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Adolfo Domínguez, denunciado en Inspección del Trabajo por sus empleados catalanes
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ACUMULACIÓN DE DENUNCIAS

Adolfo Domínguez, denunciado en Inspección del Trabajo por sus empleados catalanes

Adolfo Domínguez ha pinchado en hueso en Cataluña. La mayoría de los trabajadores de las 45 tiendas que tiene en esta comunidad se le han revolucionado

Foto: Adolfo Domínguez, denunciado en Inspección del Trabajo por sus empleados catalanes
Adolfo Domínguez, denunciado en Inspección del Trabajo por sus empleados catalanes

Adolfo Domínguez ha pinchado en hueso en Cataluña. La mayoría de los trabajadores de las 45 tiendas que tiene en esta comunidad se le han revolucionado y le han venido denunciando durante los últimos meses ante la inspección de trabajo por menospreciar los derechos laborales de sus trabajadores, por no reconocer la representación sindical, por no haber elaborado aún el calendario laboral del 2009 y por la falta de un plan de prevención de riesgos laborales. La Inspección de Trabajo ya le ha dirigido varias advertencias.

La firma textil gallega tiene cerca de 200 empleados en Cataluña y ya ha sido advertida por la Administración para que reconsidere algunas de sus actuaciones. Las primeras denuncias fueron presentadas en Navidad, ya que desde el 2007 la empresa se negaba a facilitar información al comité de empresa. Las únicas comunicaciones que hacía eran sobre las bajas laborales y el absentismo. “Con las advertencias de la Inspección, se pone de manifiesto las dificultades que tenemos para sentarnos a hablar con la empresa”, declaró a El Confidencial Eva Gajardo, representante de la UGT, sindicato del que forman parte todos los delegados del comité.

Según las denuncias presentadas ante la Inspección, desde hace dos años, la dirección sólo ha hablado tres veces con el comité de empresa y sólo en una de ellas trató temas laborales. “Se toman decisiones que afectan a la vida laboral, como distribución de la jornada o cambios de centro de trabajo y se nos niega información a los representantes de los trabajadores”, se queja Eva Gajardo. Fuentes oficiales de la compañía consultadas por El Confidencial rehusaron dar su versión de los hechos.

Denuncia tras denuncia

Una de las reclamaciones que el comité hizo a la compañía fue la elaboración del calendario laboral de este año. Tras la reiterada dejadez de la empresa, la Inspección levantó acta el pasado mes de marzo y conminó a Adolfo Domínguez a elaborar un calendario antes del 30 de abril. A día de hoy, sin embargo, todavía no se ha creado. Mientras tanto, algunos empleados son obligados a tomar vacaciones cuando les dice la empresa y no cuando lo marca el Convenio del Comercio Textil de Barcelona, al que tendría que acogerse: 31 días laborables entre los meses de junio y septiembre.

El mismo mes de marzo, la empresa textil fue denunciada también por no disponer de un plan de prevención de riesgos laborales. En abril, la Administración le advirtió que debía poner taquillas para sus trabajadores en los centros, así como asegurar la formación en prevención de riesgos, pero nuevamente hizo caso omiso. El 28 de mayo, el comité denunció estos nuevos incumplimientos.

Los traslados de centros, cambios de horarios, reducciones de jornada obligatorias y sanciones disciplinarias son otras de las denuncias que presentaron los trabajadores. “Las bajas por estrés se han disparado en la empresa -reconoce Eva Gajardo-. En realidad, se han hecho algunos recortes de personal y la carga de trabajo aumenta por estos recortes. Los trabajadores están ahora expuestos a una elevada presión psicológica, que no quiere decir que tengan que trabajar más horas, sino como consecuencia del ambiente laboral”.

El sindicato ha denunciado también que, según el convenio del comercio textil de Barcelona, un trabajador con dos años de experiencia en el sector ha de tener la categoría de vendedor de primera. “En cambio, es muy habitual que para las campañas de más trabajo, como rebajas o Navidad, y para cubrir bajas y vacaciones, Adolfo Domínguez contrate profesionales con mucho más de dos años de experiencia con la categoría de ayudante de primera. La diferencia está en que un vendedor tiene un salario de 1.046 euros y un ayudante cobra 866 euros”.

Adolfo Domínguez ha pinchado en hueso en Cataluña. La mayoría de los trabajadores de las 45 tiendas que tiene en esta comunidad se le han revolucionado y le han venido denunciando durante los últimos meses ante la inspección de trabajo por menospreciar los derechos laborales de sus trabajadores, por no reconocer la representación sindical, por no haber elaborado aún el calendario laboral del 2009 y por la falta de un plan de prevención de riesgos laborales. La Inspección de Trabajo ya le ha dirigido varias advertencias.

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