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Casi 80.000 euros a la basura: el CIS no dio ni una en la encuesta electoral del 7-J
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EL PP Y UPyD PIDEN EL CESE DE SU DIRECTORA POR LA PIFIA DE LAS EUROPEAS

Casi 80.000 euros a la basura: el CIS no dio ni una en la encuesta electoral del 7-J

¿Qué razón hay para que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) la pifie estrepitosamente cada vez que pronostica el resultado de unas elecciones europeas? ¿Por qué sus predicciones

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en la encuesta electoral del 7-J
Casi 80.000 euros a la basura: el CIS no dio ni una en la encuesta electoral del 7-J

¿Qué razón hay para que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) la pifie estrepitosamente cada vez que pronostica el resultado de unas elecciones europeas? ¿Por qué sus predicciones suelen ser bastante ajustadas cuando se trata de comicios legislativos o autonómicos y, en cambio, no da ni una en sus encuestas sobre el Parlamento de Estrasburgo?

Belén Barreiro, su directora, no lo va a tener fácil para explicar en el Congreso por qué este organismo público ha vuelto a equivocarse de forma tan clamorosa al anticipar una victoria del PSOE en las elecciones del pasado domingo, que finalmente ganó el PP nada menos que por casi cuatro puntos de diferencia.

Los populares, que ayer pidieron la comparecencia urgente de Barreiro en la Comisión Constitucional del Congreso y, de paso, exigieron su dimisión, quieren que la máxima responsable del organismo -adscrito al Ministerio de la Presidencia que dirige María Teresa Fernández de la Vega- aclare las razones de los errores "mayúsculos" cometidos por el CIS, que atribuyen a "algún tipo de instrucción" para beneficiar al Gobierno.

Su antecesor en el cargo, Fernando Vallespín, tampoco fue capaz de convencer a la oposición, hace cinco años, cuando trató de explicar en el Congreso el fiasco del CIS al augurar una participación del 76% en las elecciones europeas de 2004, que sólo registraron un raquítico 46% de asistencia a las urnas. Y no fue ése el único error de bulto: el CIS también pronosticó que el PSOE sacaría 10 puntos de ventaja al PP, pero lo cierto es que los socialistas sólo vencieron por dos puntos de diferencia.

Los argumentos ofrecidos entonces por Vallespín para justificar tan descomunal desacierto rozaron el esperpento: hubo, en su opinión, un "cambio de temperatura política" entre el momento de realizar la encuesta y la cita en las urnas, ya que la "enorme pulsión participativa" que se produjo en las elecciones generales del 11 de marzo de 2004 se fue "diluyendo" a medida que se acercaban los comicios europeos del 13 de junio.

Empate técnico

Cinco años después, el CIS ha vuelto a tropezar en la misma piedra, al pronosticar más de un 74% de participación y un empate técnico entre el PSOE y el PP con ligera ventaja para los socialistas. Nada más lejos de la realidad: sólo el 46% de los ciudadanos con derecho a voto se acercó a las urnas el pasado domingo, y la candidatura vencedora no fue la socialista, sino la encabezada por Jaime Mayor Oreja, que logró 3,7 puntos de ventaja sobre su rival. ¿Tal vez otro "cambio de temperatura política"?

José Luis Ayllón, número dos del PP en el Congreso, dijo ayer que la actual directora del CIS "o bien no está capacitada técnicamente para desarrollar esa responsabilidad o está atendiendo algún tipo de instrucción, más allá del propio CIS". La portavoz parlamentaria de UPyD, Rosa Díez, fue mucho más contundente: acusó a Barreiro de "absoluta falta de profesionalidad", y aseguró que la encuesta de las elecciones europeas "no tenía otro objetivo que engañar a los ciudadanos induciendo al voto para favorecer al PSOE". El Confidencial trató ayer, sin éxito, de recabar la versión de la propia Barreiro.

"Resulta difícil de entender por qué el CIS falla siempre en las europeas, porque la metodología de estimación de voto es la misma que se aplica en otras encuestas", se pregunta un ex directivo del organismo público consultado por este periódico. "Tal vez se deba a que estas elecciones son una especie de anomalía en la que suelen votar los incondicionales de cada partido, los extravagantes que apoyan a siglas estrafalarias o los que quieren expresar su desafección hacia el sistema o el partido gobernante, mientras que la gente normal se queda en casa", apunta con cierta ironía.

Lo cierto es que la fallida encuesta europea del CIS contó con un trabajo de campo exhaustivo, que debería haber estrechado mucho más los márgenes de error: 4.800 entrevistas personales, casi el doble de las que incluyen los barómetros mensuales del CIS, y muy por encima de lo que suele ser habitual en los sondeos de los centros demoscópicos privados, que recurren frecuentemente a la entrevista telefónica. Sólo la recogida de datos de la polémica encuesta -sin la posterior cocina de los expertos del CIS- ha tenido un coste cercano a los 80.000 euros, según estimaciones de profesionales del sector recogidas por este periódico. 

¿Qué razón hay para que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) la pifie estrepitosamente cada vez que pronostica el resultado de unas elecciones europeas? ¿Por qué sus predicciones suelen ser bastante ajustadas cuando se trata de comicios legislativos o autonómicos y, en cambio, no da ni una en sus encuestas sobre el Parlamento de Estrasburgo?