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Rajoy mantiene en vilo al PP con Cifuentes y apurará hasta la víspera de la moción
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centrado en la votación el 26 de presupuestos

Rajoy mantiene en vilo al PP con Cifuentes y apurará hasta la víspera de la moción

En la sede de Génova reconocen que tienen un problema añadido que también retrasa la salida a la crisis: no encuentran un "sucesor o sucesora solvente y de confianza"

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)

El atrincheramiento de Cristina Cifuentes en el cargo y el silencio impuesto por Mariano Rajoy, una vez más, en la dirección del partido para ganar tiempo mantienen en vilo al PP. La presidenta de la Comunidad de Madrid apela a la autoridad superior de su jefe para seguir en el cargo; la secretaria general, María Dolores de Cospedal, vuelve a confirmar su apoyo a la presidenta autonómica, y en la sede de Génova y en los grupos parlamentarios se aplican a dar cobertura a la táctica de mantener la tensión con Ciudadanos a base de airear los casos de historiales inflados o títulos inventados de los de Albert Rivera.

Con el vano objetivo de frenar la petición de dimisión de Cifuentes, los populares se vuelcan ahora en pedir la dimisión de Toni Cantó por decir que era pedagogo, recordar que Miguel Gutiérrez pasó de doctor ingeniero a perito en una legislatura o destacar que el diputado autonómico César Zafra se autotitulaba como 'abogado' cuando se colegió como no ejerciente.

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Por debajo del discurso oficial, fuentes de Génova reconocen que no saben hasta qué punto o fecha puede esperar Rajoy para resolver el enredo. Se preparan para que el proceso pueda ser largo, siempre después de que el proyecto de Presupuestos Generales del Estado pase su primera votación el próximo día 26, pero se dividen ante la siguiente fecha para forzar una posible dimisión de Cifuentes: la recepción oficial de la comunidad del 2 de mayo, o a la semana siguiente.

Al presidente del Gobierno le gusta apurar en todas las decisiones sobre personal, tanto los ascensos como las salidas, y en Génova prevalece la idea de que si algún paso judicial o de investigación de la universidad no cambia el panorama, podría esperar a la misma víspera de la moción de censura, que tiene el límite del 7 de mayo.

Foto: Cristina Cifuentes, con Mariano Rajoy en la cena de Navidad del PP de Madrid. (EFE) Opinión

“Lo primero es que ella se dé cuenta de que tiene que dejar el cargo, porque igual no ha entendido el mensaje de Rajoy”, apuntan en el aparato, para recordar que su jefe no es dado a las instrucciones directas y sí a las ambigüedades y silencios que solo la vieja guardia sabe interpretar.

Pese la versión de que el PP puede estar dividido entre los partidarios de relevar a Cifuentes y los que prefieren sostenerla hasta el final, e incluso perder el poder en la Comunidad de Madrid, en la dirección del partido reconocen que no están dispuestos a llegar a ese extremo, que el interés del partido y de la estabilidad institucional está por encima del particular de la presidenta autonómica y de su equipo. También admiten que el problema más inmediato y que también ha impedido una solución más rápida para la crisis consiste en encontrar un "sucesor o sucesora solvente" y de confianza para Génova. Y, de momento, siguen sin encontrarlo entre los primeros puestos de la candidatura que concurrió en las últimas elecciones autonómicas.

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Mientras, la sensación en el PP de Madrid es que Cristina Cifuentes se ha rearmado para afrontar con renovadas fuerzas los próximos días. Vestida de rojo pasión y con una batería de importantes medidas, se presentó este martes en la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno para lanzar un mensaje contundente a toda la oposición, sobre todo a Ciudadanos. Ella va a seguir en el cargo. Con cierta ironía al ver la cantidad de periodistas que la esperaban, señaló que confiaba en que tanta atención sirviera para que los medios reflejaran las iniciativas que traía bajo el brazo.

Cifuentes recalcó que tiene el apoyo de su partido y del presidente Rajoy. De momento, parece que ha ganado tiempo. Ha retomado su agenda con nuevas apariciones públicas y cree que la carta enviada al rector de la Universidad Rey Juan Carlos renunciando a utilizar el máster es un gesto que la puede ayudar, sobre todo internamente, en Génova, donde las opiniones están divididas. De momento, ya ha eliminado el máster de su biografía oficial en la página de la Comunidad de Madrid. Ella no se cansa de transmitir el mismo mensaje: “No he cometido ninguna irregularidad y he cumplido todos y cada uno de los requisitos de la universidad para obtenerlo”.

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El gesto de renuncia no ha cambiado ni un ápice la postura de Ciudadanos, que se mantiene firme en su órdago. Si el PP no sustituye a Cifuentes, apoyará la moción de censura planteada por el PSOE. Era obvio pensar que los de Ignacio Aguado no iban a cambiar de postura por mucha renuncia de la presidenta regional. Ahora no. Es demasiado tarde. Los acontecimientos se pueden desencadenar, piensan algunos, cuando la presidenta de la Asamblea de Madrid, la popular Paloma Adrados, fije le fecha del pleno para debatir la moción de censura. Tiene de límite hasta el 7 de mayo.

Esa es la clave. Una vez que se conozca la fecha, se pondrá en marcha la cuenta atrás del reloj. Según se vaya acercando el día, Rajoy tendrá que sopesar si le interesa perder el Gobierno madrileño y mantiene el pulso a Ciudadanos. Porque ya sabe que los de Albert Rivera van en serio. Es entonces cuando se redoblará la presión sobre la presidenta regional desde su partido. Todos esperan la decisión de Rajoy, el único que puede tomarla: mantener Madrid y cambiar a Cifuentes o mantenerla en el cargo y que termine la legislatura en la oposición. Esta última, una opción que pocos contemplan. “Siempre estaré a lo que digan en mi partido”, aseguró Cifuentes.

El atrincheramiento de Cristina Cifuentes en el cargo y el silencio impuesto por Mariano Rajoy, una vez más, en la dirección del partido para ganar tiempo mantienen en vilo al PP. La presidenta de la Comunidad de Madrid apela a la autoridad superior de su jefe para seguir en el cargo; la secretaria general, María Dolores de Cospedal, vuelve a confirmar su apoyo a la presidenta autonómica, y en la sede de Génova y en los grupos parlamentarios se aplican a dar cobertura a la táctica de mantener la tensión con Ciudadanos a base de airear los casos de historiales inflados o títulos inventados de los de Albert Rivera.

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