De incentivos europeos a primas: lo que se juegan los clubes con la Superliga

En la potencial puesta en marcha de la Superliga, los clubes son parte protagonista. El impacto de la competición en su sostenibilidad es directo. En el modelo actual, regulado por la UEFA, la confederación repartirá esta temporada entre los equipos el 80% de los ingresos totales de sus torneos de clubes. Si se cumplen sus previsiones para 2023-2024, esto se traduce en 2.937 millones de euros. De este pastel, los clubes españoles han venido repartiéndose, aproximadamente, 450 millones de euros por temporada, entre los participantes de UEFA Champions League, UEFA Europa League y UEFA Europa Conference League, con un mínimo aproximado de siete millones para quien accede desde LALIGA a la fase de grupos de Conference League.

La tendencia en el porcentaje del reparto se mantiene en los últimos años, como muestran las últimas cuentas auditadas, de 2021-2022, en las que UEFA facturó 3.614 millones por sus torneos de clubes. Para el próximo ciclo 2024-2027, UEFA prevé en total más de 4.400 millones de euros, por lo que estas cifras no se alejan de las prometidas por la Superliga; lo que difiere, según Javier Morente, adjunto a Presidencia y responsable de Relaciones con Asociaciones Internacionales en LALIGA, es la distribución y la accesibilidad a la misma: “La Superliga es un concepto ideológico que va más allá de un formato de competición, donde los que tienen más activos quieren decidir todo. Pero en Europa hay más de 1.500 clubes profesionales”.

Javier Morente (LALIGA): "La Superliga es un concepto ideológico que va más allá de un formato de competición"

Morente asegura que la Superliga “va completamente en contra del modelo europeo del deporte”, rompiendo “con la forma de pirámide actual en la que las ligas y los clubes son la base”. Con el actual ecosistema, y poniendo la lupa en los clubes de LALIGA, los equipos españoles que participan en competiciones europeas ingresan de la UEFA desde 14,8 millones hasta 133,7 millones de euros. Estas son las cifras concretas que percibieron la Real Sociedad (UEFA Europa League) y el Real Madrid en 2021-2022, temporada en la que el club blanco se consagró campeón de la UEFA Champions League.

En total, los siete equipos de LALIGA participantes en Europa aquella temporada (Real Madrid, Atlético de Madrid, FC Barcelona, Sevilla FC, Villarreal CF, Real Sociedad y Real Betis) facturaron solo en pagos UEFA más de 459 millones de euros, según los datos oficiales de la UEFA. “Descontados los dos equipos españoles a favor del proyecto rechazado por toda la industria, los clubes españoles podrían ver en riesgo más de 200 millones de euros anuales en ingresos ordinarios”, apuntan desde LALIGA.

La disputa de competiciones europeas genera impacto en todas las líneas de negocio. En los ingresos del estadio, el ticketing y el aumento del valor de los abonos se evidencia en aquellos equipos que han entrado en la rueda de Europa en los últimos años. La participación en competición continental les ha generado entre seis y ocho millones extra por socios y taquilla. A ello se suma el valor comercial de sus marcas, con aumentos, en algunos casos, de más del 50% en ingresos por patrocinios y publicidad respecto a temporadas en las que no han clasificado para torneos continentales.

Con la Superliga, “desaparecería ese incentivo europeo”, apunta Morente, quien defiende que el nuevo modelo traería “un desbalance competitivo enorme en las ligas nacionales”. En lo económico, “se generaría una mayor brecha: solo los clubes de la Superliga mantendrían su capacidad comercial, en detrimento de la sostenibilidad del resto de clubes de LALIGA”. Según un informe pericial de KPMG, el cambio de modelo traería consigo una pérdida de ingresos del 55% de LALIGA y los clubes del fútbol profesional español.

Por otro lado, Mario Chaparro, director de derecho deportivo de BDO, añade un apartado más: “El proyecto de Superliga vulnera el principio de igualdad que debe presidir cualquier sector. El hecho de que sea un sistema cerrado y que deja de lado a las ligas domésticas, evidencia que elimina uno de los principales alicientes de las ligas nacionales, que es el acceso directo a la máxima competición continental en función de la clasificación”, augura el ejecutivo.

