“Aparte del comentario machista, Cañete es mal perdedor: es falso que me dejara ganar"

“Estamos con un espíritu de batalla y de victoria bastante extendido”, comenta Elena Valenciano (Madrid, 1960) para abrir el fuego de esta entrevista que la candidata concede por teléfono, desde el autocar, a la vuelta de un mitin en Bilbao. Los socialistas, lejos de los malos augurios que arrojan algunas encuestas, se muestran exultantes con el giro inesperado que ha dado la campaña tras el lío montado por Cañete y se aferran a esos datos, que apuntan a un empate técnico, aunque sea por la mínima. Al menos, el affaire ha dado vida a una caravana electoral que se presumía gris y que sigue sin movilizar al electorado, despreocupado generalmente por los asuntos europeos.

No es la primera vez que Valenciano se somete a este test, aunque sí que se estrena como cabeza de cartel de su partido, del que es, a día de hoy, la principal baza con la que cuenta Alfredo Pérez Rubalcaba para revalidar en las urnas estos dos años largos de travesía en el desierto. “No hemos acabado ni muchísimo menos, pero creo que hemos hecho lo que correspondía”, aclara al ser preguntada sobre esa renovación a la que han sometido al PSOE desde que sucedieron al equipo de José Luis Rodríguez Zapatero. Ha sido eurodiputada en dos legislaturas, de 1999 a 2008, y por eso sabe muy bien, como explicó recientemente en el Club Siglo XXI de Madrid, que los europarlamentarios españoles son los que menos concilian de todo el Viejo Continente, pues unen al horario europeo las jornadas de trabajo hasta última hora de la tarde de sus compañeros de Madrid. En ese mismo encuentro se descartó para el futuro (“yo me presento a esto y voy que chuto”, dijo entonces), aunque hay quien sostiene que no hay que perderla de vista si el domingo supera al PP en votos y en escaños. De momento, tendrá que convencer también a sus padres, que, como ella misma dice, con ironía, no la acompañan a los mítines porque “son de derechas”.

PREGUNTA: ¿Cañete le ha ayudado a relanzar esta campaña?

RESPUESTA: Yo creo que siempre es así, que los primeros días de las campañas siempre son más difíciles. No sé si Cañete nos ha ayudado o no, yo creo que, en realidad, somos nosotros los que lo hemos hecho bien y él el que lo ha hecho mal. Pero sí, no es tanto una inflexión como un tirón, un momento de arranque de la campaña. Las elecciones europeas son decisivas, pero no siempre la gente lo percibe así y cuesta un poco. Yo creo que ahora estamos en un momento de hacer la explicación buena y más directa para la gente que ya se ha enchufado a esto.

Cañete perdió el debate porque no tenía argumentos, y no porque yo fuera una mujer. Aparte del comentario machista, Cañete es muy mal perdedor, porque no es verdad que me dejara ganar. Desde el minuto uno y a lo largo de todo el cara a cara, fui haciendo propuestas, que es de lo que se trataba.

P.: ¿Cuántos puntos puede mover un debate como este en el resultado final? ¿Lo tienen calculado?

R.: No, eso es imposible de saber. Pero bueno, sí es verdad en un momento en el que hay un empate técnico tan claro entre las dos fuerzas políticas mayoritarias, cualquier cosa puede influir en el resultado. En todo caso, si ha influido habrá influido para bien. Eso es imposible de saber.

P.: Lejos de asumir que no le salió bien el debate, Cañete se ha metido él solo en un lío mayor al decir aquello de que habría parecido “machista” si la hubiera acorralado ante las cámaras. Parece cumplir a la perfección el guion de lo que un candidato no debe hacer…

Cañete es muy mal perdedor, porque no es verdad que me dejara ganar

R.: Lo malo es que lo piensa y que no le ha rectificado nadie. Lo malo es la categoría, no que uno un día meta más o menos la pata. El problema es la categoría que traduce un pensamiento así. La categoría de la derecha española de siempre, que es una derecha que todavía tiene que recorrer un larguísimo camino para aceptar que las mujeres seamos iguales o podamos competir igual, como quieras llamarlo. El problema no es sólo Cañete, es que nadie ha salido a corregirle.

P.: Ustedes han criticado muy duramente que Rajoy le haya calificado como “el mejor” candidato…

R.: Considero lamentable que Rajoy, en vez de pedir disculpas, no a mí, sino a todas las mujeres, haya jaleado lo que dijo Cañete. Cañete habla de la superioridad intelectual de los hombres, ofendiendo gravemente a todas las mujeres, y Rajoy dice que él es el mejor. Lo que está claro es que, para que no perdamos las mujeres, tienen que perder Cañete y Rajoy. Es deplorable que a estas alturas del siglo XXI el debate sea este y ambos puedan pensar algo así. No se pueden justificar las palabras del candidato del PP, como tampoco el apoyo recibido o la ausencia de críticas. No se trata de un detalle ni de una táctica electoral: él solo dijo lo que dijo y todos los demás en su partido le han arropado.

