Los obispos españoles: “El Papa dejará caer su especial parecer” en la sucesión de Rouco

Los 83 obispos que conforman la Conferencia Episcopal Española (CEE) han iniciado este lunes una visita ad Limina Apostolurun a Roma para ser recibidos por Su Santidad el Papa Francisco, que se extenderá hasta el 8 de marzo.

La última visita del pleno de la CEE tuvo lugar en el mes de enero del 2005, cuando en la sede de San Pedro estaba otro Papa, Juan Pablo II, que fallecería pocas semanas después. Dichos viajes fueron interrumpidos con motivo del Año de la Fe.

Las audiencias con el jefe de la Iglesia Católica tendrán lugar cada día desde las 11:30 a las 13:00 horas. El Papa Francisco recibirá a sus hermanos españoles en el episcopado en grupos de ocho, donde cada prelado presentará un breve informe sobre el estado de su diócesis, respondiendo a las preguntas que el Papa pudiera hacerles.

Asimismo, los obispos mantendrán encuentros con los responsables de los distintos Dicasterios (ministerios) de la Curia Vaticana, entrevistas que han sido preparadas previamente entre los responsables de la Conferencia Episcopal Española y la Congregación de Obispos.

Los orígenes de la Visita ad Limina se remontan al siglo IV, si bien fue el Papa Sixto V en 1585 quien la institucionalizó y dispuso, de modo más sistemático, el paso por Roma de los responsables de las distintas Iglesias en el mundo.

Encuentro trascendental e importante

Fuentes eclesiásticas de toda solvencia subrayan la “importancia” de esta visita al jefe de la Iglesia Universal. Porque, “de una forma u otra, el Papa dejará caer su especial impronta y sus pareceres” acerca de lo que espera de la Iglesia en España”.

En el ánimo de los obispos españoles pesa la “hoja de ruta” que les marcará Francisco para llevar a cabo en nuestro país. El día 14 de marzo se reúne la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal para sustituir al histórico cardenal Rouco Varela al frente de la misma. Rouco ha marcado una etapa larga y “poderosa” dentro de la Iglesia en nuestro país con el nombramiento de muchos obispos y con un poder decisorio total.

Tal y como adelantó El Confidencial hace meses, los nombres que suenan son los siguientes: Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, que ya fue presidente de la CEE y que en la última elección fue apeado por Rouco Varela por un solo voto. “Los obispos creen que le deben una…”, sostienen las mismas fuentes. Sería proceder a un cambio no significativo en la forma de concebir el rol de la Iglesia, si bien Blázquez (que fue obispo de Bilbao y terminó por ganarse a los nacionalistas vascos que le recibieron de uñas) es un obispo considerado “centrista” y “moderado”.

Sin embargo, hay una corriente muy fuerte dentro de la CEE que apuesta por “escenificar un cambio”. Su candidato sería el actual vicario general castrense Juan del Río. Ya se apuntó esta línea eligiendo como secretario general a un sacerdote de su confianza, José María Gil Tamayo, que, aunque miembro del Opus Dei, tiene un marcado acento “social” y pastoral.

Sobre el Arzobispado de Madrid

Con este ánimo han entrado los obispos españoles en el Vaticano. Pero hay otro cambio en ciernes también de singular importancia en la jerarquía católica española: la del Arzobispado de Madrid, ahora también bajo la impronta del cardenal Antonio María Rouco Varela.

Se apuntan los nombres del cardenal Antonio Cañizares, en la actualidad “ministro” en Roma por decisión de Benedicto XVI; se le considera el “político” por excelencia. Pero no se olvidan los nombres de Carlos Osoro, arzobispo de Valencia y en su día cooptado al episcopado por el Papa Juan Pablo II, que le encargó la diócesis de Orense.

La ruptura total con la línea Rouco sería el nombramiento para ese puesto de un sacerdote puro y duro, “preparado, eso sí, con grandes dotes, pero simple sacerdote”.