El príncipe Felipe afronta una prueba de fuego que culminará en la Copa del Rey

Felipe de Borbón y Grecia afronta a sus 44 años una prueba de fuego como representante del Rey en las semanas más duras para la imagen de la Monarquía. El heredero ha asumido la agenda de su padre, que se recupera satisfactoriamente de una operación de cadera, al tiempo que se ha abierto en la sociedad el debate sobre la posible abdicación del soberano. Dados los plazos de recuperación, el Príncipe de Asturias podría sustituir a Juan Carlos I en acontecimientos tan simbólicos como el 60º aniversario de la llegada al trono de Isabel II, la final de la Copa del Rey de fútbol o, más próximamente, la ampliación de una refinería de Repsol.

El príncipe Felipe comenzó ayer su tarea de representación con una agenda sencilla. En primer lugar, recibió en el salón Magnolia del Palacio de la Zarzuela a las últimas promociones de abogados del Estado, correspondientes a los últimos tres años. En el acto han participado también el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y la abogada general del Estado, Marta Silva de Lapuerta. La segunda audiencia tuvo como protagonista a una representación de la compañía Bacardi, con motivo del 150 aniversario de su creación, encabezada por el presidente del Consejo de Administración, Facundo L. Barcardí, nieto del fundador de la marca.

Pero durante el próximo mes y medio, tiempo que previsiblemente necesitará su padre para reponerse de su lesión, el heredero deberá tomar las riendas ante la opinión pública de la Casa Real, afectada por múltiples escándalos y más cuestionada que nunca por la sociedad. La escapada del Rey para matar elefantes en Botsuana en pleno acoso a la economía española, y mientras su nieto mayor se recuperaba en el hospital tras haberse disparado en un pie, ha supuesto el colofón a una catarata de escándalos ampliamente divulgados por la prensa y las redes sociales.

El caso Urdangarin está lejos de terminar, y ayer, la presidenta argentina, Cristina Kirchner, añadió una nueva tensión al anunciar la expropiación YPF, petrolera controlada por Repsol. Precisamente, el Rey, que suele ejercer como embajador de las empresas españolas en el exterior, tenía previsto inaugurar mañana la ampliación de la refinería de esta compañía en Cartagena, Murcia. En su lugar, acudirá el príncipe Felipe, ya que, según Repsol, se trata de la mayor inversión industrial en la historia de España, al alcanzar los 3.000 millones de euros.

Asimismo, el heredero recibirá previsiblemente el viernes en audiencia al ministro de Asuntos Exteriores de la República de la India, Shri S.M. Krishna, o acudirá a la entrega del Premio Cervantes 2011. No obstante, el príncipe Felipe actuará en representación y no como jefe del Estado, título que continúa ostentado el Rey. En el ámbito exterior, la operación de cadera puede frustrar el viaje de Juan Carlos I y su esposa a Londres para participar en el 60º aniversario del reinado de Isabel II.

60º aniversario del reinado de Isabel II

La Reina invitará el 18 de mayo a todos los monarcas reinantes a un almuerzo en el Palacio de Buckingham al que don Juan Carlos y doña Sofía ya habían confirmado asistencia. Es de prever que los Príncipes de Asturias acudan como sustitutos, precisamente la misma semana en que los Reyes cumplen también sus bodas de oro. La crisis familiar e institucional que padecen ha provocado que la celebración sea de perfil bajo. El único acto oficial con motivo de las bodas de oro será una cena en el palacio de El Pardo a la que acudirán las primeras autoridades del país, y a la que asistirán el heredero de la Corona y su esposa Letizia Ortiz, pero no Cristina y Elena de Borbón ni, por supuesto, Iñaki Urdangarin.

Pero la culminación de este examen puede ser la final de la Copa del Rey, que tendrá lugar el 25 de mayo, coincidiendo con el final de la recuperación prevista para el monarca. Don Felipe podría tener que volver a dar el trofeo, como ya hiciera en 2010, cuando el Rey se recuperaba de una operación en la que le fue extirpada una parte del pulmón. Sin embargo, los finalistas entonces fueron Atlético de Madrid y Sevilla, mientras que ahora se enfrentan Athletic de Bilbao y Barça. 

Ambos equipos jugaron también la final de 2009, recordada, entre otras cosas, por la sonora pitada que las aficiones dedicaron al himno de España, y que TVE censuró. Ahora, las asociaciones independentistas Esait y Catalunya Acció preparan actos reivindicativos para la final, incluyendo otra sonora pitada en el estadio Vicente Calderón contra la familia real y el cántico de consignas nacionalistas. Una prueba final para comprobar las aptitudes del heredero para ocupar el trono.