Zaplana se somete a transfusiones semanales para evitar el rechazo al trasplante
Lleva desde un inicio un catéter fijo para facilitar la renovación de su sangre y prolongar su supervivencia
Trasfusiones semanales como método para evitar su rechazo al trasplante de médula. Ese es el tratamiento al que el equipo médico de la Fe somete al expresidente de la Comunidad Valenciana (1995-2002) y exministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, desde su ingreso hospitalario, hace ahora cuatro semanas, cuando sus doctores detectaron en una de sus revisiones que existía riesgo vital por un empeoramiento de su enfermedad de injerto contra huésped.
Según informan a El Confidencial fuentes de su entorno, el antiguo cargo popular lleva desde un inicio un catéter fijo para facilitar la renovación de su sangre y prolongar su supervivencia. Durante la última etapa de su estancia en la prisión de Picassent sufrió una acusada pérdida de peso y comenzó a manifestar signos cutáneos de su dolencia, con la aparición de manchas violáceas en el rostro.
Se trataba de los efectos de una reacción de su cuerpo frente a la operación que decidió hacerse en 2015 para combatir la leucemia que le aquejaba. La dolencia viene provocada porque sus células propias reconocen las del donante como ajenas y las atacan, provocando daños en distintos órganos como la piel, el hígado y los intestinos, entre otros tejidos.
Para paliar estos efectos el equipo médico solo puede tratar de regular su sistema inmune. Los corticoides que recibía hasta hace unos días no parecían ser suficientes y por ello los especialistas optaron por este segundo tratamiento, denominado fotoféresis extracorpórea. Consiste básicamente en una renovación sanguínea con un procedimiento intermedio. Se obtienen células inmunitarias del paciente que, tras tratarse de forma química y con radiación, vuelven a transfundírsele.
Según explican las fuentes consultadas este tratamiento aún no ha finalizado y deberá repetirlo al menos una semana más. Después de eso, si su recuperación queda confirmada, será dado de alta con la única perspectiva de regresar a la prisión tras el reiterado rechazo de sus solicitudes de excarcelación. La última de ellas, de esta misma semana, no ha sido apoyada por la Fiscalía Anticorrupción que le investiga por una decena de delitos de corrupción en el marco de la operación Erial.
Recuperación
Su entorno asegura que la recuperación física en los últimos días es evidente. Ha recuperado algo de peso y mejorado el problema de pigmentación. Avisan, no obstante, de que la dolencia que sufre es crónica y que ha sufrido una pérdida de defensas que complicaría cualquier mínima infección o gripe que pudiera contraer. Su defensa insistió en el último escrito en una libertad vigilada con medidas extra —como la pulsera telemática— pendiente aún del dictamen de la jueza instructora.
Sobre lo que sí ha resuelto la magistrada es respecto al secreto de las actuaciones, que mantiene desde su detención. Ha vuelto a prorrogarla. El escueto escrito notificado a Zaplana, al que ha tenido acceso El Confidencial, no incluye por tanto argumentación alguna y se limita a reflejar la parte dispositiva. Como ya ha hecho en anteriores ocasiones, la jueza no reproduce parte de la argumentación de sus motivos en su notificación a las partes.
Trasfusiones semanales como método para evitar su rechazo al trasplante de médula. Ese es el tratamiento al que el equipo médico de la Fe somete al expresidente de la Comunidad Valenciana (1995-2002) y exministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, desde su ingreso hospitalario, hace ahora cuatro semanas, cuando sus doctores detectaron en una de sus revisiones que existía riesgo vital por un empeoramiento de su enfermedad de injerto contra huésped.