El 'maquillador' de Mercadona (Sisbella) presenta concurso voluntario de acreedores

Amifar Laboratorios, fabricante de productos cosméticos de Mercadona con la marca Sisbella, ha presentado el concurso voluntario de acreedores, afectada por la caída de los márgenes en el punto final de venta. La compañía propiedad de Carlos Fuentes se ha acogido a la nueva ley concursal y ha acudido al Juzgado de lo Mercantil número 1 de Granada para evitar una ejecución inminente por parte de alguno de los bancos y los proveedores a los que adeuda dinero. Banco Santander y CaixaBank son las entidades financieras más afectadas.

Según un auto dictado por Alicia Pilar Raya, responsable del juzgado especializado en marcas, patentes y protección industrial, Amifar Laboratorios y Amifar Properties solicitaron el pasado 7 de junio el concurso voluntario de acreedores. La semana pasada, la magistrada designó a López y García de la Serrana Abogados administrador concursal, mientras se busca un inversor que pudiera estar interesado en quedarse con la empresa granadina, que tuvo su momento de gloria cuando se enfrentó y ganó una batalla legal al gigante de la estética Natura Bissé.

Fuentes financieras indican que Amifar Laboratorios, cuyas ventas dependían en cerca de un 90% de Mercadona, desde que en 2016 firmó un acuerdo de exclusividad con la cadena valenciana de supermercados, ha dejado una deuda de unos 18 millones de euros, principalmente con Banco Santander y con CaixaBank. Según otras fuentes, la supervivencia de la compañía está siendo sostenida por Sherpa Capital, un fondo oportunista que tenía un acuerdo preliminar con Fuentes, pero que no llegó a concretarse, al negarse a pagar un euro al accionista mayoritario.

Los interesados disponen de cuatro meses para presentar ofertas vinculantes ante el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Granada, que resolverá el caso a la vuelta del verano. Sherpa es el único de los private equities que intentaron hacerse con Amifar, como Abac Capital, que mantiene su intención de quedarse con la empresa andaluza. Especialmente porque ya está presente en el sector de cosméticos, al ser dueño de Laboratorios Forenquí, que semanas atrás anunció la adquisición de la valenciana Naturchem.

En un documento de venta formalizado por Fuentes para encontrar un inversor que la salvara del concurso, Amifar reconocía que la aparición del covid-19 "produjo una caída generalizada del consumo de productos cosméticos, afectando especialmente a las ventas de su principal cliente [Mercadona], pasando de unas ventas de 12,2 a 9,9 millones". No obstante, esa caída se vio compensada por la línea de negocio de hidrogeles contra la pandemia, con un contrato con un grupo francés por 11 millones.

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Sin embargo, la compañía gala canceló finalmente el pedido, por lo que las ventas reales fueron de tan solo tres millones, por lo que Amifar tuvo que quedarse con un stock de siete millones de unidades. Fuentes, dueño del 95% del capital, solicitó ayuda pública al Fondo de Recapitalización de Empresas afectadas por covid-19 (Fonrec), "dado que ha sufrido un deterioro de su situación patrimonial, pasando a tener un patrimonio neto negativo y un nivel de endeudamiento de 19 veces".

Pero el Estado no respondió a su petición, por lo que la compañía pidió un préstamo de 15 millones a Smart, el fondo de deuda del Banco Santander. Otros de los acreedores destacados son Unicaja, Sabadell, CaixaBank y Gedesco, a quien Amifar recurrió en última instancia. KPMG, el auditor de sus cuentas, ya advirtió en la auditoría de 2020 sobre la incertidumbre de que la empresa pudiera seguir en funcionamiento.

Fuentes financieras indican que el concurso de Amifar ha sido el resultado de un cúmulo de circunstancias, como los efectos de la pandemia, la exigente política de costes de Mercadona y una lucha interna entre el dueño y el equipo gestor que fichó a golpe de talonario procedente de Cantabria Labs. Algunos de los cuales, como Cristina Griffin, consejera delegada y dueña del 10% del capital, se han querellado contra Fuentes.