Orange y MásMóvil formalizan su fusión y conforman la mayor teleco de España

Orange y MásMóvil han formalizado su fusión este martes y comienzan a operar de manera conjunta desde hoy mismo. Termina así una larga travesía de dos años de duras negociaciones, tanto entre ambas compañías como con los organismos reguladores. Con este matrimonio, conforman la mayor empresa de telecomunicaciones de España por número de clientes, con más de 37 millones de líneas entre banda ancha y móvil. Se convierte en un gigante valorado en 18.600 millones de euros.

Se trata de una alianza a partes iguales, quedándose cada compañía con el 50% de la joint venture resultante, de la que todavía no ha trascendido el nombre comercial. Tendrán así los mismos derechos de gobernanza y se reparten los asientos del Consejo de Administración. El puesto de presidente no ejecutivo lo va a ocupar Jean-François Fallacher (Orange), mientras que el de consejero delegado es para Meinrad Spenger (MásMóvil), según han confirmado en un comunicado conjunto.

Por su parte, el hasta ahora consejero delegado de Orange España, Ludovic Pech, y Germán López han sido confirmados como director financiero (CFO) y director de operaciones (COO), respectivamente. Mientras que Alberto Castañeda será el secretario del Consejo de Administración.

De acuerdo con sus propias estimaciones, se espera que la compañía resultante genere unas sinergias superiores a los 490 millones de euros a partir del cuarto año. Además, Orange recibirá, aproximadamente, unos ingresos de 4.400 millones y los accionistas de MásMóvil percibirán unos 1.650 millones, de acuerdo con las cuentas preliminares.

La operación se desatascó hace un mes, cuando la Comisión Europea dio su visto bueno al considerar aceptables los remedies que ambas compañías habían acordado con Digi. En concreto, pactaron traspasar al operador rumano una parte de las licencias de espectro de telefonía móvil de MásMóvil a cambio de 120 millones y concederle la opción de utilizar en el futuro la red móvil de Orange en condiciones preferentes.

Una vez que Bruselas dio su bendición, el resto de organismos que también debían pronunciarse no tardaron en aprobar la fusión. Así, lo hizo el Banco de España y el propio Gobierno nacional. "Viene acompañada de un plan industrial de la entidad resultante que es verdaderamente ambicioso y con una orientación de muy medio plazo, con una política de inversiones muy potente durante los próximos años en infraestructuras digitales fijas y móviles", señaló el ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá.

Con el cierre de esta operación, el tablero nacional de las telecomunicaciones queda reconfigurado. Telefónica, que históricamente ha sido la empresa más grande del sector, queda relegada a la segunda posición por número de clientes. La tercera plaza es para Vodafone, que recientemente ha sido adquirida por Zegona, mientras que Digi se aúpa hasta el cuarto puesto con una posición más fortalecida tras la consecución de los remedies.

Orange valorará tomar el control

Aunque se trata de una fusión a partes iguales, Orange ya planteó la posibilidad de elevar su participación al 51% del capital y tomar el control de la compañía. Por el momento, se trata únicamente de una opción que está encima de la mesa, sin que exista una decisión definitiva, tal y como confirmó a mediados de febrero quien ejercía por aquel entonces como consejero delegado de Orange en España, Ludovic Pech, que ahora ha adoptado el papel de director financiero.

Para sufragar ese 1% adicional, los planes de Orange pasan por invertir los 4.400 millones que obtendrá tras cerrar la fusión. Por lo tanto, en lugar de repartir este dinero entre los accionistas, lo guardará por si finalmente opta por tomar el control, una decisión que debe zanjar en un plazo de entre 24 y 42 meses.

Otra de las cuestiones que ahora se deben dilucidar es un hipotético debut bursátil. El pacto incluye un derecho a activar una salida a bolsa (OPV) bajo ciertas condiciones acordadas después de un periodo que, de igual manera, ha quedado definido entre 24 y 42 meses. Para resolver esta disyuntiva, tendrán muy en cuenta si el mercado ofrece unas condiciones ventajosas.