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El PSOE fía su resurrección al voto femenino y carga contra los “machos cabríos”
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EL EQUIPO DE RUBALCABA REACCIONA CONTRA EL JUEZ DEL OLMO

El PSOE fía su resurrección al voto femenino y carga contra los “machos cabríos”

Alfredo Pérez Rubalcaba sabe que no puede obtener un buen resultado sin el apoyo mayoritario del electorado femenino, por lo que ha convertido la igualdad en

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El PSOE fía su resurrección al voto femenino y carga contra los “machos cabríos”

Alfredo Pérez Rubalcaba sabe que no puede obtener un buen resultado sin el apoyo mayoritario del electorado femenino, por lo que ha convertido la igualdad en uno de los ejes de su campaña. El candidato socialista dedica cada vez más tiempo en su discursos a demostrar su compromiso con los derechos de la mujer, y entre sus medidas estrella destaca la inclusión por ley de más directivas en la empresa privada. En esta línea, Elena Valenciano salió ayer en tromba contra el juez Juan del Olmo preguntando si al magistrado le gustaría que llamaran “zorra” a su esposa.

La jefa de campaña del PSOE se mostró indignada por la controvertida sentencia judicial donde se sostiene que el uso de este apelativo por parte de un hombre condenado por violencia de género, lejos de ser un insulto, supone un elogio a la mujer precavida. En declaraciones a La Sexta, Valenciano denunció que el lenguaje sigue reproduciendo la “ideología machista dominante”. “Como si yo a usted le llamo algo muy grosero y luego digo que es el macho de la cabra”, expresó.

La número dos de Rubalcaba representa en esta etapa el perfil feminista que ejerció María Teresa Fernández de la Vega con Zapatero, y esta semana afronta el desafió de situar a más mujeres en los puestos de salida para el 20-N. El candidato se ha implicado en esta materia, y durante la Conferencia Política del pasado fin de semana advirtió a los barones del partido que hay que dar “una vueltita” a las listas electorales. “Vamos a llevarnos bien”, les pidió con retranca.

Según fuentes socialistas, el problema no radica tanto en el número de cabezas de lista, que pasan a priori de 12 a 17, sino en la aplicación estricta de la paridad. Es decir, aquellas provincias donde, incluso cuando el número uno es para una mujer, los siguientes puestos corresponden a hombres, y no vuelve a haber otra candidata hasta el quinto lugar. En estos casos, si el PSOE lograra cuatro diputados, habría una proporción de tres a uno a favor de candidatos masculinos.

Esta situación se agrava por las malas previsiones electorales para los socialistas, que ha desatado una batalla interna por los ocupar los primeros puestos, y que no ha respetado ni antigüedades parlamentarias ni sexos. Veteranos diputados como Francisco Fernández Marugán siguen en la cuerda floja, a la espera de la misericordia de Ferraz, mientras han desaparecido otros como Álvaro Cuesta o Jesús Cuadrado. En el caso de Madrid, la lista que encabeza Rubalcaba, solo hay tres mujeres, además de Valenciano, entre las 10 primeras posiciones: Cristina Narbona, en cuarto lugar; Delia Blanco, en el séptimo; y Ángeles Álvarez, en el décimo.  

“Quiero que las mujeres decidan en política”

Pero además de progresar en la paridad de las listas, Rubalcaba se ha propuesto trufar su programa de propuestas dirigidas al electorado femenino y tomar la bandera de la igualdad como hizo José Luis Rodríguez Zapatero. El propio presidente del Gobierno aseguró en abril, al anunciar que no repetiría como candidato, que el PSOE tiene un “cerebro femenino”,  y los resultados electorales de los últimos años avalan esta tesis.

En 2008, Zapatero obtuvo un millón más de votos de mujeres que de hombres, mientras que en los barómetros del CIS, el electorado femenino solía identificarse más fácilmente con el PSOE que con el PP. Pero la debacle de los comicios autónomos y locales, así como las últimas encuestas, muestran que ahora son los populares los que acaparan la mayor parte de estos votos.

La receta de Rubalcaba pasa por obligar por ley a que las empresas incluyan a más directivas en sus consejos de administración; avanzar en la conciliación de la vida familiar y laboral; extender la educación de cero a tres años; o reivindicar frente a Rajoy leyes como la del aborto o de la dependencia.  “Yo no quiero hacer política para las mujeres. Yo lo que quiero es hacer política con las mujeres. Yo no quiero que las mujeres estén en política quiero que las mujeres decidan en política. Yo no las quiero a nuestro lado, yo las quiero en nuestro sitio”, expresó el domingo en su discurso de clausura de la Conferencia Política.

Alfredo Pérez Rubalcaba sabe que no puede obtener un buen resultado sin el apoyo mayoritario del electorado femenino, por lo que ha convertido la igualdad en uno de los ejes de su campaña. El candidato socialista dedica cada vez más tiempo en su discursos a demostrar su compromiso con los derechos de la mujer, y entre sus medidas estrella destaca la inclusión por ley de más directivas en la empresa privada. En esta línea, Elena Valenciano salió ayer en tromba contra el juez Juan del Olmo preguntando si al magistrado le gustaría que llamaran “zorra” a su esposa.