Los obispos cierran filas con el "talante de Blázquez", el más votado de la historia

El más votado de la historia. Con 60 votos de los 79 emitidos. Ricardo Blázquez estrenó ayer su segundo mandato al frente de la Conferencia Episcopal tres años después de que, por un solo voto, fuera superado por el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Le escoltará, como vicepresidente, monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Valencia, que obtuvo 46 votos, y que se perfila ya como la apuesta de futuro más a largo plazo. Hay que recordar que Blázquez sólo podrá estar otro trienio al frente de la CEE, por lo que su mandato parece llamado a ser uno de transición.

Los obispos han optado por el perfil moderado de forma abrumadora. No sólo con el apoyo a Blázquez y Osoro, sino también al resto de los integrantes del Comité Ejecutivo de la CEE: el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo; el arzobispo castrense, Juan del Río; y el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio.

“La sorpresa no ha estado en la elección de la persona en sí, sino en la mayoría tan holgada que ha obtenido. Una mayoría que no se había producido en los últimos 30 años”, explica el director de la revista Ecclesia, Jesús de las Heras. “Ha sido casi plebiscitaria”. Una clave en la que coincide también Juan Rubio, director de Vida Nueva, para quien esos 60 votos muestran que “hay un deseo de apoyo a un perfil de presidente como el de Ricardo Blázquez”. Para José Manuel Vidal, director de Religión Digital, ese cierre de filas denota “que la única consigna que trajeron de Roma era que eligieran a quien quisieran, pero que dieran la sensación de unidad hacia afuera y hacia adentro”.

“Los obispos han mostrado su reconocimiento a la persona, el talante y el estilo de Blázquez, –añade De las Heras–. También su buena preparación intelectual, sus 26 años de experiencia pastoral, de ellos 15 en Bilbao, que no dejan de ser un plus. Igualmente, su talante afable, cercano y sencillo”.

Las previsiones se cumplieron. Los obispos se sentían en deuda con Blázquez por no haber podido aspirar a un segundo mandato hace tres años, como era la tradición no escrita dentro de la Casa. Blázquez ha sido, durante todo este tiempo, la mano derecha de Rouco Varela; sin embargo, para Rubio su elección hace pensar en la apertura de un tiempo diferente, aunque sea sólo en las formas o en el tono de los discursos. “Su nombramiento está en la línea de Francisco no porque Rouco no le sea, sino porque ha habido un reconocimiento a la figura de Don Ricardo, al único que se dirigen con el trato de don. Con ello, el episcopado cierra filas ante la nueva era que se abre tras la visita ad limina al Vaticano”.

“Está claro que buscaban a alguien que pudiera asumir desde dentro la nueva clave que viene desde fuera”, apunta Vidal. De las Heras, por su parte, añade que nunca se ha producido en la historia de la Conferencia Episcopal un distanciamiento entre Añastro, la sede de la CEE, y Roma, tampoco durante este último año de Francisco. “Pero sí es verdad que el perfil de obispo que tiene Blázquez se ajusta bastante con el estilo de pastores que quiere Francisco para su Iglesia”, explica.

Blázquez, un hombre de transición

La segunda clave que se esconde en las decisiones tomadas ayer por los obispos tiene una dimensión de futuro. Así al menos lo ve el director de Religión Digital, para quien Osoro es, a partir de ahora, el claro referente del futuro de la Conferencia Episcopal y candidato ahora con más bazas para el arzobispado de Madrid, plaza que tiene resolver en breve el Papa Francisco.

“Colocándose como vicepresidente, Osoro se presenta como el líder del futuro y Blázquez como un hombre de transición”, asegura Vidal. “Ha obtenido 46 votos, que es una mayoría muy cualificada –la mayoría absoluta está en 41–“, explica. “Si la estrategia del Papa pasa por confirmar lo que ha ocurrido, no le llevaría a nombrar a Blázquez arzobispo de Madrid para un periodo de sólo tres años. Sería mucho movimiento. Así que yo creo que Osoro gana enteros para venir a Madrid. Además, en la última visita ad limina, el Papa se refirió a él como el obispo peregrino porque se pasa todo el día en la calle y ese es el perfil que a él le gusta”.

El director de Vida Nueva también se apunta a esta tesis. “El episcopado ha visto en Osoro a alguien que conoce muy bien la Conferencia Episcopal y que en el futuro puede presidirla. Lo que yo me pregunto, y esto ya es una valoración personal, es por qué no uno de los dos, Blázquez y Osoro, para el arzobispado de Madrid”.

En su primera intervención pública después de haber sido elegido presidente, Blázquez destacó que hay llamados que “se aceptan desde las posiciones más profundas de la vida: la fe cristiana, el servicio apostólico que he recibido y el servicio a los hombres y mujeres de nuestra sociedad”. Blázquez señaló también que “la Iglesia es una casa con las puertas abiertas” y que el “evangelio siempre coloca a los pobres en su corazón”. Un discurso con continuas referencias a los necesitados y al servicio a los demás que rompe con el tono más tradicional que hasta ahora había esgrimido su predecesor, Antonio María Rouco Varela.