Otro aspecto que Chaparro destaca es “el retroceso” que supondría la nueva competición “en la expansión internacional de los clubes de LALIGA”. “A menos ingresos, evidentemente, la inversión en proyectos estratégicos y en fichajes relevantes será menor. El escaparate internacional que puede suponer las ligas domésticas dejaría de existir”, agrega el responsable de derecho deportivo en BDO.

En su última presentación, una de las novedades que incluía la Superliga era la creación de dos competiciones femeninas, nuevamente con divisiones y puestos garantizados que no estarían ligados al rendimiento deportivo de cada temporada. En este sentido, la UEFA reparte 18,4 millones de euros anuales en premios entre clubes e invertirá nueve millones de euros más en programas de desarrollo del fútbol femenino en 2023-2024, según datos oficiales de la confederación. Para 2025-2026, el regulador europeo creará una segunda competición femenina y ampliará a 18 el número de equipos de la UEFA Women’s Champions League. Se desconoce de cuánto será el reparto y la distribución que propone la Superliga para su categoría femenina, que tendría 32 equipos repartidos en dos divisiones.

Según Chaparro, “los efectos en el fútbol femenino será el mismo que en el masculino. Pero con una agravante adicional: el apoyo institucional, con la profesionalización de la liga, animó a muchos clubes de fútbol masculino a emprender el reto de iniciar o consolidar a su equipo de fútbol femenino. Instaurar una Superliga femenina frenaría el crecimiento de la liga profesional de fútbol femenino y de sus clubes”.

Canteras, impuestos y bares

Otro aspecto en el que la nueva competición podría impactar es en el desarrollo y fidelización del talento que surge de las canteras. “Todos los proyectos de talento, academias y ciudades deportivas se verían reducidos drásticamente”, apunta Morente. Inversiones que acaban convirtiéndose en una “una fuente de recursos muy importante para los clubes”, agrega el responsable de LALIGA.

Morente recuerda que en LALIGA compiten clubes como el Athletic Club, con 14 jugadores de la cantera en su plantilla; la Real Sociedad, con 12 jugadores; o el Valencia CF, con 11 jugadores, según datos del centro de estudios CIES Footbal Observatory. “Con la Superliga, todo ese fútbol también muere, al dejar las canteras de contar con esos recursos que hoy en día sí tienen”, apunta el ejecutivo de la competición española. Y el mercado de fichajes de jóvenes talentos entre los clubes de la Superliga y el resto “tenderá a desaparecer: bien porque no se alcance el nivel exigido por los clubes poderosos, o porque los propios canteranos de esos clubes no querrán acudir a otros clubes fuera de la Superliga porque no lo verán ya como una oportunidad real de crecimiento y aprendizaje”, vaticina Chaparro.

TE PUEDE INTERESAR

Un 55% menos de facturación: el impacto que tendría la Superliga en LALIGA y sus clubes

EC Brands

En este sentido, y según los datos del informe pericial de KPMG, el fútbol profesional español supone actualmente el equivalente al 1,44% del PIB español y aportó 8.390 millones de euros a las arcas públicas en 2021-2022. Es más del doble que cinco años antes. Asimismo, generaba 194.381 empleos en España, atendiendo a los datos del citado informe. En opinión de Morente, “la Superliga generaría una reducción de ingresos en la competición, lo que a su vez generaría un efecto cascada que afectaría a todo esto”.

Un impacto que también podría tocar a otros sectores económicos, más allá del deportivo. “Gran parte de la Marca España es el fútbol. Genera turismo deportivo de muchos equipos que reciben a otros; y eso genera tracción económica a través de noches de hotel, consumo en bares, internacionalización de la marca de la ciudad… Toda una serie de elementos que giran alrededor del fútbol que la Superliga mata porque cierra [a los clubes] la posibilidad de acceder a esa cima del fútbol europeo”, apostilla Morente.