Un CIS de noviembre hecho antes del 10-N vuelve a infrarrepresentar a la derecha

El barómetro del CIS del mes de noviembre ha vuelto a infrarrepresentar a la derecha en comparación con los resultados obtenidos en las urnas el pasado 10 de noviembre. Atendiendo a los datos obtenidos cruzando la intención directa de voto más simpatía, los populares se quedarían a más de siete puntos de sus resultados (13,7% frente al 20,8%), mientras que Vox obtendría un 8,1% frente a su 13,7%. En el caso de Ciudadanos, se le otorga el mismo resultado que en las elecciones, el 6,8%. El PSOE se sitúa en esta encuesta medio punto por debajo de su 28% y Unidas Podemos a casi tres de su 12,8%. El trabajo de campo del barómetro mensual del CIS de noviembre de 2019 ha coincidido con los días previos a las elecciones generales de 2019.

Más allá de la intención de voto, la encuesta ofrece datos sorprendentes respecto de las razones que han movido el voto de los electores. Enfrentarse con "firmeza a la situación en Cataluña" solo es la principal motivación para el 3% de los votantes, al contrario de lo que se ha sugerido en los análisis poselectorales, incluidos los del propio director del CIS. Asimismo, solo sería el segundo aspecto más valorado a la hora de votar para el 4,2%. La principal causa para elegir el voto, según uno de cada tres encuestados, es que represente a un partido que "defienda los intereses generales". La segunda motivación es "que cumpla sus promesas electorales" —14,9%— y la tercera, "que represente las ideas e intereses" de cada uno —14,3%—.

La capacidad para llegar a acuerdos solo es el principal aspecto a la hora de votar a un partido u otro para el 9,2% de los encuestados. De este modo, ni Cataluña ni la capacidad para el desbloqueo y tejer los necesarios acuerdos en un Congreso multipartidista y fragmentado, tanto a derecha como a izquierda, parecen haber sido cuestiones trascendentales en estas elecciones, según el barómetro del CIS del mes de noviembre.

Ni Cataluña ni la capacidad para el desbloqueo y tejer acuerdos han sido cuestiones trascendentales para votar el 10-N, según el barómetro del CIS

El efecto Vox y el voto de rechazo por el miedo a la extrema derecha que se utilizó ya en abril desde el PSOE sí parece que han tenido un efecto movilizador. Así, el 37,3% de los encuestados reconoce que la principal razón que lo animó a votar fue "intentar evitar que puedan ganar partidos de derechas". Por el contrario, solo el 16,7% aduce que se decidió por acudir a las urnas para "intentar evitar que puedan ganar partidos de izquierdas".

Otra de las creencias que este CIS parece minimizar es la de que cada vez más electores eligen su voto en la última semana de campaña o incluso el día previo a la cita con las urnas. Según la encuesta, la semana previa al 10-N decidió su voto el 6,2%, y el mismo día de las elecciones, el 7%. Antes de la campaña, los que ya tenían decidido su voto representaban al 63,8% y los que lo hicieron durante la campaña electoral fueron el 14,2%.

La macroencuesta preelectoral del CIS falló de forma notoria, al contrario de lo que había ocurrido con la preelectoral de abril, al no detectar ni el hundimiento de Ciudadanos ni el auge de Vox. A los de Albert Rivera los situó en una horquilla de entre 27 y 35 escaños, minimizando su batacazo electoral, que los dejó en 10 escaños, mientras que a los de Santiago Abascal les dio un máximo de 21 diputados cuando finalmente se dispararon hasta los 52. Asimismo, aquel barómetro para el que se realizaron 17.650 encuestas sobrerrepresentó al PSOE e infrarrepresentó al PP.

La horquilla establecida para los socialistas fue de un mínimo de 133 diputados y un máximo de 150, mejorando sus resultados de abril. En cambio, las urnas los dejaron en 120 escaños, tres menos que los obtenidos en los anteriores comicios. La horquilla de los populares, sin embargo, fue de entre 74 y 81 diputados. Ni siquiera la horquilla máxima se acercó a los resultados finales, puesto que los de Pablo Casado escalaron hasta los 89 diputados.

El director del CIS, José Félix Tezanos, se justificó al día siguiente de las elecciones afirmando que "no soy adivino y el CIS no es una casa de adivinanzas". En la misma línea, argumentó que la marcroencuesta preelectoral se publicó a finales de octubre, con un estudio de campo para recoger los datos que remató el 13 de octubre. Una cuestión clave, puesto que finalizó antes de la publicación de la sentencia del 'procés', sin tener en cuenta los disturbios posteriores producidos en Cataluña. Tampoco recogió los posibles efectos en la intención de voto de los españoles de la exhumación de Franco del Valle de los Caídos.

Si la encuesta de octubre habría reflejado lo que "pensaban los españoles en ese momento", Tezanos achacó también las diferencias entre el barómetro preelectoral y los resultados definitivos del 10-N a la bajada de la participación, propia de una repetición electoral, y a las "variables" que se manifestaron durante los últimos días de precampaña y campaña. Esto es, la exhumación de Franco y los disturbios en Cataluña.