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El clan de la boda de Agag
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CORREA, PÉREZ, LÓPEZ-VIEJO Y BOSCH COMPARTIERON MESA

El clan de la boda de Agag

Acudieron juntos a la famosa boda celebrada en El Escorial, casi un acontecimiento de Estado, con los Reyes de testigo. Era septiembre de 2002. Todo estaba

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El clan de la boda de Agag

Acudieron juntos a la famosa boda celebrada en El Escorial, casi un acontecimiento de Estado, con los Reyes de testigo. Era septiembre de 2002. Todo estaba a su favor, el dinero y el poder. Por la alfombra roja de rigor hicieron el paseíllo 400 invitados. Entre los desconocidos a ojos del gran público, desfilaron los ahora investigados Francisco Correa y Álvaro Pérez, que compartieron mesa y mantel con otros dos viejos conocidos: Alberto López Viejo y Alfonso Bosch, hombres de peso en las tripas del PP regional y amigos todos del novio, Alejandro Agag.

 

Seis años después, ‘El clan de la boda’ hace aguas. El penúltimo en caer por la trama de corrupción que sacude las filas del Partido Popular es un hombre destacado en las filas populares de Madrid. Se trata del consejero de Deportes de la Comunidad, Alberto López Viejo, hombre de confianza de la presidenta Esperanza Aguirre, al que rescató para la primera línea de la política en 2007, después de haber pasado cuatro años en galeras como simple diputado de la Asamblea de Madrid.

Las relaciones entre López Viejo y Correa, uno de los detenidos con motivo de la investigación puesta en marcha por el juez Baltasar Garzón, han obligado a la líder popular a prescindir de sus servicios. El responsable de Deportes, una consejería de nuevo cuño casi sin competencias, fue viceconsejero de Presidencia a las órdenes de Ignacio González y se abrió camino -no exento de polémica- como concejal de Limpieza del Ayuntamiento de Madrid, con José María Álvarez del Manzano como  alcalde.

López Viejo fue durante varios años el encargado de organizar los actos del partido, algunos de los cuales fueron encargados a empresas relacionadas con Francisco Correa, supuesto ‘cerebro’ de la trama de corrupción, blanqueo y asociación ilícita. Funciones similares sigue desempeñando el cuarto comensal en discordia, el ahora diputado regional Alfonso Bosch, que fue integrante del equipo de fontaneros de Presidencia del Gobierno durante el mandato de José María Aznar (1996-2004).

En la actualidad, Bosch desempeña funciones similares en la estructura del aparato popular en la Comunidad de Madrid como secretario de Movilización del PP. Además, compagina su cargo político con el de gerente de la Empresa Municipal de la Vivienda de Boadilla del Monte, el consistorio madrileño que ha dado pie a una de las vías de investigación abiertas por Garzón. Precisamente ayer fue destituido el alcalde de este municipio, Arturo González Panero, cuyo consistorio estaba entregado a Crespo y Pérez.

El defenestrado López Viejo formó parte de otro conocido clan, el de Becerril. Coincidiendo con el matrimonio de su amigo Alejandro Agag, impulsor de los jóvenes cachorros del PP, ascendió a la ejecutiva regional del partido en septiembre de 2002, aunque las sospechas de irregularidades en su etapa municipal cortaron su ascensión a un cargo de peso en el Gobierno autonómico que levantó Esperanza Aguirre en 2003, tras la victoria lograda por el voto tránsfuga de dos diputados socialistas -Tamayazo-.

De momento, sólo un miembro del ‘clan de la boda’ está libre. Todos tocaron poder en los noventa, cuando el partido ocupaba el Palacio de La Moncloa y disfrutaba de mayorías absolutas en importantes comunidades autónomas. Ahora, con el PSOE al frente del Gobierno y formando coaliciones en antiguas plazas populares, la pareja Crespo-Pérez había tenido que recular a reductos populares, los más importantes ubicados en Madrid y Valencia, donde todavía quedaban amigos desobedientes a Génova.

Acudieron juntos a la famosa boda celebrada en El Escorial, casi un acontecimiento de Estado, con los Reyes de testigo. Era septiembre de 2002. Todo estaba a su favor, el dinero y el poder. Por la alfombra roja de rigor hicieron el paseíllo 400 invitados. Entre los desconocidos a ojos del gran público, desfilaron los ahora investigados Francisco Correa y Álvaro Pérez, que compartieron mesa y mantel con otros dos viejos conocidos: Alberto López Viejo y Alfonso Bosch, hombres de peso en las tripas del PP regional y amigos todos del novio, Alejandro Agag.

Francisco Correa