Atitlan sube su apuesta por el pistacho y prepara la mayor fábrica en España para procesarlo

Atitlan eleva su apuesta por la producción de pistachos en España, uno de los productos agrícolas con más tirón en los últimos años. Tras dar la campanada inversora en 2022 con la venta de sus olivares, el grupo empresarial liderado por Roberto Centeno y Aritza Rodero pisa ahora el acelerador con este fruto seco.

La firma ha alcanzado un acuerdo con Agnbro Capital, propiedad del empresario José Tomás Pérez, para integrar en su plataforma agrícola otras 800 hectáreas de pistacho de seis años de antigüedad en Madrid, Toledo y Albacete. Con esta alianza, Atitlan pretende explotar hasta 3.200 hectáreas de este cultivo.

Pero la firma de inversión pretende dar un paso más en la cadena de valor del pistacho y se ha unido junto a su nuevo socio al plan La Mancha Farms. Se trata de un proyecto compartido entre productores de pistachos que pretende construir la mayor fábrica de procesamiento de pistachos de España en Ciudad Real (Castilla-La Mancha).

La fábrica tendrá capacidad para tratar más de nueve millones de kilos de pistachos al año. De esta manera, la inversión agrícola suma una pata de agroindustria y añade esta fase a la cadena de valor del producto. Fuentes conocedoras del proceso señalan que para levantar esta factoría será necesaria una inversión de nueve millones de euros y si la evolución del negocio es positiva se podría activar una segunda fase que supondría una inversión de otros nueve millones. 18 millones de euros en total.

La planta busca tratar el pistacho, darle el tueste adecuado y envasarlo para desde ahí dirigirse a los grandes centros de distribución y consumo. Atitlan, cuyo presidente tiene lazos familiares con el dueño de Mercadona, canaliza toda esta inversión a través de su plataforma agrícola, Eleia. Esta firma disparó el beneficio del grupo gracias a la venta de sus explotaciones de olivos al Grupo De Prado a inicios de 2022, donde estuvo presente 12 años.

Ahora, su idea es diversificarse no solo hacia el pistacho, sino también a otros frutos de creciente demanda como la almendra, naranja, clementina, limón, pomelo o aguacate. Tal y como hizo con el olivar, buscan la supertecnificación para optimizar las tierras cultivadas. En el caso del pistacho, han optado por plantas de la variedad sirora, reconocida por su alta productividad y homogeneidad del producto.

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Eleia, liderada por Ramón Rivera, compra buena parte de los pistacheros, conocidos como alfóncigos, al productor conquense Agroptimum (Acemi Spain), que lleva años tratando de elevar la productividad de estos árboles para aumentar la rentabilidad de los cultivos en España y asegura que su producto es único en toda Europa.

Rivera explicaba recientemente a El Confidencial que sus cultivos ubicados en Castilla-La Mancha, parte a orillas del Tajo, tienen un clima óptimo para la producción de pistachos, un fruto seco poco explotado hasta hace pocos años en España. El grueso de la producción mundial actualmente se da en California (EEUU) e Irán, por lo que casi todo el consumo es de producto importado.

La apuesta por el pistacho se da, según detalla Atitlan, "tanto por las tendencias macro (demografía y hábitos de consumo) como por el potencial empresarial existente (largos periodos de inversión y modernización de la producción)".