Los ruidosos chicos 'magenta'

No son muchos en UPyD. No demasiados. Pero muy activos. El hotel madrileño en el que hoy clausuran su II Congreso Nacional haciéndole la ola a su jefaza, Rosa Díez, es buena prueba de ello. Pero, aunque escasos en volumen, hacen mucho ruido. Para ejemplos, algunos botones recientes, de las últimas horas.

Primero, la patada seca y certera en el 'trasero' del pacto asturiano, que mantenía vivo, coleando y sin problemas en el Gobierno del Principado al PSOE, acomodado en la 'minoría absoluta' pero con el respaldo de UPyD e IU, bisagras y goznes del Ejecutivo. Uno de los dos bastiones del puño y la rosa que empieza a marchitarse a velocidad de vértigo frente al esplendor del negociado andaluz de Susana Díaz, que no Díez.

Segundo, el sopapo de improviso de la 'líderesa magenta', a su homólogo en Ferraz, Alfredo Pérez Rubalcaba, que sabía de buena tinta, escrita en el aire por Díez, o eso dice ella, que si el PSOE asturiano no apoyaba la reforma electoral regional la paz política en el Principado se iría al traste. Como así ha sido, porque los socialistas escurrieron el bulto en el último instante y se descolgaron de votar a favor una propuesta que ellos mismos habían elevado a la Cámara parlamentaria regional.

¿Por qué? Porque la reforma electoral pergeñada habría robado a los grupos mayoritarios (léase aquí PP y PSOE, con los del Foro del expopular,exministro y expresidente pírrico asturianoFrancisco Álvarez Cascos danzando cerca) un puñado de escaños en favor de las formaciones políticas más pequeñas (UPyD e Izquierda Unida). El PSOE debió de pensar eso de "al enemigo (aunque parezca amigo o nos apoye) ni agua"; pero el chaparrón que está cayendo en la política más allá del Puerto de Pajares, dejando atrás León, es de órdago a la grande, a la chica, a pares y a juego, si hay.

No le va a ser fácil al PSOE gobernar en este torbellino en el que se va a convertir Asturias después de este largo puente. Ahora el presidente habrá de lidiar con morlacos de cornamenta astifina y con algún cornigacho que le apretará en los medios y hasta en la puerta de chiquero... para que acabe saliendo escondido entre la muchedumbre por el callejón.