad y responsabilidad. Dentro de todo lo horroroso de todo esto es el ejemplo de que tenemos una sociedad que vale mucho. Aunque esto vaya a dejar una huella muy grande, demos valor a los pequeños detalles de la vida, esas palabras que no decimos, esos gestos que no hacemos. Ahora que no podemos vernos la cara nos decimos muchas más cosas porque la palabra sí la tenemos. Es una lección para aprender a hacer las cosas cuando tenemos tiempo de hacerlas. Darnos besos y abrazos porque no sabemos cuándo vamos a volver a dárnoslos otra vez.

*Cristina Díez Sáenz es supervisora de Enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Gregorio Marañón. Texto editado a partir de un audio con declaraciones de la profesional.

Mi nombre es Cristina Díez y desde el 2014 soy la supervisora de Enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Gregorio Marañón, antes había sido enfermera de intensivos y he desarrollado toda mi trayectoria profesional en este hospital.

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