P.: Las mejores encuestas, como la publicada este domingo por El País, hablan de casi un empate técnico entre PP y PSOE. Si se produce este resultado el domingo, ¿se podría felicitar a Rubalcaba por su gestión de los dos últimos años?

R.: No creo que tenga mucha importancia eso, el felicitar o no a Rubalcaba. Yo creo que lo importante es que haya una alternativa progresista que se pueda ir consolidando, porque es lo que necesita este país. Lo necesita Europa y lo necesita España. Lo importante es que el PSOE esté en condiciones de competir con la derecha y de hacerse con la hegemonía política para que podamos parar a la derecha española y a la derecha europea. A mí, eso es lo que me parece más importante. Todo lo demás son derivadas muy secundarias.

P.: Lo digo porque en el reciente acto del Club Siglo XXI usted misma reconoció de que el hecho de que se hablase de la posibilidad de una victoria del PSOE ya era mucho…

R.: Lo ha hecho todo el mundo, todo el PSOE. No es algo que se pueda atribuir exclusivamente a Rubalcaba o ni siquiera a la dirección del partido. Lo hemos hecho entre todos. Eso es lo que hay que hacer cuando uno pierde las elecciones con una diferencia tan grande. Lo que hay que hacer es reconstruir, recomponer, resetear, innovar, renovar… En política es así y, afortunadamente, nosotros lo hemos ido haciendo. No hemos acabado ni muchísimo menos, pero creo que hemos hecho lo que correspondía y todavía queda mucho por hacer para que el PSOE vuelva a gobernar España, que es el objetivo que nosotros nos hemos impuesto.

P.: ¿A qué tienen más miedo, a la abstención o a que los ciudadanos de izquierdas opten por otras fuerzas más minoritarias?

Hemos hecho lo que correspondía y todavía queda mucho por hacer para que el PSOE vuelva a gobernar España

R.: Al voto nunca hay que tenerle miedo, se produzca como se produzca. Más bien hay que tenerle miedo al no voto, a que la gente no diga realmente qué quiere porque la verdad es que las decisiones que se van a tomar en los próximos años y, si me apuras, meses, van a condicionar muchísimo lo que pase en España con la gente que está pasándolo peor. Con los recortes del Estado de bienestar, con la cobertura por desempleo o con la sanidad y la educación. Eso se va a jugar muy rápidamente en Bruselas y nosotros deberíamos decidir cómo queremos que se haga, porque, aunque no lo digamos, se va a hacer. La cuestión es influir para que las decisiones que se tomen en Bruselas sean decisiones en beneficio de la gente. Y para eso hay que votar. Si no votamos, las decisiones se van a tomar igual y en perjuicio de la gente. Hay que tenerle miedo a eso, a que otros decidan por nosotros por no haber nosotros decidido en su momento qué queríamos. Esto es lo que más preocupa porque luego ya no tendrá arreglo. Si la derecha ve revalidada su política tanto en la Unión Europea como en España, van a darle una vuelta de tuerca a todo esto. Hay que decidir para que no decidan por ti.

P.: Quizá parte de esa abstención tenga su origen en que muchos ciudadanos se consideran huérfanos, políticamente hablando, del PP y del PSOE…

R.: Seguro que hay mucha gente que cree que los partidos que han gobernado tanto en España como en el resto de la Unión Europea son responsables de la situación que la gente vive. Eso no es falso. Yo creo que hay un alejamiento importante de la ciudadanía con respecto a la política y eso es lo que estamos viendo, pero hay que hacer la pedagogía necesaria para que la gente se involucre en la decisión. A base de no hablar de esto, el PP ha estado intentando eludir la campaña, el debate, el nombramiento del candidato… todo. A base de no hablar de esto es posible que acaben tomando la decisión otros. Por eso es muy importante que la gente se movilice para que no sean otros los que decidan. Pero es evidente que el PP y el Gobierno no han querido, de ninguna manera, que hubiera una campaña electoral como tal. No han podido retrasar más las decisiones. Las han retrasado hasta que ya no se podía más.

