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La macrofundación que dirigirá Caldera augura un "choque de egos" con Alfonso Guerra y Felipe González
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La macrofundación que dirigirá Caldera augura un "choque de egos" con Alfonso Guerra y Felipe González

La macrofundación socialista que José Luis Rodríguez Zapatero encargó poner en marcha al ex ministro Jesús Caldera tras su inesperada salida del Gobierno ha despertado no

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La macrofundación que dirigirá Caldera augura un "choque de egos" con Alfonso Guerra y Felipe González

La macrofundación socialista que José Luis Rodríguez Zapatero encargó poner en marcha al ex ministro Jesús Caldera tras su inesperada salida del Gobierno ha despertado no pocos recelos en el PSOE aún antes de sus primeros balbuceos. Nadie tiene claro en el partido qué forma jurídica tendrá la nueva fundación –¿se agruparán las cuatro existentes, se fusionarán en una sola, serán todas absorbidas o sólo algunas de ellas?–, cuál será su estructura –¿impondrá Caldera a su propio equipo?, ¿prescindirá de la actual plantilla de trabajadores?– o para qué servirá realmente, más allá del etéreo “laboratorio de ideas” anunciado por Zapatero. Y, sobre todo, muchos se preguntan si el “choque de egos” entre Caldera y los responsables de algunas de las fundaciones más veteranas, como las presididas por Felipe González y Alfonso Guerra, no frustrará el proyecto y lo hará inviable en la práctica.

“Guerra está con la mosca detrás de la oreja”, asegura un diputado muy próximo al ex vicepresidente del Gobierno y ex vicesecretario general del PSOE. “Caldera todavía no se ha puesto en contacto con él”, añade, “así que ni siquiera sabe qué pretende hacer con la Fundación Pablo Iglesias”, la más influyente de la órbita socialista y heredera de la creada en 1926 a la muerte del fundador del partido.

“Alfonso cree que Caldera no va a tocar su fundación”, apunta otro destacado miembro del ya desaparecido sector guerrista del PSOE, “pero también es verdad que entre ambos no hay excesiva sintonía ni en lo político ni en lo personal”.

Fuentes cercanas al ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales reconocen a El Confidencial que éste apenas ha avanzado en el diseño del proyecto encargado por Zapatero. “Es lógico, porque debe ser el 37º Congreso de julio el que dé el visto bueno a esa macrofundación y apruebe el nombramiento de Caldera al frente de la misma”, apuntan las citadas fuentes.

Pero también hay quien cree que Caldera no se ha tomado muy en serio, al menos por ahora, la tarea de impulsar ese think-tank, como lo llamó el propio Zapatero, recurriendo a la terminología anglosajona. El ex ministro “está muy molesto porque Zapatero no ha colmado sus aspiraciones políticas”, sostiene otro dirigente socialista, “porque casi todo el mundo sabe que él quería ser vicepresidente del Gobierno ya en 2004, por mucho que ahora lo niegue y vaya diciendo que está encantado con su nuevo cometido. No sé si le hará ilusión o no, pero desde luego él aspiraba a mucho más”.

Ya en 2004, el 36º Congreso aprobó el proyecto de integrar en una sola las cuatro fundaciones adscritas al partido: la Pablo Iglesias, bajo la batuta de Guerra y, tal vez, el órgano ideológico más reputado del PSOE; Progreso Global, presidida por González y creada hace una década por Joaquín Almunia cuando éste tomó su relevo como número uno del partido; la Ramón Rubial-Españoles en el Mundo, que atiende las necesidades de los emigrantes e, incluso, de los presos españoles en el extranjero; y la Jaime Vera, que ha dedicado sus casi 25 años de existencia a la formación de los cuadros orgánicos del partido, y que está directamente controlada por el todopoderoso secretario de Organización socialista, José Blanco. Pero aquel mandato del 36º Congreso jamás se cumplió. ¿Será factible ahora con un gestor como Caldera al frente?¿Estará dispuesto Blanco a perder el control sobre la Jaime Vera, que ejerce a través de su director, Francesc Romeu, un hombre de su completa confianza? ¿Consentirá una vaca sagrada como el ex presidente González que Caldera controle su fundación?

“Caldera no es precisamente un intelectual, y a nadie se le ocurriría poner a alguien como él al frente de un think-tank en Estados Unidos. Guerra sí es un intelectual, un tipo disciplinado y con sentido común, y muy respetado en el partido”, advierte un veterano dirigente socialista, que cuestiona el hecho mismo de que una fundación de carácter ideológico dependa de un partido político. “No tiene mucho sentido que una fábrica de pensamiento no sea independiente. Basta mirar en qué se ha convertido la FAES del PP, que ha copiado de forma casi mimética la ideología neoconservadora estadounidense”.

La macrofundación socialista que José Luis Rodríguez Zapatero encargó poner en marcha al ex ministro Jesús Caldera tras su inesperada salida del Gobierno ha despertado no pocos recelos en el PSOE aún antes de sus primeros balbuceos. Nadie tiene claro en el partido qué forma jurídica tendrá la nueva fundación –¿se agruparán las cuatro existentes, se fusionarán en una sola, serán todas absorbidas o sólo algunas de ellas?–, cuál será su estructura –¿impondrá Caldera a su propio equipo?, ¿prescindirá de la actual plantilla de trabajadores?– o para qué servirá realmente, más allá del etéreo “laboratorio de ideas” anunciado por Zapatero. Y, sobre todo, muchos se preguntan si el “choque de egos” entre Caldera y los responsables de algunas de las fundaciones más veteranas, como las presididas por Felipe González y Alfonso Guerra, no frustrará el proyecto y lo hará inviable en la práctica.

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