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Los chóferes de Caja Madrid también tenían tarjetas 'black' para los caprichos de sus jefes
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su existencia se desconocía hasta ahora

Los chóferes de Caja Madrid también tenían tarjetas 'black' para los caprichos de sus jefes

El despilfarro de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia fue mucho más allá de los 15,5 millones de euros que la cúpula de ambas

El despilfarro sin control de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia fue mucho más allá de los 15,5 millones de euros que la cúpula de ambas entidades desvió para su uso privado entre 2003 y 2012. Al menos una docena de chóferes al servicio de los directivos y consejeros del banco rescatado también disponían de tarjetas opacas al fisco, registradas a su nombre, para cubrir los caprichos extra de sus jefes, según han revelado a El Confidencial varios de esos conductores.

Las cantidades cargadas a estas tarjetas, cuya existencia se desconocía hasta ahora, no figuran entre la documentación en poder del magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, instructor del caso Bankia, pero podrían sumar cientos de miles de euros adicionales, según las fuentes consultadas por este diario.

"Las tarjetas black para los chóferes se implantaron con la llegada de Miguel Blesa, en 1996, casi al mismo tiempo que las tarjetas de los propios directivos. Nosotros no podíamos cargar en ellas ningún gasto personal, salvo el alojamiento o las comidas cuando viajábamos fuera de Madrid para llevar al presidente o a algún director general a un acto oficial", explica uno de los conductores con la condición de no desvelar su identidad.

"Muchas veces se trataba de viajes privados o de fin de semana, y en esos casos también pagábamos con nuestras tarjetas los peajes o el combustible", añade el mismo chófer. "Pero la mayoría de los gastos eran simples caprichos, eso sí, casi siempre muy caros, de los directivos y consejeros, que nos encargaban ellos mismos directamente o, en algunas ocasiones, sus secretarias".

Pool de conductores

"A mí la tarjeta me la entregó Gema Martos, que era la directora del área de Relaciones Externas y Protocolo, nada más incorporarme al pool de conductores que dábamos servicio a Presidencia, los directores generales, los consejeros...", asegura otro de los chóferes consultados, que, aunque también exige anonimato, ha accedido a relatar en un vídeo, en el que aparece con la voz distorsionada y el rostro protegido por la penumbra, el uso que daba a su tarjeta opaca.

"Éramos 12 conductores, más otros dos eventuales para cubrir los periodos de vacaciones. Todos teníamos tarjeta black excepto dos, que al parecer no tenían la plena confianza de la dirección, según me explicaron entonces", prosigue. "La tarjeta estaba a mi nombre, y era una Visa Corporate Card", añade. "No recuerdo la cantidad exacta que los directivos cargaron a mi tarjeta, pero calculo que la cifra estaría alrededor de los 8.000 o 10.000 euros anuales cada uno".

"Hay que tener en cuenta que, al trabajar en régimen de pool, los conductores íbamos rotando y dábamos servicio a casi todos los altos cargos", prosigue. "Yo, por ejemplo, fui chófer de Rodrigo Rato, de Rafael Spottorno, de José Manuel Fernández Norniella, de Ildefonso Sánchez Barcoj... Además, las liquidaciones mensuales de las tarjetas no nos llegaban a nosotros, sino que las controlaba directamente Protocolo, que hacía un seguimiento muy estricto".

"Otras veces ni siquiera sabía para quién eran los encargos", continúa. "Simplemente me avisaban de Protocolo y me decían: 'Hay una reserva en Viajes Iberia. Pásate por la agencia, la pagas y la traes'. Yo iba, pagaba con mi tarjeta black y me daban un sobre cerrado con la documentación, así que era imposible saber si quien iba a viajar era tal o cual directivo, o si el viaje era oficial o privado, o si iba solo o acompañado. Luego entregaba el comprobante del pago en Protocolo, y listo".

Bankia envió el pasado mes de junio al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) dos informes de auditoría que alertaban de la existencia de las tarjetas VIP de Caja Madrid y de los gastos millonarios sin justificar atribuidos a 86 directivos y consejeros de la entidad. El FROB remitió ambos informes a la Fiscalía Anticorrupción, y esta, a su vez, al juez Andreu. Pero en ninguno de ellos aparecen los cargos en las tarjetas black que utilizaron durante años los chóferes de los altos cargos.

El despilfarro sin control de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia fue mucho más allá de los 15,5 millones de euros que la cúpula de ambas entidades desvió para su uso privado entre 2003 y 2012. Al menos una docena de chóferes al servicio de los directivos y consejeros del banco rescatado también disponían de tarjetas opacas al fisco, registradas a su nombre, para cubrir los caprichos extra de sus jefes, según han revelado a El Confidencial varios de esos conductores.

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