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Podemos da un mes a Sánchez para que ceda en el déficit o se lanzará a confrontar
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el aumento del gasto público es una línea roja

Podemos da un mes a Sánchez para que ceda en el déficit o se lanzará a confrontar

La cuenta atrás para arrastrar al Gobierno a una mesa de negociación, en la que se decante por mirar a la izquierda en lugar de a la derecha, ya se ha activado. El plazo finaliza en septiembre

Foto: El portavoz de Izquierda Unida, Alberto Garzón, pasa delante de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE)
El portavoz de Izquierda Unida, Alberto Garzón, pasa delante de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE)

"No somos muy optimistas, pero vamos a intentarlo hasta el final" o "queremos hechos, no palabras". Desde Podemos han lanzado un primer aviso a Pedro Sánchez en forma de abstención este viernes durante la votación del techo de gasto, "claramente insuficiente", dicen, para financiar una agenda social y dejar atrás la austeridad. Se trata de un 'sí se puede, pero así no'. Sin embargo, ni siquiera se han acercado a los efectos que esperaban como se apresuró a constar el Ejecutivo. El primer gran golpe que ha sufrido el Gobierno ha sido asestado por todos sus aliados en la moción de censura menos el PNV, agraviados porque no se haya negociado con ellos la cifra de déficit "diseñada para el PP".

Conscientes de que el Gobierno podrá llevar nuevamente al Congreso el techo de gasto, en un plazo de 30 días según marca la ley de 2012, la decisión de tumbar en esta primera votación la propuesta diseñada por la titular de Hacienda, María Jesús Montero, no era otra que presionar para que los socialistas buscasen su apoyo y se sentasen a negociar. "Nuestra abstención no es un no, es una invitación franca para hacer las cosas bien", clamaba el diputado y secretario general del grupo confederal Txema Guijarro.

No parece ser este el interés del Gobierno, que asegura que volverá a presentar la misma propuesta en septiembre y, en caso de volver a chocar contra la mayoría de la Cámara Baja, se recuperará la anterior senda de déficit proyectada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. La formación no esconde su pesimismo y comienza a soltar amarras de un Pedro Sánchez a quien acusan de falta de atrevimiento, nostálgico de un bipartidismo que ya no va a regresar, de rebajar las expectativas e instalarse más en las formas —los gestos— que en el fondo —los hechos—.

Podemos comienza a soltar amarras de un Pedro Sánchez del que ya desconfían por falta de atrevimiento y rebaja de expectativas

La cuenta atrás para arrastrar al Gobierno de Pedro Sánchez a sentarse en una mesa de negociación, en la que se decante por mirar a la izquierda en lugar de a la derecha y Bruselas, ya se ha activado. El mes de agosto será hábil para el equipo económico de Podemos, liderado por Nacho Álvarez, deseoso de confrontar números e, incluso plantear una reforma de la ley de estabilidad "para quitarle el poder absoluto al PP en el Senado" —como también exigió ERC—.

"Los presupuestos generales del Estado son la ley más importante del año porque definen casi todas las políticas públicas que puede llevar a cabo un Gobierno para mejorar la vida de la gente", insistía el secretario de Organización, Pablo Echenique, antes de la celebración del pleno, fijando la idea que vienen defendiendo desde días después de que triunfase la moción de censura. Sin embargo, sigue aumentando la desconfianza de que su mano tendida no encuentre destinatario, salvo que Moncloa decida dar un giro de guion.

Mientras tanto, comienza la guerra del relato, en una clave de precampaña permanente. Si antaño la disputa era por la hegemonía en la izquierda, Podemos busca ahora evitar el riesgo de convertirse en una simple muleta de los socialistas y acabar por dejarse absorber una buena parte de sus cinco millones de votantes. El líder de IU se encargaba de recordar que el techo de gasto de 2015 era más alto del que se propone ahora, con la paradoja de que la economía era menos rica: "La tarta crece y el gasto público se reduce".

Menos de dos meses después de que los socialistas accediesen al Gobierno, el bloque de la moción de censura no ha podido consolidarse

La titular de Hacienda se instalaba en un discurso socialdemócrata y keynesiano, que generó las bromas de algún diputado podemista: "escuchándola parece que va a nacionalizar la banca", cuando se trata de recortes, confesaba. Otra vez más, insistían: "queremos hechos, no palabras". Montero defendió el techo de gasto de 2019 (125.064 millones de euros) y la relajación de la senda fiscal como una "necesidad" y afeaba a sus aliados en la moción de censura que su rechazo solo inflige un "daño gratuito e insolidario" a los ciudadanos que los grupos "tendrán que explicar".

placeholder Los diputados de Podemos, Alberto Rodríguez, Txema Guijarro y Eduardo Santos Itoiz. (EFE)
Los diputados de Podemos, Alberto Rodríguez, Txema Guijarro y Eduardo Santos Itoiz. (EFE)

Menos de dos meses después de que Pedro Sánchez accediese a la presidencia del Gobierno, el bloque de la moción de censura no ha podido consolidarse todavía, como pretendían desde Unidos Podemos, y más allá de ello la formación liderada por Pablo Iglesias ha comenzado a sufrir desgaste en cuestiones como la renovación del consejo de administración de RTVE. Un desgaste que intentan frenar al tiempo que en lugar de contribuir a un blanqueo del Gobierno se afanan por arrastrarlo hacia la izquierda.

Ha sido un breve periodo de tiempo en el que la trabajada relación entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, desde que el primero tomó el mando, primero para negociar con las formaciones potencialmente aliadas y luego encabezó las reuniones para propiciar el deshielo con Cataluña, se ha situado en su mejor momento desde la irrupción de Podemos en la arena política. En tiempos de aceleración política, esa relación vuelve a deteriorarse y la senda de déficit se presenta como una línea roja. "Tenemos que tomarnos un tiempo" en la relación, bromeaba un diputado podemista tras el pleno. A la vuelta de las vacaciones, en septiembre, se calibrará el verdadero alcance de este alejamiento entre Sánchez y sus aliados de la moción de censura, siempre bajo la amenaza de que se apriete el botón de la convocatoria de elecciones anticipadas.

"No somos muy optimistas, pero vamos a intentarlo hasta el final" o "queremos hechos, no palabras". Desde Podemos han lanzado un primer aviso a Pedro Sánchez en forma de abstención este viernes durante la votación del techo de gasto, "claramente insuficiente", dicen, para financiar una agenda social y dejar atrás la austeridad. Se trata de un 'sí se puede, pero así no'. Sin embargo, ni siquiera se han acercado a los efectos que esperaban como se apresuró a constar el Ejecutivo. El primer gran golpe que ha sufrido el Gobierno ha sido asestado por todos sus aliados en la moción de censura menos el PNV, agraviados porque no se haya negociado con ellos la cifra de déficit "diseñada para el PP".

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