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¿Qué puede hacer el Rey ante el inicio de la ruptura? Los 'gestos' que piden los expertos
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¿Qué puede hacer el Rey ante el inicio de la ruptura? Los 'gestos' que piden los expertos

Los expertos consultados por este diario aseguran que es momento de que el Rey defienda "con mayor intensidad" la unidad del país. Hay varias fórmulas previstas en la Constitución

Foto: El Rey antes de las audiencias en el Palacio de la Zarzuela el pasado jueves. (EFE)
El Rey antes de las audiencias en el Palacio de la Zarzuela el pasado jueves. (EFE)

Era la semana clave de Cataluña y ha terminado siendo la semana de la ruptura. El Parlament está dividido tras dos jornadas kafkianas en las que los diputados de Junts Pel Sí y la CUP aprobaron las llamadas leyes de desconexión. La Cámara autonómica se rompió en dos mitades durante una votación que, además de ilegal e inconstitucional, se saltó todas las normas del reglamento. El Tribunal Constitucional prohibió en apenas unas horas el referéndum previsto para el 1 de octubre y la Fiscalía General ordenó a Guardia Civil, Policía y Mossos d'Esquadra intervenir todo el material destinado a organizarlo. Una situación de fragmentación institucional y social que el Gobierno trató de enderezar condenando el golpe a la democracia y transmitiendo garantías a ciudadanos y funcionarios. En todo este proceso, el Rey se encuentra en un estado permanente de alerta.

Según ha podido confirmar este diario, Felipe VI y Rajoy mantienen un contacto continuo desde el pasado miércoles, cuando empezó a desencadenarse el desafío. Las conversaciones son constantes y el jefe del Ejecutivo avanza todas sus decisiones al monarca que, hasta el momento, desempeña su agenda con normalidad. Los últimos días de esta semana el Rey ha tenido jornadas repletas de audiencias en el Palacio de la Zarzuela. Los que lo vieron reconocen que la preocupación era visible en su actitud. "Rostro serio y mirada intranquila", sostienen.

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la rueda de prensa. (EFE)

En Zarzuela guardan silencio sobre los pasos que podría dar a partir de ahora y únicamente señalan el Título II de la Constitución, relativo a la Corona. En efecto, los expertos constitucionalistas consultados por este diario reiteran la capacidad ejecutiva limitada que el monarca tiene, aunque también reivindican la necesidad de ver algún gesto adicional por parte del jefe del Estado en un momento de tanta gravedad. "Debe hacer oír su opinión, mostrar la firmeza con la que el país defenderá el orden constitucional para la no fractura de España", explica el catedrático Antonio Torres del Moral.

En realidad, la mayoría de las intervenciones de don Felipe durante los últimos meses han incluido un mensaje firme en defensa de la unidad de España y del cumplimiento de las leyes. El último en las Cortes Generales no dejó lugar a dudas: "Fuera de la ley solo hay arbitrariedad, imposición e inseguridad", dijo entonces. Los constitucionalistas abogan por que el Rey reitere su mensaje con "cierta intensidad" dadas las circunstancias actuales.

Es cierto que su función constitucional le impide ir más allá y el protagonismo lo debe tener el Gobierno como poder ejecutivo. Aún así, sostiene Torres del Moral, una declaración institucional estaría dentro de sus capacidades y el momento demanda un gesto de ese tipo. "El asunto ya es suficientemente grave como para que el jefe del Estado defienda la unidad del país y el cumplimiento de las leyes con una mayor intensidad".

placeholder El rey Felipe junto a Mariano Rajoy (d) y  Carles Puigdemont (i). (EFE)
El rey Felipe junto a Mariano Rajoy (d) y Carles Puigdemont (i). (EFE)

Una iniciativa de este tipo estaría contemplada en el artículo 56 de la Constitución: "El Rey es el jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones (...)". Y basándose en esta premisa, los constitucionalistas consideran que Felipe VI podría encontrar alguna fórmula para apelar a esa unidad y al papel que le atribuye la Carta Magna.

De hecho, ya existe algún antecedente, aunque en forma de comunicado. En septiembre de 2016, días después de que Rajoy fracasara en el primer debate de investidura al que se sometió, la Casa del Rey emitió un insólito mensaje en el que además de emplazar a los distintos líderes políticos a iniciar una nueva ronda de negociaciones, lanzaba una clara advertencia sobre la necesidad de diálogo en los tiempos que corren para llegar a acuerdos. "La pluralidad política, expresada en las urnas, conlleva una forma de ejercer la política basada en el diálogo, la concertación y el compromiso, con la finalidad de tomar las mejores decisiones que resuelvan los problemas de los ciudadanos". Las fuerzas políticas y la opinión pública comprendieron la reprimenda tal y como venía escrita. O había una solución o España se embarcaba en unas terceras elecciones generales.

Los expertos sostienen que la gravedad del momento requiere de un gesto por parte del Rey dentro del marco constitucional

En todo caso, la Constitución prevé alguna otra medida extraordinaria en su artículo 62, relativa a las funciones que corresponden al Rey. Concretamente, en el apartado 'g' se recoge lo siguiente: "Ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente del Gobierno". La reunión del gabinete de Rajoy convocada de urgencia este mismo jueves no llegó a plantear esta medida, pero los expertos no descartan que pueda producirse si los acontecimientos lo requieren, sobre todo para lanzar una imagen de unidad total y fuerza institucional. Podría ser un golpe de efecto conjunto de jefatura del Estado y Gobierno. Sea cual sea la fórmula, el gesto del Rey puede ser determinante.

Era la semana clave de Cataluña y ha terminado siendo la semana de la ruptura. El Parlament está dividido tras dos jornadas kafkianas en las que los diputados de Junts Pel Sí y la CUP aprobaron las llamadas leyes de desconexión. La Cámara autonómica se rompió en dos mitades durante una votación que, además de ilegal e inconstitucional, se saltó todas las normas del reglamento. El Tribunal Constitucional prohibió en apenas unas horas el referéndum previsto para el 1 de octubre y la Fiscalía General ordenó a Guardia Civil, Policía y Mossos d'Esquadra intervenir todo el material destinado a organizarlo. Una situación de fragmentación institucional y social que el Gobierno trató de enderezar condenando el golpe a la democracia y transmitiendo garantías a ciudadanos y funcionarios. En todo este proceso, el Rey se encuentra en un estado permanente de alerta.

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