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Recogida de equipaje a domicilio, cine y piscina: así evolucionarán los aeropuertos en 2050
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Se busca reducir los tiempos de espera

Recogida de equipaje a domicilio, cine y piscina: así evolucionarán los aeropuertos en 2050

Los gestores aeroportuarios no quieren ser solo un lugar de ocio y conexión internacional, también se ven en el futuro como "centros energéticos y productores de energía"

Foto: Pasajeros en el Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas. (EFE/Luis Millán)
Pasajeros en el Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas. (EFE/Luis Millán)
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En el siglo XIX se imaginaban el futuro con coches voladores. A la espera de que este histórico anhelo se haga realidad, primero y sea asequible para todos los bolsillos, después, el común de los mortales seguirá surcando los vuelos en avión. Aunque sí cambiará la experiencia en los aeropuertos, que para 2050 estarán más enfocados al pasajero. Tendrán, entre otras novedades, servicio gratuito de recogida de equipaje a domicilio y múltiples actividades de ocio en las salas VIP, como cine o piscina.

La intención es que los aeropuertos dejen de ser lugares de paso para convertirse en ciudades de ocio o "aerotrópolis", como les denominan en el informe La evolución de los aeropuertos: un camino de vuelo hacia 2050, elaborado por la consultora Oliver Wyman, en colaboración con Airports Council International (ACI) World, y el Centro Global para el Turismo Sostenible (STGC, por sus siglas en inglés). Se conseguirá a través de la implementación de avances tecnológicos en biometría, Inteligencia Artificial y automatización.

De un tiempo a esta parte, las gestiones que deben hacer los pasajeros en los aeropuertos se han reducido. Es raro ver ahora a alguien con un billete físico en la puerta de embarque, porque la mayoría ya se ha acostumbrado a realizar el check in a través del móvil para evitar esperas. Es lo mismo que se pretende con la recogida gratuita de equipaje a domicilio: eludir las colas de facturación de la maleta. Se trata de una estrategia meramente comercial, con la que se consigue que los viajeros pasen más tiempo en las tiendas de las terminales. Al final, se seguirá acudiendo con la habitual antelación, que ronda las dos horas, lo suficiente para aumentar las compras.

"La reducción de las colas en los mostradores de facturación y de control de seguridad, así como las comunicaciones interactivas y en tiempo real, darán lugar a nuevas oportunidades de negocio para el comercio minorista y de ocio", afirma el informe. Por eso, se llevarán a cabo cambios significativos en la distribución interna de las terminales, potenciando las salas VIP con cines, piscinas y juegos de realidad virtual. Ahora mismo, estos espacios están más enfocados a la relajación, con sillones donde poder leer con tranquilidad o bares donde tomar un refresco.

También se quiere mejorar la conexión con los aeródromos, que a menudo se encuentran muy a las afueras de las ciudades. "La conectividad intermodal, tanto a nivel local como regional, será clave para facilitar la circulación de personas y mercancías de una manera más sostenible y eficaz", sostiene el estudio. En España ya se está trabajando en este sentido con la llegada del AVE al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, un proyecto que ya tiene adjudicada su primera fase por 17,6 millones de euros. La intención es que los trenes de alta velocidad comiencen a llegar en 2024.

Foto: Los ecocombustibles son el futuro de la aviación europea. (EFE/Manuel Bruque)

Como lo que se pretende es reducir el flujo de pasajeros que llegan en coche a los aeropuertos, una medida que reduce la contaminación, además de acortar los tiempos de espera, consideran importante que también se refuercen las conexiones desde el centro de las ciudades. Para llegar desde Ámsterdam al aeropuerto en transporte público hay que invertir unos 30 minutos, como mínimo, la misma duración que se maneja en Madrid o Barcelona. Es difícil acortar estos tiempos, pero se implementará "un sistema que proporcionará conectividad desde el centro de las ciudades hasta los aeropuertos y que se integrará en la red de transporte público multimodal". Es decir, que haya más opciones desde diferentes puntos de la ciudad, para tardar más o menos lo mismo estando en una punta u otra.

Aeropuertos cero emisiones

Los aeropuertos no quieren ser únicamente un lugar de ocio y conexión internacional, también se ven en el futuro como "centros energéticos y productores de energía que ayuden a complementar los recursos disponibles en la red nacional". Allí se instalarán, por ejemplo, paneles solares que cubran la demanda eléctrica tanto de las terminales como de los vehículos cero emisiones que se muevan por las pistas. Su intención es, en definitiva, llegar a ser autosuficientes y descongestionar la red de suministro del territorio en el que operan.

El estudio apunta, en concreto, a elementos como "la electrificación de los vehículos aeroportuarios para trasladar al personal y la carga en los aeródromos, el uso de remolques eléctricos para los aviones, la reducción del consumo de las instalaciones aeroportuarias (que actualmente representan el 46% del consumo global de los aeropuertos), así como el uso de materiales de construcción sostenibles".

Es su forma de colaborar en la descarbonización del sector de la aviación, que es responsable del 2% del total de las emisiones globales de carbono. Otro informe de Bruselas estima que si no se toman medidas de este tipo, ese porcentaje se elevará hasta el 28% en 2050. Por eso, desde Airports Council International y el Centro Global para el Turismo Sostenible instan a gobiernos y aerolíneas a acelerar los planes para incrementar la oferta de SAF, un biocombustible elaborado a partir de residuos naturales que reduce las emisiones en más de un 80%.

Foto: Aviones de Iberia en el aeropuerto de Madrid-Barajas. (EFE/Emilio Naranjo)

La consultora Oliver Wyman ha puesto algunas cifras sobre la mesa. Según sus cálculos, es probable que para 2030 se hayan conseguido hasta 5.400 millones de galones de SAF, pero se necesitan alrededor de 16.000 millones para mantener las emisiones en los niveles de 2019. Apoya sus estimaciones en la previsión de que el tráfico mundial de pasajeros aumenté de media en un 5,8% anual hasta 2040, lo que obligará incrementar la flota mundial en un 33%, hasta superar los 36.000 aviones en 2033. Y, si no se acelera en la descarbonización, cuantos más aviones surquen los cielos, más contaminará el sector.

Se ve también como una oportunidad de atraer inversores, porque entienden que "los prestamistas institucionales prefieren financiar organizaciones que cuentan con sólidos programas medioambientales, sociales y de gobernanza". Así se ha demostrado en España, donde el fondo activista británico TCI entró en el accionariado de Aena, el gestor aeroportuario español, y presionó hasta conseguir que tomase medidas en contra del cambio climático.

En el siglo XIX se imaginaban el futuro con coches voladores. A la espera de que este histórico anhelo se haga realidad, primero y sea asequible para todos los bolsillos, después, el común de los mortales seguirá surcando los vuelos en avión. Aunque sí cambiará la experiencia en los aeropuertos, que para 2050 estarán más enfocados al pasajero. Tendrán, entre otras novedades, servicio gratuito de recogida de equipaje a domicilio y múltiples actividades de ocio en las salas VIP, como cine o piscina.

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