Pablo Iglesias, al juez del caso Villarejo: "Esto forma parte de algo mucho más grande"

El ahora vicepresidente tercero del Gobierno, Pablo Iglesias, se personó en marzo de 2019 como perjudicado en el caso Villarejo después de que se localizara en los registros al excomisario una copia del contenido del teléfono móvil personal de una de sus colaboradoras, Dina Bousenhalm. Iglesias compareció en la Audiencia Nacional y declaró ante el juez Manuel García-Castellón y los fiscales anticorrupción sobre esa sustracción de datos y la forma en la que descubrió que los archivos estaban circulando. "Yo estaba muy asustado", confesó al magistrado al que indicó que el objetivo de la difusión de esa información privada era hacerle "mucho daño". "Yo creo que este procedimiento forma parte de algo mucho más grande", aseguró en otro punto.

En aquella declaración, a la que ha tenido acceso El Confidencial, Iglesias relató cómo en 2015 Bousenhalm, asistente de Iglesias ya en el Parlamento Europeo y ahora miembro de la gestora del partido en Madrid, sufrió el robo de su teléfono que contendría fotos íntimas y diversa documentación personal que pudo haber sido empleada posteriormente en contra de Iglesias.

A preguntas del juez explica que él sabía que a su compañera le habían robado el móvil y que, meses después, el 20 de enero de 2016, tuvo acceso a una información que le ofrece Antonio Asensio, entonces dueño del grupo Zeta. "Me llamó por teléfono y me dijo que tenía que comunicarme algo privado, algo grave, personalmente". Asensio, del que asegura en distintas ocasiones que se comportó "como un caballero", le citó en su despacho.

"Me comunicó lo siguiente: 'Ha llegado a mi poder una tarjeta de teléfono SIM en la que habría fotografías íntimas de tu pareja y te las voy a enseñar y que sepas que ningún medio de comunicación propiedad del Grupo Zeta se va a hacer eco de estos materiales. Quiero entregártelos y quiero que los veas", recordó en esa comparecencia. "Yo examiné allí mismo en una computadora los materiales y comprobé que efectivamente se trataba de fotos íntimas, pero no de mi pareja, sino de la señora Bousenhalm. Fotografías íntimas y material que tenía en el teléfono móvil sobre trabajo, viajes...".

Iglesias aseguró entonces que no le entregó la tarjeta a su colaboradora hasta meses después. "Me di cuenta de que el contenido empezaba a hacerse público en el mes de julio de 2016", indica y concreta que es entonces cuando un medio de comunicación, 'OK Diario', comienza a publicar conversaciones de Telegram privadas, como aquella en la que pedía "azotar" a la periodista Mariló Montero o vídeos, entre ellos uno en el que Echenique canta "una jota soez".

No pudo ser "un delincuente común". "Es muy improbable un delincuente común sustraiga un teléfono móvil y esa información acabe en manos del dueño de un grupo de comunicación. No es algo absolutamente descartable pero es muy improbable. Después de esa reunión yo deduzco que el robo es un encargo profesional". Según expone ante el juez, hubo tres momentos "muy dolorosos" para su partido en el que se difundieron informaciones falsas. En enero de 2016, se publica el conocido como informe PISA en el que se hablaba de la financiación del partido desde Venezuela e Irán; en mayo de 2016, el mismo medio publica un documento en el que se le atribuye a Iglesias una cuenta bancaria en un paraíso fiscal. En el último, lo que se difunde es el contenido del teléfono móvil de su colaboradora.

"Los tres momentos son políticamente muy sensibles. En enero de 2016 nosotros habíamos ofrecido un acuerdo de Gobierno al PSOE, en el mes de mayo se habían convocado unas nuevas elecciones nacionales e incluso aparecimos en las encuestas como segunda fuerza política y en julio habíamos vuelto a hacer una oferta de coalición", explica en la Audiencia Nacional.

Indicaciones de Interior

A lo largo del interrogatorio, el instructor indica al líder de Podemos que durante la investigación general sobre Villarejo han aparecido "indicaciones el Ministerio del Interior muy serias". Iglesias responde que aunque desconoce si Villarrejo es el autor del robo, pero que sí es evidente "para qué ha utilizado esa información". "Entiendo que el objetivo era claro, 'vamos a sacar algo que pueda hacer mucho daño'...", dice. "Uno espera que cuando uno escribe en su teléfono móvil a sus amigos no haya un policía encargando que se le robe y se publique después", comenta en otro momento del interrogatorio.

La colaboradora, que también compareció, precisó que cuando finalmente Iglesias le entregó aquella tarjeta SIM, meses después de que le llegara, e intentó acceder al contenido de la tarjeta de memoria comprobó que "estaba rota", no pudo recuperar nada. A la pregunta de si Iglesias sí tuvo acceso, aunque ella no pudiera, respondió: "Él lo vio".