La aventura de llegar a Madrid en plena DANA: "Los coches de alquiler valen 400 euros"

Gema viajó el pasado fin de semana a Málaga para visitar a unas amigas. Se había comprado el billete varias semanas antes, aprovechando una buena oferta de Iryo, mucho antes de que surgiera ningún aviso por DANA (Depresión Aislada en Niveles Alto). Cuando empezó a conocerse el especial alcance de esta gota fría, siguió tranquila, convencida de que si la situación se complicaba sería más fácil y seguro volver en tren que por carretera. Pero la realidad es que volver a Madrid se convirtió en toda una odisea.

"Mi billete de vuelta era para las 19.50 del domingo. A las 18.04 recibí un mensaje en el móvil diciendo que había retrasos por inundacion en la Sagra y decidí irme para la estación. Cuando llego a María Zamabrano, empiezo a ver retrasos de todos los trenes y colas para cambio de billetes, pero nadie salía a dar ninguna información. Poco a poco, empezamos a saber que el Iryo que tenía que llegar a Málaga a recogernos estaba parado en Toledo, pero no nos aclaraban nada".

TE PUEDE INTERESAR

Cientos de personas pasan la noche en la estación: la DANA suspende los trenes entre Madrid y Andalucía

Carlos Rocha. Sevilla

"Hasta la 22.45 no empezaron a aparecer en las pantallas los anuncios de trenes cancelados", recuerda Marta, María y Alba, tres jóvenes arquitectas que viajaron a Málaga el fin de semana en AVE. "Sabíamos que iba a llover, que no íbamos a poder ir a la playa, pero nunca pensamos que no íbamos a poder llegar a Madrid", responde cuando se les pregunta si eran conscientes de la DANA cuando compraron el billete.

Su tren de vuelta era el domingo a las 21.10, pero llegaron a la estación a primera hora de la tarde, cuando sus compañeras de piso en Madrid les avisaron de que saltó en los móviles de todos los ciudadanos presentes en esta comunidad autónoma. "Por si acaso, nos acercamos a la estación a las 17.00 horas y nos dijeron que no iba a haber ningún problema, que estaban funcionando bien los trenes". Nada más lejos de la realidad.

Desde las 19.00 horas, las tres amigas estuvieron en María Zambrano, viendo como se multiplicaban en las pantallas los mensajes de retrasos en los trenes. Pero no fue hasta casi cuatro horas después cuando apareció la cancelación de su AVE. De repente, se vieron oficialmente tiradas en Málaga, teniendo que buscar una habitación de hotel donde poder dormir y sin saber qué iba a pasar a día siguiente.

"A las once de la noche cerró información de Renfe en la estación y no abría hasta las 6. Así que, a toda prisa, tuvimos que coger un hotel y ya empezamos a pensar en alquiler un coche, porque aviones y atobuses no había. ¡Pero no había ya cuando empezamos a mirar a las cinco de la tarde!", recuerdan.

TE PUEDE INTERESAR

La DANA provoca cortes de trenes por toda España: qué pasa con los billetes si tu viaje está afectado

El Confidencial

Como no tenían noticias de Renfe, ni sabían si iba a darles algunas alternativas, decidieron ir a la estación a las siete de la mañana del lunes, y ya entonces había cola para poder alquilar un coche. "Como somos tres, una hizo la fila en Hertz, otra en Europcar y otra en reclamaciones de Renfe, para quien la solución ha sido devolvernos el dinero del billete, pero nada más. Ahora vamos a gestionar una reclamación".

Gema volvió a casa de su amiga cuando cancelaron su tren y, desde allí, empezó a intentar cambiar el billete. "Las líneas estaban colapsadas y la web saturada. Me cogieron el teléfono al cabo de 55 minutos y me cambiaron el billete por el de las 11.25, entiendo que porque ya no quedaban plazas en el de las siete de la mañana". Pero, cuando amaneció, le dijeron que ese primer tren tampoco salía y decidió irse corriendo hacia María Zambrano, convencida de que tampoco iba a partir en hora el suyo.

Al llegar, se encontró con las colas en los mostradores para alquilar coches y a la gente organizándose entre ella para compartir el vehículo y los gastos, porque el precio de los alquileres se disparó. "Una chica me dijo que había pagado 400 euros por un siete plazas, obviamente, estaba buscando a gente para ir juntos". Y no le faltó.

Apenas acababa de amanecer cuando Marta, María y Alba consiguieron el último coche de Europcar. Un Fiat automática de cinco plazas por el que pagaron 190 euros, cuatro veces más del precio habitual. "En Hertz ya no tenían ningún coche disponible", recuerdan. Fue entonces cuando Gema se acercó a ellas y les preguntó si tendrían alguna plaza libre para llevarla hasta Madrid. Y rápidamente salieron todas para la capital.

"El viaje ha ido bien, hemos llegado a Madrid a medio día y sin ninguna incidencia, que es lo importante", dicen las cuatro tras su particular odisea para volver a casa.