El imperio inmobiliario de Aristrain se derrumba entre embargos y subastas

José María Aristrain de la Cruz vive desde 2011 de prestado. Su imperio inmobiliario está embargado por orden de un juzgado de Pozuelo de Alarcón, y los registros de la propiedad dan fe de la cantidad de embargos para intentar calcular la megafianza de 750 millones que debe depositar el señor del acero, la gran fortuna anónima del país. En total, los bienes embargados suman 64 millones de valor catastral —que sería superior en caso de venta—, y van desde un palacete en el centro de Sevilla a una manzana entera en uno de los mejores barrios de Madrid. La situación es tal que la Agencia Tributaria ha llegado a sacar a subasta uno de esos palacetes en Madrid por 6,75 millones, pero el entorno de Aristrain afirma que ya ha llegado a un acuerdo y que finalmente nadie podrá pujar.

No era un anuncio de subastas cualquiera. La web de la Agencia Tributaria que realiza estos trámites tiene aún colgado un sugerente texto incluso para ser una descripción anodina. "Casa palacio, situada en Madrid, calle Fernando el Santo, números 12 y 14". El inmueble a subasta consta de "un edificio principal con pisos bajos, entresuelo, principal, segundo y terrado, con buhardillas, un gran portal cubierto y sobre él un salón que lo une con otro edificio". "La finca tiene jardín con estanque, estufas e instalaciones de riego" en una superficio de 2.621 metros. El precio de salida es de 6.749.557,33 euros y el depósito exigido, de 1.349.911,46 euros. En la fachada, una placa recuerda el linaje del lugar: "El ingeniero, arquitecto y tracista del ensanche madrileño Carlos María de Castro, construyó este palacete y en él vivió".

Posee cinco edificios contiguos y embargados junto a la calle Génova. En uno de ellos organiza en ocasiones actos benéficos y venta de muebles

Quienes conocen el sector le ponen rápidamente apellido a ese palacete: Aristrain. El magnate del acero posee casi toda la manzana. No son edificios que pasen desapercibidos y uno de ellos es relativamente sencillo de visitar porque lo arrienda para ventas de muebles y actos benéficos —el último, una gala a favor de la unidad de neonatos del Hospital La Paz—. Una fuente próxima a Aristrain afirma que finalmente el palacete no saldrá a subasta porque ya han llegado a un acuerdo con la Agencia Tributaria.

Pero el hecho de que una de las mayores fortunas de España —de las de verdad— vea sus propiedades asomando en el portal de subastas de Hacienda da idea de la situación por la que pasa uno de los mayores accionistas de ArcelorMittal. En septiembre de 2015, el juzgado de instrucción 4 de Pozuelo de Alarcón procesó a Aristrain por un presunto delito fiscal de 200 millones. Desde entonces, ha recibido una petición récord de la Fiscalía de 1.400 millones de multa y 64 años de cárcel, pero el caso sigue sin fecha de juicio. Solo estimar la fianza, de 750 millones y con una cantidad de sociedades responsables civiles entremezcladas, ha llevado meses.

El juzgado y la Agencia Tributaria han ido desenredando el imperio de Aristrain y han cuantificado los bienes embargados y su valor para saber si cubren la fianza. El 20 de junio de 2011, el juzgado embargó una serie de inmuebles que serían el sueño de una agencia inmobiliaria de lujo. El Registro de la Propiedad ha dejado rastro de esos embargos. Hay, por ejemplo, tres chalés en Somosaguas, en una urbanización de lujo, inscritos en el catastro en 3,65 millones. El valor de mercado es mayor, pero el cálculo se ha hecho con el catastro.

Fue en esos chalés, hoy abandonados, donde entró la Policía Judicial en el verano de 2011. Allí estaba la colección de coches de lujo de la que disfruta Aristrain, ya que los bienes no fueron embargados, al considerar Hacienda que en su poder se iban a deteriorar. La Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid acusa a Aristrian de fingir su residencia en Suiza para no pagar impuestos en España y de ocultar en Luxemburgo sus acciones de Arcelor. La defensa sostiene que todo es un exceso de Hacienda y la Fiscalía, que solo hay unas diferencias de criterio. Al contrario que otros magnates acusados, Aristrain no ha buscado un acuerdo de conformidad sino que peleará en el juicio su inocencia.

La guinda de su imperio inmobiliario está en el centro de Madrid. En una zona muy próxima a la sede del PP y la Audiencia Nacional, llena de cámaras de seguridad e inhibidores de frecuencia, ideal para alguien obsesionado con la seguridad como Aristrain, posee tres edificios contiguos. Está la antigua embajada británica, un llamativo edificio con forma de donut bunkerizado, valorado en 40,63 millones a efectos de subasta. Aristrain lo compró hace unos años por unos 50 millones. Londres trasladó entonces su delegación diplomática a las cuatro torres de la Castellana. En la calle Zurbano, haciendo esquina, posee otros dos inmueble valorados en 10 millones.

En total, Aristrain posee cinco edificios contiguos en una de las zonas más lujosas de Madrid, embargados desde hace siete años y cuyo valor en el catastro es de 57 millones. Sin embargo, fuentes del sector calculan que el valor de mercado multiplica esa cifra. Al estar embargados, si Aristrain es finalmente condenado, al menos pagaría con esos bienes, lo que convertiría la operación en una de las grandes adquisiciones del Estado en los últimos años.

Pero no es solo Madrid. En Sevilla, Aristrain posee el palacio de San Leandro y otros inmuebles que suman otros siete millones. Sevilla es una de las pasiones de Aristrain, allí acude a los toros cuando puede y posee además una enorme finca donde van toreros a tentar las reses de su ganadería.