Rajoy intenta convertir los Presupuestos en pacto de Estado para las pensiones

Mariano Rajoy ha subido a la tribuna del Congreso a hablar de pensiones sin propuestas concretas nuevas, pero aferrado a la palabra consenso, la que menos se practica en esta legislatura de la fragmentación, de la imposibilidad de aprobar normas y de la incertidumbre. Y para forzarlo, ha lanzado el mensaje de que la única manera de que haya subida de pensiones es que haya un acuerdo sobre sus Presupuestos, para intentar así dar la vuelta a su favor a las protestas en la calle.

Tan lejos está ese acuerdo como que a continuación han abierto el turno de réplica la socialista Margarita Robles y Pablo Iglesias, de Podemos, con duras críticas que anticiparon el resto de intervenciones. De hecho, el presidente del Gobierno ha asegurado que comparece a petición propia y porque le ha parecido oportuno celebrar este pleno del Congreso, pero, en realidad, lo hace forzado por el resto de grupos, a iniciativa de Podemos, y tras las protestas en la calle.

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El presidente del Gobierno ha apelado casi desde la primera línea de su discurso inicial al acuerdo para garantizar el futuro de las pensiones y, llevado por ese consenso, ha intentado convertir los Presupuestos de 2018 en una especie de pacto de Estado, para lo que ha pedido el apoyo al resto de grupos. Un esfuerzo inútil, porque las cuentas que se aprobarán en Consejo de Ministros el 23 de marzo no tienen garantizado ni el apoyo de Ciudadanos, ni del PNV ni de los dos diputados canarios, es decir, el respaldo escaso y justo que hace unos meses le permitió sacar adelante las cuentas de 2017 y asegurar su continuidad en La Moncloa.

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Solo Albert Rivera, líder de Ciudadanos, ha acercado posiciones y ha recogido el guante para pedir rebajas fiscales a cambio de aprobar esas cuentas. "Ciudadanos va a ayudar si ustedes son valientes, pero si solo es mercadeo electoral, no tendrán nuestro apoyo", ha dicho. Con Aitor Esteban (PNV), el presidente del Gobierno ha intercambiado llamadas al acuerdo presupuestario. Los nacionalistas vascos esperan a la retirada formal del artículo 155 en Cataluña para renovar el acuerdo.

"Con esa voluntad aprobaremos, el próximo día 23, los Presupuestos Generales de 2018 y los traeremos a esta Cámara. Es en el contexto de esos Presupuestos donde podremos hablar de las mejoras posibles para el bienestar de los españoles, también en materia de pensiones. El debate de Presupuestos nos ofrece la oportunidad de discutir a qué dedicar el espacio presupuestario que vamos ganando gracias a la mejor situación económica", ha asegurado el presidente del Gobierno.

Su mensaje ha sonado a estrategia para atraer votos a los Presupuestos o para que los que voten en contra queden en evidencia como responsables de las dificultades que puedan tener las pensiones en el futuro. Es decir, una manera de intentar dar la vuelta a las protestas que han provocado el primer pleno monográfico sobre pensiones en el Congreso y que el coste político lo asuman los que voten en contra de su Presupuesto.

"Yo les ofrezco trabajar desde este momento para alcanzar un acuerdo a lo largo de la tramitación de los Presupuestos de 2018. Porque es en el marco de ese debate donde debemos valorar qué decisiones queremos tomar sobre ingresos tributarios y sobre gastos sociales. Y debemos hacerlo teniendo muy en cuenta que no podemos gastar lo que no tenemos y que estamos obligados a cumplir nuestros compromisos europeos en materia de déficit público", ha añadido para dejar claro que las cuentas serán utilizadas en forma de rehén para lograr votos.

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Ha explicado que en esas cuentas incluirá ayudas fiscales al IRPF de pensionistas y mejoras de pensiones mínimas y de viudedad. Con esas medidas incluidas, ¿quién es capaz de votar en contra?, ha sido el mensaje implícito en la intervención del presidente.

Robles, en un discurso sin papeles, ha acusado a Rajoy de "tomarse a cachondeo" el Pacto de Toledo, de "tomar el pelo" a los pensionistas y de ofrecer un "discurso complaciente que elude lo que está pasando en la calle". Obviamente, el PSOE descarta apoyar los Presupuestos que presente el Gobierno, cuyo debate de totalidad será sobre el 20 de abril.

Y la senda de duras críticas al Gobierno la ha mantenido Pablo Iglesias, líder de Podemos, que ha hablado de situación injusta, de vetos del Gobierno a propuestas de mejora y de la situación de abandono de los pensionistas. Iglesias ha propuesto medidas concretas, como subir el salario mínimo, derogar las reformas laborales para mejorar la calidad del empleo y un impuesto de solidaridad a la banca, entre otras.

Obviamente, ni Podemos, ni ERC ni PDeCAT tienen la más mínima intención de apoyar los Presupuestos que elabore Rajoy. Todos ellos dejarán clara su distancia con el Gobierno, con referencias a las ayudas a la banca y otras decisiones políticas de Rajoy de las que discrepan radicalmente.

El presidente del Gobierno, en su réplica, ha rechazado las propuestas del resto de grupos, especialmente las referidas a volver a vincular la subida de las pensiones al IPC, y, por ejemplo, al PSOE le ha reprochado lo que hizo José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno y a Iglesias que las iniciativas de Podemos en la legislatura habrían llevado España a la quiebra porque supondrían 63.000 millones de euros de gasto adicional.

"Salgan ustedes por ahí y vean lo que hay", ha concluido Rajoy en defensa del Estado de bienestar y su política presupuestaria, basada, según ha dicho, en no reducir las partidas de pensiones y desempleo.