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El PSOE utiliza el ‘caso Camps’ para atacar directamente a Rajoy
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QUIEREN QUE SEA EL LÍDER NACIONAL QUIEN DECIDA LA INHABILITACIÓN DEL PRESIDENTE VALENCIANO

El PSOE utiliza el ‘caso Camps’ para atacar directamente a Rajoy

Por primera vez en mucho tiempo, el partido socialista ha hecho piña en un frente común. Ante la próxima apertura de juicio oral al presidente de

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El PSOE utiliza el ‘caso Camps’ para atacar directamente a Rajoy

Por primera vez en mucho tiempo, el partido socialista ha hecho piña en un frente común. Ante la próxima apertura de juicio oral al presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, por la conocida como “causa de los trajes” derivada del 'caso Gürtel', Ferraz ha hecho propia la indignación de la opinión pública, que pide la dimisión inmediata del imputado. En lugar de exigir que el propio Camps sea quien dimita, los socialistas han enfocado toda su atención en el líder de los populares, Mariano Rajoy, para arrinconarlo y conseguir cortar las distancias de cara a las próximas elecciones generales.

“El líder de los 'populares' es quien tiene que decir si va a seguir apoyando a Camps o le va a acompañar al Tribunal cuando se siente en el banquillo”. Tomás Gómez, presidente del PSM, José Blanco, portavoz del partido, su secretario de Política Municipal, Antonio Hernando… Todos los socialistas que ayer tuvieron oportunidad de dejarse oír exigieron al líder de la oposición que aclare su postura. Jorge Alarte, el secretario general de los socialistas valencianos, exigió la convocatoria de un pleno extraordinario para elegir un nuevo presidente de la Generalitat tras conocerse la noticia. Pero ni el procesado ni el presidente de los populares se manifestaron sobre la implicación del primero en el caso.

El único que habló con máxima prudencia en todas las repuestas referidas al PP fue el candidato socialista a las elecciones generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, que no quiso “utilizar este asunto” para atacar a sus rivales y simplemente respondió que sea el propio Rajoy quien hable “si quiere hablar”. A pesar de las palabras del candidato, el núcleo duro de Ferraz se ha aprovechado del 'caso Camps' para atacar a degüello al líder de los populares, como éste hizo con el caso Faisán, y restarle credibilidad de cara a una opinión pública que exige casi por unanimidad la dimisión inmediata del presidente valenciano. Ayer, siete de cada diez lectores de El Confidencial se mostraron partidarios de que el PP renueve su cúpula en la Comunidad Valenciana para que Rajoy “no se convierta en el cómplice de sus desmanes”.

La coordinadora de EUPV y portavoz del grupo en las Cortes Valencianas, Marga Sanz, se mostró ayer “indignada y con vergüenza” ante la próxima apertura de juicio oral al presidente de la Generalitat, y señaló que el jefe del Consell debería “redactar hoy mismo su carta de dimisión”. En su defensa, la única que habló fue la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que comparó el caso Camps con el de Bildu y culpó a los socialistas de dejarles formar grupo de Gobierno en muchos de los ayuntamientos del País Vasco.

No es la primera vez que el PSOE utiliza el caso de los trajes para arrinconar a la cúpula del PP. En la campaña electoral de las elecciones municipales, desde Ferraz lanzaron un vídeo en el que acusaban a Rajoy de tener a Camps como modelo a seguir. En poco más de dos minutos, el vídeo recopilaba declaraciones de Rajoy en el que expresa su apoyo al líder regional. Con el último capítulo del caso Camps, los socialistas no van a perder la oportunidad de arrojar a los populares sus trapos sucios en plena batalla electoral.

Por primera vez en mucho tiempo, el partido socialista ha hecho piña en un frente común. Ante la próxima apertura de juicio oral al presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, por la conocida como “causa de los trajes” derivada del 'caso Gürtel', Ferraz ha hecho propia la indignación de la opinión pública, que pide la dimisión inmediata del imputado. En lugar de exigir que el propio Camps sea quien dimita, los socialistas han enfocado toda su atención en el líder de los populares, Mariano Rajoy, para arrinconarlo y conseguir cortar las distancias de cara a las próximas elecciones generales.

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