La banca echa el freno al cierre de oficinas tras el tirón de orejas del Gobierno
Las entidades apenas han bajado la persiana a 138 sucursales en 2023, el menor ritmo desde que empezó el ajuste de red a finales de 2008
¿Fin a una tendencia imparable o un alto en el camino? Esta es la pregunta que se hacen muchos banqueros ante una de las grandes novedades del sector financiero en 2023: el freno casi total en el cierre de oficinas. Los bancos españoles echaron la persiana en apenas 138 sucursales en la primera mitad del año, apenas un 0,8% de las que tenían a final del año pasado, el menor ritmo desde que arrancó la digestión del boom inmobiliario, a finales de 2008.
Estas cifras se entienden mejor al compararlas con las 28.500 oficinas que se han cerrado en los últimos quince años, prácticamente dos de cada tres de las que la banca tenía antes de que estallara la gran crisis inmobiliaria.
La decisión de las entidades de mantener casi intacta su actual red comercial en 2023, formada por 17.600 sucursales, llega tras dos años en los que los cierres se aceleraron por las fusiones y los recortes anunciados tras el covid. Pero también coincide con el toque de atención que recibió el sector por parte del Gobierno por el éxodo rural y la mala atención a los clientes mayores. El ministerio que lidera Nadia Calviño ha exigido medidas para garantizar el servicio a los bancos, y sigue de cerca su cumplimiento.
De cara a futuro, los expertos creen que va a seguir habiendo cierres, aunque a un ritmo más moderado. Eso convertiría el freno que se ha echado este año en un alto en el camino, con el que los bancos están tratando de recomponer sus redes comerciales y destensar la relación con el Gobierno.
"El cierre de oficinas seguirá de forma paulatina. La subida de márgenes permite a los bancos una mayor adaptación a las necesidades de los clientes y no forzar la reducción del tamaño de la red, mientras se incrementa la presencial o personal en canales remotos", explica Luis Fernández, socio de servicios financieros de Axis Corporate. "Pensamos que el cierre de oficinas y plantilla continuará, pero de forma menos acelerada y en función de la migración de clientes a canales solo digitales, a no ser que haya nuevos procesos de integración", añade Eduardo Areilza, director senior de Alvarez & Marsal.
El número actual de oficinas (17.600) no se veía en España desde 1976 y se acerca cada vez más al primer registro que existe en las estadísticas del Banco de España, de finales de 1974, cuando apenas había 15.325. En las siguientes décadas se produjo una expansión al calor del despegue económico que acompañó a la llegada de la democracia. Tras un pequeño parón a comienzos de los años 2000, la entrada en el euro produjo una apertura masiva de oficinas hasta el récord de 2008, por encima de las 46.000.
Desde entonces, la digitalización y las fusiones han provocado los mayores recortes de la historia: "Durante 2008 se produjo la archiconocida crisis financiera global, seguida de la de deuda soberana en Europa. La consecuencia fue la reducción de los beneficios, que a su vez provocó una gran consolidación del sector. En este entorno, las entidades cerraron un gran número de oficinas. Tras la crisis, el sector experimentó un periodo prolongado de bajos tipos de interés, lo que lastró la rentabilidad de las entidades. Una medida evidente ante esta situación es el ahorro de costes, en banca se produjo en gran medida mediante el cierre de oficinas y la reducción de plantillas", apuntan desde el equipo de Accuracy.
Riesgo reputacional
"La digitalización de la banca y la reducción del uso de efectivo, también ha provocado que sea menos necesario acudir a una ubicación física para realizar operativas bancarias. Aquí podríamos exceptuar a una capa de la sociedad que no ha transitado a este canal, en general personas de más edad. Esta clientela, junto con el riesgo reputacional de dejar sin servicio a este colectivo, ha reducido parcialmente el cierre de oficinas", añaden desde esta consultora.
Tras la crisis, las fusiones, los tipos bajos y la digitalización, el siguiente gran reto que afrontan las redes de oficinas de los bancos y sus plantillas es la inteligencia artificial. Así lo explica Fernández, de Axis Corporate: "La inteligencia artificial ya permite la recomendación de productos a clientes, la respuesta mediante asistentes virtuales a cualquier duda que puedan tener las oficinas mediante lenguaje natural y la anticipación a posibles cuellos de botella en la concesión de riesgos".
Este experto añade que la inteligencia artificial puede mejorar el tiempo de respuesta a los clientes de sucursales y restar tiempo dedicado por los profesionales a tareas improductivas. Todo ello mejorará el servicio a los clientes, y también redundará en la eficiencia, permitiendo a los bancos liberar profesionales y necesitar menos espacios. Lo que se traduciría en que el ritmo moderado de cierres se acelerara.
¿Fin a una tendencia imparable o un alto en el camino? Esta es la pregunta que se hacen muchos banqueros ante una de las grandes novedades del sector financiero en 2023: el freno casi total en el cierre de oficinas. Los bancos españoles echaron la persiana en apenas 138 sucursales en la primera mitad del año, apenas un 0,8% de las que tenían a final del año pasado, el menor ritmo desde que arrancó la digestión del boom inmobiliario, a finales de 2008.
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