Zapatero vuelve a engañar a toda la oposición y aplaza otra vez dar la cara por la crisis

El portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, volvió ayer a dar la cara por José Luis Rodríguez Zapatero y logró retrasar, por enésima vez, la prometida comparecencia parlamentaria del presidente del Gobierno para explicar sus planes contra la crisis y el desempleo. Tras este nuevo aplazamiento, Zapatero no tendrá que afrontar ese mal trago, en el mejor de los casos, hasta mediados del próximo mes de septiembre.

La papeleta de Alonso no era nada fácil, pero logró colársela otra vez a la oposición. El pasado 22 de junio el portavoz socialista ya logró frenar in extremis una iniciativa de ERC e IU-ICV, respaldada por el resto de los grupos salvo el PSOE, para forzar la inmediata comparecencia de Zapatero en el hemiciclo a cuenta de la gravísima situación económica. Alonso, para evitar una nueva derrota parlamentaria, se comprometió ante todos los grupos de la Cámara a que el presidente del Gobierno acudiría al Congreso en la segunda quincena de julio. Y le creyeron. Pero les volvió a engañar.

En realidad lleva haciéndolo desde el pasado 10 de febrero, cuando Zapatero, en un pleno monográfico, reconoció que nuestra economía aún no había "tocado fondo" por la crisis. El presidente del Gobierno se había comprometido, a principios de año, a comparecer en el Congreso dos veces antes del verano para informar de la evolución de la crisis y del aumento del paro. Pero desde febrero no ha vuelto a dar la cara, y tanto Alonso como su hasta ahora número dos, Ramón Jáuregui, han ido sorteando hasta ahora, siempre a trompicones, la negativa de Zapatero a cumplir su promesa.

Los socialistas volvieron a salvar ayer los muebles en la Diputación Permanente del Congreso -el órgano que sustituye al Pleno fuera de los periodos ordinarios de sesiones-, esta vez gracias a los votos de CiU y Coalición Canaria, con los que consiguieron rechazar las peticiones del PP y de ERC-IU-ICV para que Zapatero cumpliera, por fin, su promesa de dar cuenta de sus planes anticrisis antes de las vacaciones estivales.

El portavoz adjunto de CiU, Pere Macias, justificó el sorprendente apoyo de su grupo en que en el segundo trimestre del año "se ha debatido a fondo sobre la crisis" en el Congreso, y añadió que lo más idóneo es que Zapatero comparezca en la primera quincena de septiembre, como paso previo a la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 2010. Macias advirtió que CiU será "muy exigente" en la negociación presupuestaria, y animó a Zapatero a presentar un proyecto "realista y no de fantasía", como el de este año.

Desconfianza e inestabilidad

En cambio, los portavoces de IU, Gaspar Llamazares, y de ERC, Joan Ridao, arremetieron contra el presidente del Gobierno por "incumplir su palabra". El primero se lamentó de que el Gobierno facilite la consecución de acuerdos, pero no su cumplimiento, y de que "legitime la escaramuza parlamentaria y los ajustes de cuentas". Esta actitud, advirtió, sobre todo en tiempos de crisis, "sólo genera desconfianza ciudadana e inestabilidad parlamentaria"

Ridao, por su parte, avisó a Zapatero de que toma "muy buena nota" de su nuevo incumplimiento, y le acusó de "despreciar a la Cámara" por temor a que, tras la "buena noticia" del acuerdo sobre financiación autonómica, surjan "aristas" al debatir sobre la crisis económica. También se mostró "sorprendido" por el apoyo prestado por CiU a Zapatero para evitar su comparecencia, cuando, a su juicio, los nacionalistas catalanes podrían haber aprovechado su presencia en la Cámara para manifestar su rechazo al nuevo sistema de financiación, que desdeñan por insuficiente.

Aún más crítica se mostró la portavoz del PP, Soraya Saénz de Santamaría. En su opinión, "si de verdad hubiera buenas noticias económicas", el presidente del Gobierno estaría "encantado" de poder "venderlas a la Cámara". Lamentó que el PSOE vuelva a "jugar con la geometría variable" para evitar dar cuenta de la crisis y las cifras del paro, y le recriminó que "el apoyo parlamentario se gana con razones y no con millones", en referencia al acuerdo sobre financiación autonómica cerrado ayer.