Blázquez marca su estilo: “El amor de Dios se debe testificar con amabilidad”

La abrumadora mayoría de los obispos españoles ha vuelto a confiar en Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, para liderar la Iglesia Católica de España. Tres años después de que perdiera frente al cardenal Rouco Varela por un solo voto, los obispos han cumplido con el guión de lo previsto y le han devuelto la posibilidad de presidir la Conferencia Episcopal por un segundo mandato. Ha recibido, en primera votación, 60 votos de los 79 obispos que han participado.

En esa misma votación, monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Valencia,ha obtenido 10 votos y monseñor Asenjo, 5. Osoro ha sido elegido vicepresidente en la segunda votación de la asamblea plenaria con 46 votos. En esa segunda elección,Asenjo, de perfil más conservador y cercano a Rouco, ha cosechado 19 votos. Parece claro, pues, que los obispos han querido dar punto y final a la era Rouco y abrir un nuevo tiempo marcado por la moderación.

En su primera intervención pública después de haber sido elegido presidente, Blázquez ha destacado que hay llamados que “se aceptan desde las posiciones más profundas de la vida: la fe cristiana, el servicio apostólico que he recibido y el servicio a los hombres y mujeres de nuestra sociedad”, ha explicado. Blázquez ha sido vicepresidente de la CEE durante los dos últimos trienios y presidió también la Conferencia Episcopal en el periodo 2005-2008, cuando era arzobispo de Bilbao.

El nuevo presidente ha agradecido el servicio “muy largo” de Rouco Varela, que ha presidido la Conferencia Episcopal en cuatro mandatos distintos, pero ha marcado, desde el primer momento, un nuevo tono que marca distancias con el de su predecesor y que se alinea con los nuevos aires del papa Francisco, a quien Blázquez ha alabado por su sencillez. De él ha destacado que, desde el principio, “ha manifestado cómo el amor de Dios se debe testificar con amabilidad”, ha explicado. “Es el Papa que el Señor nos ha dado y que es un regalo de Dios a la Iglesia”.

En su primera rueda de prensa, Blázquez ha señalado también que “la iglesia es una casa con las puertas abiertas” y que el “evangelio siempre coloca a los pobres en su corazón”. Un discurso con continuas referencias a los necesitados y al servicio a los demás que rompe con el tono más tradicional que hasta ahora había esgrimido su predecesor, quien ayer se despidió del cargoincidiendo, una vez más, en temas como el matrimonio, la familia, la educación católicao la unidad de España. Blazquez, por su parte, ha optado por seguir los consejos que ayer mismo dirigió el nuncio apostólico, Renzo Fratini, que exhortó a los obispos a centrarse en la siembra y en la evangelización. "Todos nosotros necesitamos que diariamente se nos anuncie el Evangelio, profundizar en la esperanza", ha resumido el nuevo presidente.

Preguntado por qué perfil tendrá en los próximos tres años, si más político como Rouco o más cercano al del Papa Francisco, Blázquez ha indicado que “debemos de imitar a nuestro Señor y no a otras formas de comportamiento”. “El estilo es el hombre”, ha concluido.

El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal ha recordado también la visita "ad limina" que los obispos españoles han llevado a cabo durante los últimos días al papa Francisco y que les ha dejado una "impresión extraordinaria". De él ha dicho que se ha comportado“como el hermano mayor con los hermanos menores”. “Tiene la gracia de que, en seguida, abatir las barreras invisibles que se pueden crear entre nosotros. En seguida muestra un rostro espontáneo y cercano y suscita una reacción semejante”, ha añadido.

Ricardo Blázquez nació en Villanueva del Campillo, Ávila, el 13 de abril de 1942. Fue ordenado sacerdote el 18 de febrero de 1967. Juan Pablo II le nombró en 1988 Obispo auxiliar del entonces arzobispo de Santiago de Compostela, Rouco Varela. Desde el 13 de marzo de 2010 es arzobispo de Valladolid.

Por su parte, Carlos Osoro ha sido, durante el último trienio, Presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar. Nació en Castañeda, Cantabria, el 16 de mayo de 1945. Es el undécimo vicepresidente en la historia de la Conferencia Episcopal Española.