La Puerta del Sol sigue abarrotada pasadas las 10 de la noche

Pocos se han movido de la Puerta del Sol cumplidas las diez de la noche. Decenas de miles de manifestantes desafían a estas horas las órdenes impuestas por la delegación del Gobierno, que impuso las diez de las 22.00 como hora límite para que la manifestación se disolviese. Fuentes policiales aseguran a este diario que no será hasta pasada la medianoche cuando los agentes comenzarán, poco a poco, a actuar para desalojar la plaza. Aunque la avalancha de indignados continúen en Sol, aseguran que "de ninguna forma" se permitirá una acampada.

La indignación ha vuelto a la calle. Decenas de miles de personas se manifiestan esta tarde la Puerta del Sol, la emblemática plaza madrileña donde nació el movimiento 15M hace justo un año. Acordonada por los cuatro costados por decenas de vehículos policiales, Sol se ha vuelto a convertir en el centro neurálgico de las protestas. Los indignados, que se han empezado a concentrar a las siete de la tarde, aseguran que vienen para quedarse como mínimo hasta las doce. El Gobierno advierte que no lo va a permitir.

Los integrantes del 15M que hoy han vuelto a tomar las plazas aseguran que hay tantas o más razones "que hace un año para protestar". La manifestación es seguida en más de 50 ciudades de más de 20 países bajo una misma reivindicación: más justicia social. Las pancartas demuestran que sus fuerzas siguen intactas e insisten en que no se sienten representados por ningún partido político.

Padres, hijos, estudiantes, trabajadores, parados, jubilados, en familia, con amigos, en pareja o en solitario. En la Puerta del Sol no hay un único perfil de indignado. El buen tiempo ha animado a los presentes, que desde las ocho de la tarde levantan con ahínco sus pancartas y escuchan los manifiestos de los organizadores. A las viejas reivindicaciones, como "somos los de abajo y vamos a por los de arriba" se unen las nuevas, como "hace un año que salió el Sol" o "no le des a la banca lo que le quitas a Sanidad". Blanca, una trabajadora social de un hospital público madrileño a la que le redujeron el sueldo un 5% y ya no gana ni mil euros al mes, ha venido esta tarde desde Alcalá de Henares para dejar su indignación: "Son los políticos y los banqueros los que viven por encima de nuestras posibilidades, no yo".

A las viejas consignas del 15M -"Lo llaman democracia y no lo es" o "Que no, que no, que no nos representan"- se unen las nuevas, como "No le des a la banca lo que quita a Sanidad" o "Banquero ayudado, ladrón indemnizado". También se han podido oír coros clásicos -"El pueblo unido jamás será vencido"- y algún otro, como "Pueblo, despierta, se acabó la siesta". Entre los carteles aparecen leyendas como "Generación Ni-Ni, ni izquierdas ni derechas, unámonos" y alusiones a la actualidad financiera, como "No a la estafa de Bankia" o "A nosotros ¿quién nos rescata?". En las protestas abundan las alusiones a los recortes en Educación y Sanidad y críticas a la reforma laboral.

Las diez de la noche será el momento crucial en Madrid, cuando se cumpla el plazo que ha dado la Delegación del Gobierno para manifestarse. Los indignados quieren aguantar hasta la medianoche e incluso ya hablan de hacer una "asamblea permanente" que dure 96 horas, hasta el próximo martes. La Policía tiene la orden clara: a partir de las diez, sólo dará tres avisos para que desalojen la plaza. Raúl, un abogado que no supera los treinta años, viene desde Zaragoza con su tienda de campaña a cuestas. "Me tendrán que echar de aquí a patadas".

Las Delegaciones del Gobierno han buscado todo tipo de soluciones para evitar que haya acampadas. En Madrid, 300 policías infiltrados se pierden entre la marea indignada, y hay otros 2000 antidisturbios más que los desplegados en la huelga general. En Barcelona los políticos han sido mucho más tolerantes y dejarán que los indignados permanezcan durante cuatro días seguidos en la plaza de Cataluña. En Valencia, la alcaldesa Rita Barberá ha vallado la Plaza del Ayuntamiento para montar un castillo de colores que se dispare a las doce de la noche; los indignados, no obstante, han entrado en el recinto y comenzado a demostrar el dispositivo pirotécnico con sus propias manos.

En Madrid, la Delegada del Gobierno ha echado esta mañana más leña al fuego asegurando que los manifestantes de esta tarde pertenecen a la "izquierda más de la izquierda".