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Ana Mato y Cia. ¿En manos de quién está la salud en la Unión Europea?
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UN 42% DE MINISTROS VIENE DEL CAMPO SANITARIO

Ana Mato y Cia. ¿En manos de quién está la salud en la Unión Europea?

Los países africanos más afectados por el virus tienen a doctores al frente de sus ministerios de Sanidad. En la UE, hay más perfiles políticos que sanitarios

La confirmación el lunes pasado del primer caso de contagio por ébola en un país occidental ha puesto en entredicho la organización y respuesta que ha dado España, y, especialmente, la actuación de la ministra, Ana Mato, tras una primera rueda de prensa envuelta en la polémica, y la del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez. La primera, política de carrera, el segundo, doctor, como ha dejado claro en una de sus polémicas declaraciones: "Soy médico y tengo la vida resuelta". Precisamente uno de los tuits más mencionados en esta semana de redes sociales frenéticas, escrito por el periodista David Jiménez, hablaba de la capacitación profesional de la titular de Sanidad: "Ana Mato: licenciada en políticas y carné del PP. Su homólogo en Liberia: titulado en Químicas, cirujano, doctor OMS y ex director de hospital".

Efectivamente, el ministro de Liberia es el cirujano Walter T. Gwenigale, apodado como 'dr. G', que obtuvo su título de médico en Puerto Rico y ha sido director de hospital durante 30 años, aparte de formar parte del comité ejecutivo de la OMS. Cuentan también con cualificación en el campo de la salud los responsables del ministerio de los otros dos países más afectados por el virus, Sierra Leona, cuyo gobierno comunicaba el pasado 29 de agosto el nombramiento del doctor Abu Bakarr Fofanah (médico con experiencia en Reino Unido y su propio país, y títulos en Medicina Tropical obtenidos en Londres y Berlín), y Guinea Conakry, que tiene al frente de la Sanidad a Rémy Lamah, coronel médico formado en bioquímica, microbiología y gastroenterología.

Políticos son los titulares de Sanidad de países como Reino Unido, Francia, Alemania, Suecia e Italia

Doctores, pues, al frente de las carteras de Sanidad allí donde más está azotando la enfermedad (la OMS ha registrado en estos países más de 8.376 casos sospechosos de infección, con 4.024 muertes). En España, una política, en cuyo currículo oficial se especifica que Ana Mato es licenciada en Ciencias Políticas y Sociología por la UCM y que ha sido vicesecretaria general de Organización y Electoral del PP, directora de campañas electorales del partido, diputada nacional, eurodiputada, diputada autonómica, subdirectora de gabinete en Castilla y León y portavoz sobre medios de comunicación del PP. En total, su carrera profesional se resume en ocho puntos, todos ellos relacionados con su pertenencia al Partido Portular. ¿Pero qué ocurre en Europa?

La propia Comisión Europea ha tenido como comisario de Salud al maltés Tonio Borg, doctor en Leyes, abogado especializado en derechos humanos y político desde 1980. Ha ocupado diversos ministerios y puestos, ninguno de ellos relacionados con el ámbito sanitario. Su probable sucesor (el Parlamento Europeo votará a los comisarios el 22 de octubre), Vytenis Andriukaitis, es, sin embargo, cirujano cardiovascular. Entre los países de la Unión, como muestra el gráfico que antecede estas líneas, hay un 42% de ministros (12) formados o con experiencia en el sector sanitario. El resto, un total de 16, son en su mayoría políticos (aunque tres de ellos sí han tenido relación con el campo de los seguros de salud). Políticos son los titulares de Sanidad de países como Reino Unido, Francia, Alemania, Suecia e Italia, donde tiene la cartera Beatrice Lorenzin, con un perfil muy similar al de Ana Mato. Lorenzin ha ocupado puestos siempre políticos y siempre ligados al partido (Forza Italia y Nueva Centroderecha), con la diferencia de la formación: licenciada Mato, bachillerato en humanidades Lorenzin.

Vídeo: Comparecencia de la ministra de Sanidad, Ana Mato, tras la confirmación del primer caso por contagio de ébola en Europa

Una experiencia recomendable, pero no necesaria

"Lo que un ministro de Sanidad necesita es capacidad política y de liderazgo, y una sensibilidad hacia el sector que le permita conocer su funcionamiento, y de hecho ha habido ministros ajenos al ámbito de la salud, como el economista Ernest Lluch, sobre los que hay cierto consenso en cuanto a lo positivo de su gestión", recalca Esteve Fernández, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología. "Que esté formado o tenga, por ejemplo, experiencia en salud pública puede ser positivo, pero puede haber personas formadas en Medicina que no tengan capacidad de asumir un ministerio", añade.

Matiza esta opinión el presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, Ildefonso Hernández: "Con la actual estructura, en la que el Ministerio de Sanidad engloba también Asuntos Sociales o Igualdad, tendría tanto sentido que fuera médico como sociólogo o experto en cuestiones de equidad. Pero si existiese un ministerio de Sanidad como tal -y creo que sería necesario, porque la salud tiene que estar en la agenda política permanentemente, tiene que ver con cuestiones de seguridad, es transversal, conlleva coordinación con las autonomías...-, sería recomendable que al frente se situara una persona que, independientemente de su titulación, tuviera conocimientos o experiencia en salud pública, políticas de salud, etc.". Y exigible, añade, que cuando se nombre al titular de cualquier ministerio, el responsable de su nombramiento explique en 20 líneas, publicadas en la web, por qué esa persona es la mejor para el cargo: "No basta decir 'es de mi confianza'".

Para Hernández, que fue director general de Salud Pública con Trinidad Jiménez en el ministerio, es obvio que algo se ha hecho mal en estos días: "Los protocolos no son matemáticos, sino que sirven para tomar decisiones, y las crisis se gobiernan. Hasta la OMS tiene escritas las líneas de actuación en situaciones de crisis de salud pública. Y ha habido simulacros en la Unión Europea, en los que ha participado España, para crisis similares. La estructura de coordinación de respuesta tiene que estar absolutamente organizada. Aquí no sabemos quién está al cargo de nada".

Por lo pronto, el viernes la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría tomaba las riendas: dirigirá la comisión ministerial creada para ocuparse de la crisis. Mato, la ministra de carrera política, y Rodríguez, el consejero madrileño profesional de la medicina, quedan en un segundo plano.

La confirmación el lunes pasado del primer caso de contagio por ébola en un país occidental ha puesto en entredicho la organización y respuesta que ha dado España, y, especialmente, la actuación de la ministra, Ana Mato, tras una primera rueda de prensa envuelta en la polémica, y la del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez. La primera, política de carrera, el segundo, doctor, como ha dejado claro en una de sus polémicas declaraciones: "Soy médico y tengo la vida resuelta". Precisamente uno de los tuits más mencionados en esta semana de redes sociales frenéticas, escrito por el periodista David Jiménez, hablaba de la capacitación profesional de la titular de Sanidad: "Ana Mato: licenciada en políticas y carné del PP. Su homólogo en Liberia: titulado en Químicas, cirujano, doctor OMS y ex director de hospital".

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