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Los ministros mantienen el pulso sobre los alquileres y prestaciones sociales
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LAS CONSECUENCIAS POLÍTICAS DE LA CRISIS

Los ministros mantienen el pulso sobre los alquileres y prestaciones sociales

Sánchez normaliza un Gobierno con diferentes voces y hace desfilar a sus ministros para dar imagen de fortaleza e implicar a todos

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa. (EFE)

Pedro Sánchez ha reconvertido la doctrina china de "un país, dos sistemas" en "un Gobierno, dos sistemas" y lo ha normalizado. Aunque se mantengan las batallas internas, casi retransmitidas en 'streaming' y, sobre todo convertidas en rutinas que nadie se molesta en ocultar.

Ha hecho de la necesidad virtud y ante lo irremediable de tener que convivir con varias voces políticas, lo que en otro caso podría entenderse como discrepancias o tensiones internas, lo ha intentado convertir en una ventaja política para cubrir todas las posiciones. Un Gobierno no solo de coalición, sino plural y coral con presencia de todos sus miembros ante los ciudadanos.

Esa circunstancia, según explica un destacado miembro del Gobierno, les hubiera marcado durante toda la legislatura y hubiera creado tensiones permanentemente, como ya empezó a ocurrir con la ley de libertad sexual y la política migratoria. Y en el futuro con la reforma laboral, los Presupuestos y cualquier otra ley.

Ahora el escenario es distinto y, después de algunas dudas evidentes, el presidente del Gobierno ha cambiado el rumbo de su Ejecutivo. Ayuda que, según diferentes ministros, la relación entre Sánchez e Iglesias no solo no se ha debilitado, sino que se ha fortalecido.

Y al presidente le viene bien implicar a todos y aprovechar las diferentes posiciones. Porque ahora, en el nuevo escenario, los aciertos (si los hay) solo podrán ser suyos y los errores serán compartidos.

Admitiendo siempre que la política es ahora la última prioridad, muy lejos de las dos principales, la sanidad y la economía, en esta semana se ha producido un giro visible en el Ejecutivo.

El presidente del Gobierno (o quien le asesora) ha decidido poner en el escaparate a todos sus ministros y, de esta forma, dar imagen de fortaleza y, a la vez, cubrir todo el espectro ideológico. De la ortodoxia de Nadia Calviño a la posición de Pablo Iglesias, al que le ha dado un papel público, más allá del que ya ejercía en los consejos de ministros haciendo presión para que el Gobierno girara. Aunque eso suponga provocar los recelos de ministros del PSOE que ven al vicepresidente segundo demasiado pendiente de apuntarse tantos.

Foto: La vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. (EFE) Opinión

Gracias a esa diversidad, el Gobierno ha terminado alineado con otros países europeos y con el propio Banco Central Europeo para reaccionar haciendo saltar por los aires la deuda, en contra de la posición de Calviño, obligada a moverse, aunque sea arrastrando los pies. No hay que olvidar que una ministra del equipo económico habló en el Consejo de Ministros de "histeria" de Alemania e Italia por romper el equilibrio presupuestario.

"El presidente ha entendido que no se puede actuar como en 2008", explica un miembro del Gobierno.

Las primeras semanas fueron solo para los técnicos, encabezados por Fernando Simón, se usó el manual de comunicación de crisis que aconseja mostrar a técnicos.

Luego, la pasada semana fue la de la aparición reiterada de Pedro Sánchez. Primero en mensaje más optimista, a continuación para no descartar la declaración de alarma con tono mucho más sensible, luego para anunciarla y, por último, para desarrollar lo que el marco terminológico del Gobierno denomina "escudo social".

Y después ha llegado el escaparate de ministros, por el que han desfilado casi todos. Es un cambio de comunicación, pero con un trasfondo de política evidente. Se trata de mostrar músculo e impresión cierta de que desde todos los departamentos se hace frente a la pandemia. Este sábado ha cerrado el círculo, por el momento, el propio presidente del Gobierno con una comparecencia por la noche en la que ha sido visible el comprensible desgaste físico y emocional que vive. Le ha tocado gestionar la situación más difícil en muchísimo tiempo y eso requiere, como mínimo, un esfuerzo de empatía hacia él.

placeholder El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, escucha una intervención de la vicepresidenta tercera del Gobierno, Nadia Calviño. (EFE)
El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, escucha una intervención de la vicepresidenta tercera del Gobierno, Nadia Calviño. (EFE)

Esas comparecencias no han cerrado ni mucho menos los pulsos internos. Por ejemplo, en un solo día Calviño explicaba que era imposible una moratoria para alquiler porque lo pagan los ciudadanos y no los bancos e Iglesias aseguraba que es posible aprobarlo. Un Gobierno, dos sistemas.

De hecho, este fin de semana sigue el pulso y la negociación sobre las medidas que debe estudiar y aprobar el Consejo de Ministros del martes. El equipo económico sigue enrocado en su negativa a la moratoria de los alquileres y el sector de Unidas Podemos insiste en que es más necesario que el hipotecario.

Y este último sector, con José Luis Escrivá como potente aliado, insiste en que se apruebe también la prestación de Seguridad Social para no mandar a la gente a su casa sin salario. En ello estarán hasta mediodía del martes, cuando acabe el Consejo de Ministros.

La política de pluralidad del Gobierno, tan insólita en España como la existencia de un Ejecutivo de coalición, está tan asumida (y potenciada) por la Moncloa que se extiende a lo anecdótico y hasta se comunica en las redes con diferentes colores, según la procedencia ideológica del ministerio afectado. Por ejemplo, ministros de Podemos, como el propio Iglesias, y cuentas de sus departamentos tuitean las medidas del "escudo social" aprobadas sobre fondo morado. Y no porque se refieran a igualdad, porque hablan de todo tipo de medidas. Otros ministerios con titular del PSOE lo hacen sobre fondo rojo o amarillo, según los casos.

Pedro Sánchez ha reconvertido la doctrina china de "un país, dos sistemas" en "un Gobierno, dos sistemas" y lo ha normalizado. Aunque se mantengan las batallas internas, casi retransmitidas en 'streaming' y, sobre todo convertidas en rutinas que nadie se molesta en ocultar.

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