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Zapatero defiende entre abucheos su relación de cooperación con la Iglesia católica
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DEBATE CON EL CARDENAL ANTONIO CAÑIZARES

Zapatero defiende entre abucheos su relación de cooperación con la Iglesia católica

José Luis Rodríguez Zapatero ha vuelto a demostrar este jueves que le sobra talante o que sus casi ocho años en la Moncloa le han hecho impermeable

Foto: Zapatero defiende entre abucheos su relación de cooperación con la Iglesia católica
Zapatero defiende entre abucheos su relación de cooperación con la Iglesia católica

José Luis Rodríguez Zapatero ha vuelto a demostrar este jueves que le sobra talante o que sus casi ocho años en la Moncloa le han hecho impermeable a las críticas más aceradas. El expresidentes ha sido recibido entre abucheos por las dos mil personas que han abarrotado el palacio de congresos de Ávila para observar un insólito debate entre el socialista y el cardenal Antonio Cañizares. Un diálogo sobre el humanismo del siglo XXI en el que ambos han rehuido la confrontación directa, y con el que Zapatero ha querido reaparecer públicamente tras meses de discreción y vida familiar.

Sin duda, podría haber elegido un marco mucho más favorable que la Universidad Católica de Ávila, y un moderador menos significado ideológicamente que el director de La RazónFrancisco Marhuenda, pero a Zapatero le sedujo esta suerte de reedición del famoso debate que protagonizaron el filósofo Jürgen Habermas y el entonces cardenal Joseph Ratzinger sobre fe y razón. Sin embargo, cualquier parecido con aquel diálogo es mera coincidencia.

Al inicio, Marhuenda y Cañizares tuvieron que llamar al orden al público para que dejara de silbar al expresidente, así como para reclamar que no interrumpieran con aplausos las intervenciones de cada uno, conscientes de que el público partía mucho más inclinado por las tesis del cardenal. “Esta es una convocatoria valiente, un acto que será discutido, que generará debate y algunas incomprensiones. Ya ven que no pierdo mi espíritu optimista porque hablo solo de algunas incomprensiones”, ha ironizado Zapatero.

Claro que el exsecretario general socialista también contaba con un grupo de fieles procedentes de su Gobierno. Los exministros José BonoMiguel Sebastián, José MontillaÁngel Gabilondo y Beatriz Corredor han acudido para arroparle, así como el portavoz socialista en el Senado, Marcelino Iglesias; el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page; y dirigentes del partido en Castilla y León.

No hubo nadie de la vieja guardia, ni de la nueva dirección que comanda Alfredo Pérez Rubalcaba, aunque la jornada tampoco era la más propicia: el secretario general del PSOE se encuentra en Bruselas, mientras que en el Congreso de los Diputados se aprobaban este jueves materias clave como la reforma laboral o los Presupuestos Generales del Estado. Por parte del PP, además de militantes de la región, ha destacado la presencia del exministro Ángel Acebes y del expresidente del Senado Juan José Lucas.

La inaudita convocatoria ha atraído también hasta Ávila a decenas de periodistas, sacerdotes, y público de diferentes provincias, desde Madrid, a autobuses procedentes, por ejemplo, de varias comarcas de Valladolid, cargados de alumnos de las escuelas públicas de educación para adultos. Y es que, pese a tratarse de unas jornadas universitarias, ha predominado la mediana y tercera edad sobre la juventud.

Afecto entre Cañizares y Zapatero

Pero las expectativas sobre un intenso debate entre Cañizares y Zapatero sobre la relación entre Iglesia y Estado, o las políticas llevadas a cabo por el último Gobierno socialista en cuestiones como el matrimonio homosexual, pronto se vieron desmentidas. Como ha explicado el expresidente, su relación con el cardenal ha pasado en los últimos años “del respeto al afecto” y, superando los abucheos, la charla ha transcurrido en un clima de escasa confrontación.

No ha habido ninguna alusión directa al mandato de Zapatero, ni a las manifestaciones contra sus políticas y en defensa de la familia, ni sobre las reformas del aborto o el divorcio. Tampoco a la financiación de la Iglesia o a las relaciones con el Vaticano. NO obstante, Cañizares ha reivindicado el papel público de la Iglesia y su repercusión en la sociedad, frente a aquellos que pretenden circunscribirla al ámbito privado. También ha rechazado el relativismo, y ha defendido una Europa con raíces cristianas y grecolatinas, frente al economicismo o el capitalismo extremo.

En este sentido, Zapatero se ha mostrado confiado en que Europa saldrá fortalecida de la crisis, para lo que ha reclamado una mayor unión fiscal, económica y bancaria. “Sé que hoy la dura crisis nos impide ver la esperanza”, ha afirmado, recordando los grandes avances que ha experimentado el mundo desde la Segunda Guerra Mundial, tanto en la expansión de la democracia como de la solidaridad internacional.

El expresidente ha reconocido la aportación fundamental del cristianismo al humanismo y al pensamiento occidental, y ha abogado por el diálogo interreligioso y la cooperación con la Iglesia católica. “El cristianismo ha tenido una influencia decisiva en la historia de Europa, ignorarlo sería ignorante”, ha señalado. Así, ha calificado de "éxito" la relación entre los poderes públicos y la Iglesia en España en los últimos 30 años, aunque subrayando el carácter aconfesional que marca la Constitución. “El modelo es de separación Iglesia-Estado, pero no de hostilidad”, ha reiterado, añadiendo que la visión laica, de respeto a la diversidad y a la creencia de cada uno es la que mejor garantiza la libertad religiosa.

José Luis Rodríguez Zapatero ha vuelto a demostrar este jueves que le sobra talante o que sus casi ocho años en la Moncloa le han hecho impermeable a las críticas más aceradas. El expresidentes ha sido recibido entre abucheos por las dos mil personas que han abarrotado el palacio de congresos de Ávila para observar un insólito debate entre el socialista y el cardenal Antonio Cañizares. Un diálogo sobre el humanismo del siglo XXI en el que ambos han rehuido la confrontación directa, y con el que Zapatero ha querido reaparecer públicamente tras meses de discreción y vida familiar.