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La operación judicial contra el 1-O resitúa a Unidos Podemos en la calle y lejos del PSOE
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La operación judicial contra el 1-O resitúa a Unidos Podemos en la calle y lejos del PSOE

En línea con el “estado de excepción” desde el que Podemos ha tratado de enmarcar la estrategia del Gobierno contra el 1-O, Podemos trata de apostarlo todo a la movilización en la calle

Foto: El grupo confederal de Unidos Podemos se concentró este miércoles a las puertas del Congreso para protestar contra las detenciones de los organizadores del 1-O. (EFE)
El grupo confederal de Unidos Podemos se concentró este miércoles a las puertas del Congreso para protestar contra las detenciones de los organizadores del 1-O. (EFE)

Podemos vuelve a la calle. Lo hace con toda su artillería, movilizando desde las estructuras municipales y autonómicas hasta los pesos pesados a nivel estatal bajo la consigna, desobediente, de responder a los “ataques” del PP “contra los derechos civiles”. El portavoz de la confluencia catalana, Xavier Domènech, se encargaba de abrir el fuego desde el Congreso de los Diputados la mañana de este miércoles: “Pido serenidad pero también firmeza absoluta para responder a los ataques que estamos recibiendo como ciudadanos”, arengaba en referencia a la operación judicial contra el 1-O.

Después del líder de los 'comuns', marcaba el paso Pablo Iglesias, quien denominaba a los cargos de la Generalitat “presos políticos”. Paralelamente, y tras concentrarse en la puerta del Congreso en señal de protesta por las detenciones, la formación comenzaba a promover concentraciones en las subdelegaciones del Gobierno de todas las capitales de provincia bajo el lema 'Por la democracia, el acuerdo y la fraternidad'. Algunos de los carteles en los que se difundía recurrían a las imágenes del 15-M en la Puerta del Sol.

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En línea con el “estado de excepción” desde el que Unidos Podemos ha tratado de enmarcar durante los últimos días la estrategia llevaba a cabo por el Gobierno contra el referéndum unilateral, después de que el histórico líder del nacionalismo gallego, Xosé Manuel Beiras, pusiese esta tesis en circulación, la formación trata de apostarlo todo a la movilización en la calle. El objetivo pasa por canalizar el conflicto catalán contra el Gobierno del PP, a quien acusan de “pirómano”, e identificando a Mariano Rajoy como el enemigo común. Sin mencionar expresamente la necesidad de una moción de censura, desde Podemos se argumenta que los populares bloquean el diálogo necesario para alentar una salida negociada de la crisis, que pasaría por acordar un referéndum pactado y con garantías.

El terreno no deja de ser pantanoso para los intereses a futuro de la formación en un contexto de polarización, en el que la población española fuera de Cataluña recela de mayores cuotas de autogobierno. De ahí que se quiera superar el marco del choque de trenes o del 'procés' con la lectura, repetida como un mantra durante las últimas horas, de que “esto ya no va de independencia sí o no, sino de libertades y derechos”. Cuestionar la actuación del Gobierno como bandera, que tildan de “escalada represiva”, y tratar de mostrar ante la opinión pública una pugna por quién defiende realmente el Estado de derecho.

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Las negativas repercusiones de las fotos junto a las formaciones independentistas y nacionalistas, tanto en las calles como en la denominada 'asamblea de cargos por el diálogo', que han impulsado para este domingo en Zaragoza, no amedrentan a los dirigentes. Entienden que se han traspasado “todas las líneas rojas”, como explican en público, y que el tiempo situará a cada actor político en su sitio y a ellos les dará la razón, como matizan en privado. Con todo, Podemos es el único de los grandes grupos con representación parlamentaria al que Rajoy no ha informado ni convocado para comunicar las acciones emprendidas contra el referéndum del 1-O.

“Que digan lo que quieran, nosotros ahora tenemos que estar con la democracia sin importarnos las consecuencias”, afirmaba un diputado cercano a Pablo Iglesias este miércoles en los pasillos del Congreso. La apuesta, en un episodio incierto que supone uno de los principales desafíos para el país de los últimos años, parece ser a todo o nada. De hecho, incluso se ponen en evidencia algunos de los cimientos del régimen del 78, como es la monarquía.

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En una entrevista televisiva en La Sexta este martes, el líder de Podemos ponía en la agenda el papel de la corona al reclamarle “neutralidad”. “En una democracia, a quien no eligen los ciudadanos no tiene autoridad política. La autoridad política la tienen los representantes de la soberanía. Y en España al Rey no le ha votado nadie", afirmaba. Extendía así algunos de los argumentos que Iglesias ya había expresado la pasada semana al asegurar que "un jefe de Estado más cerca del PP que de la ciudadanía catalana, no augura un futuro fácil para la monarquía".

La vuelta a la calle y la estrategia emprendida por Unidos Podemos supone asimismo un nuevo distanciamiento con el PSOE en una de las cuestiones más sensibles, después de que se recondujesen las relaciones con la vuelta de Pedro Sánchez a la secretaría general. La guerra por la hegemonía de la izquierda ha reaparecido. Podemos ha aprovechado el respaldo del líder socialista al Gobierno a la hora de afrontar el conflicto con Cataluña para empujarlo nuevamente a la denominada “triple alianza”.

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El más explícito en este sentido ha sido el líder de IU, Alberto Garzón, quien llamó a “acudir a las manifestaciones que van a tener lugar esta tarde en apoyo y en defensa de los derechos fundamentales que están siendo liquidados por el bloque reaccionario de PP y Ciudadanos”. Respecto al PSOE, ha exigido que se posicione en uno u otro bloque, mostrando su esperanza de que finalmente sea “del lado de la defensa de los derechos fundamentales”.

El movimiento de Unidos Podemos también supone un punto de inflexión en el seno de la formación, que ha aparcado cualquier atisbo de diferencia interna entre sectores para mostrar una unidad nunca vista desde la asamblea fundacional. Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Miguel Urbán, representantes de las tres grandes corrientes del partido, coinciden plenamente en una hoja de ruta que han diseñado conjuntamente. Hasta el dividido grupo parlamentario catalán de Catalunya Sí que es Pot ha vuelto a mostrarse unido y con un mismo mensaje. Para muestra, la delegación de Podemos en la manifestación celebrada la tarde de este miércoles en la Puerta del Sol, que encabezaban Pablo Echenique, Íñigo Errejón, Irene Montero, Rita Maestre y Miguel Urbán.

Podemos vuelve a la calle. Lo hace con toda su artillería, movilizando desde las estructuras municipales y autonómicas hasta los pesos pesados a nivel estatal bajo la consigna, desobediente, de responder a los “ataques” del PP “contra los derechos civiles”. El portavoz de la confluencia catalana, Xavier Domènech, se encargaba de abrir el fuego desde el Congreso de los Diputados la mañana de este miércoles: “Pido serenidad pero también firmeza absoluta para responder a los ataques que estamos recibiendo como ciudadanos”, arengaba en referencia a la operación judicial contra el 1-O.

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