P.: Ustedes denuncian que el Gobierno ha escondido en un cajón la ley del aborto hasta después de las elecciones, pero lo cierto es que Cañete no rehuyó este tema en el debate…

R.: Alguien le dijo que la única manera que tenía de defenderse era hablar del tema de las menores, pero vamos, él argumentó que no era verdad que hubiera un proyecto de ley porque no había entrado en la Cámara y que era una cosa que no iba a pasar ahora. Pero todos sabemos que sí que va a pasar y que sólo si pierden tenemos una opción de que no pase esa ley. Pero sí que lo eludió. De hecho, dijo que era un asunto que no estaba en el parlamento y que estaban esperando informes. Sólo aludió al asunto de las menores, que es absolutamente residual, enano en la ley. Lo más grave no es lo de las menores, lo más grave es que un 95% de las mujeres no van a poder abortar con la ley en la mano. Eso es lo grave. Algo tuvo que decir porque él se imaginaba que yo replicaría algo, pero la verdad es que lo dijo a destiempo. Insistía en que todavía no hay nada cuando, en realidad, sí lo hay, y lo que hay es un anteproyecto de ley que impide el aborto legal a la mayoría de las mujeres españolas.

P.: ¿Estarían dispuestos a llegar a algún tipo de acuerdo con el PP aunque fuera en aspectos “residuales” como ese de la autorización paterna para las menores que aborten?

R.: No. El PSOE quiere que se mantenga la ley que existe en este momento y que no plantea absolutamente ningún problema en la sociedad española. Tenemos una ley que funciona, que no produce ningún conflicto ni con las mujeres ni con los profesionales, ¿por qué la vamos cambiar?

P.: En su última intervención en el debate, hizo una referencia muy explícita a que PP y PSOE “no son lo mismo”. ¿Por qué? ¿Cree que está calando en el ciudadano la idea de que sí lo son?

R.: No sé si está calando, pero sí sé que hay toda una campaña para hacerlo. Sé que hay mucha gente interesada en identificar a la derecha española con la izquierda española, lo cual es una cosa increíble. Sobre todo si se atiene uno al rigor histórico e ideológico. Aquí hay gente interesada en eso y el primer interesado es el PP y, también, algunos medios de comunicación. Yo sólo dije que había quedado muy evidente en ese debate que Cañete y yo no servíamos a los mismos intereses porque yo no sirvo a los mismos intereses que él por más que se empeñen los que se empeñan en decir lo contrario. Yo no sirvo a los mismos intereses que Cañete, ni tengo las mismas políticas que Cañete ni el mismo programa ni nada de nada. No es que esté calando o no, es que responde a una campaña orquestada para tratar de instalar esa idea, que es absolutamente falsa y absurda. La derecha española y el PSOE no tienen nada que ver.

P.: Esta semana compartirá varios actos con Carme Chacón. Con Eduardo Madina o Patxi López ya ha estado en otros mítines. ¿Cómo ha visto a los posibles aspirantes a primarias?

Hay que tenerle miedo al no voto, a que la gente no diga realmente qué quiere

R.: No he visto a nadie como aspirante, he visto a compañeros que están echando una mano en la campaña, de la misma manera que va a hacer Carme Chacón. No son vistos ni atendidos como aspirantes. De hecho, ninguno de ellos ha dicho nada. Son compañeros relevantes en el PSOE y en el PSC que ayudan a hacer la campaña y que, como son gente conocida, aportan mucho. Ya está, no hay nada más.

P.: ¿Cuál es su apuesta para el 25-M? ¿Cuántos escaños cree que va a conseguir?

R.: No hago apuestas. Ni me gustan ni sé hacerlas demasiado bien ni me corresponde. Voy a trabajar hasta el último segundo para conseguir el máximo número de votos porque creo que es lo que le conviene a este país. Lo creo sinceramente y por eso lo voy a hacer.

LAS PROPUESTAS DEL PSOE

1. Pacto europeo sobre el progreso social: incluye un programa de inversiones, un pacto por el empleo, políticas sociales sólidas para garantizar un sólido Estado del bienestar y un plan integral contra la pobreza.

2. Ofrecer oportunidades de trabajo: multiplicar por tres los fondos de la garantía de empleo juvenil y aumentar el Fondo Social Europeo para los parados mayores de 55 años.

3. Marco europeo de salarios mínimos

4. Nueva política industrial europea: elevar al 20% el peso del PIB de la industria y fomentar las reconversiones industriales.

5. Calendario flexible para la reducción del déficit.

6. Reforma del Banco Central Europeo: reducir el coste de la deuda pública y acabar con la inestabilidad de los mercados financieros.

7. Una troika social: compuesta por el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y los agentes sociales.

8. Reprogramación de fondos no ejecutados para el empleo juvenil y las pymes.

9. Aumentar el volumen total de fondos del Banco Europeo de Inversiones.

10. Programas de reestructuración de la deuda de las familias y las empresas para aliviar su situación precaria.

11. Reducir la evasión fiscal a la mitad con una lista negra de paraísos fiscales.

12. Eliminación del secreto bancario y prohibición de las amnistías fiscales

13. Tasa de transacciones financieras (tasa Tobin): reducir los movimientos especulativos y hacer que el sector financiero contribuya al sostenimiento de la economía y del Estado del bienestar.