Ignacio Rivera (Estrella Galicia): "Este año va bien, la alegría del consumidor se nota"

"No somos baratos, pero somos buenos". Al CEO de Estrella Galicia, Ignacio Rivera Quintana, cuarta generación de una saga familiar de cerveceros que ha puesto A Coruña en el mapa empresarial y su bebida en las neveras de media España, la cabeza le bulle de mensajes positivos y pensar a lo grande no le da vértigo. No obstante, las cifras lo refrenan y aparcan sus planes de internacionalización para dar prioridad a lo de casa.

La cervecera gallega, que venía de capear la pandemia con éxito -sin ERTEs-, ha visto cómo se reducen sus beneficios por el incremento "del 50% en los costes" que la empresa coruñesa dice que no han querido repercutir al consumidor, aunque la caña, todas las cañas, se pagan más caras. Una tendencia negativa, confía Ignacio Rivera Quintana, CEO de Estrella Galicia, en declaraciones al Confidencial, que se ha empezado a calmar -tras la sacudida inicial de la guerra de Ucrania- y que pinta mejor para el balance del 2023 con la rebaja de los costes estructurales de distribución. “Este año se está comportando bien y la alegría del consumidor se nota. La Semana Santa fue fantástica y huele a verano”, resume con unas perspectivas optimistas.

Hijos de Rivera anotó 724 millones de euros de facturación consolidada en 2023, un 18% más que los 610 del año anterior, pero sus beneficios después de impuestos cayeron de los 91 millones a 83,9 (-11,56%). Son datos de la presentación de sus cifras de negocio este martes en el Museo MEGA de A Coruña, lugar de peregrinación obligada para los amantes del lúpulo donde todo se ha cuidado al detalle. El pasado año vendieron 494 litros de cerveza y, ojo, también 217 millones de litros de agua frente a los 436 y 189 despachados respectivamente el año anterior.

La primera consecuencia velada de un beneficio más corto es la decisión estratégica de aplazar la apertura de su primera fábrica en Araraquara, en São Paulo en 2025 -dos años más tarde de lo previsto-, mientras aceleran la nueva planta de Morás, en Arteixo (A Coruña) a 2024 para afianzar el mercado estatal. Si bien, admite que “ya se vende más cerveza fuera de Galicia que aquí”. “Aquí, -dice Rivera a El Confidencial- refiriéndose a la fábrica del polígono de A Grela (A Coruña)- podemos producir 500 millones de litros al año (la cerveza artesana que fabrican tarda 27 días). Con Morás -la nueva planta de Arteixo que prevé abrir en marzo del 2024-, podremos sumar otros mil millones de litros más. Lo necesitamos para cubrir la demanda que tenemos. Somos líderes o segundos en todas las autonomías y el peso internacional también va en aumento”, señala.

TE PUEDE INTERESAR

MotoGP suma a Estrella Galicia como nuevo patrocinador global del Mundial

Europa Press

Entre líneas, los planes de internacionalización de Estrella Galicia para asaltar el mercado de Brasil, uno de los más potentes de Latinoamérica, y batirse en duelo con el primer productor del mundo (AB in Bev) tendrán que esperar. "Somos una hormiga entre dos elefantes", admite Ignacio Rivera, y lamenta que la pandemia refrenó la globalización para detectar una tendencia más localista en los mercados.

Con todo, Estrella Galicia no frena; ya se vende en 76 países, haciendo sus pinitos en Asia y -con mayor dificultad en África-, mientras refuerza la apuesta en América y se consolida en Europa. La firma, señala el CEO, explora otras vías como las bebidas alcohólicas de menor graduación o sin alcohol, atendiendo a las estadísticas que señalan una tendencia a minorar el consumo entre los jóvenes menores de 25 años.

La empresa gallega, que es a la cerveza lo que Inditex al textil, representa el 1% del PIB gallego y presume de generar 51.700 empleos directos e indirectos en toda España, principalmente ligados a la hostelería. "Queremos ser la más querida, no la más vendida”, acostumbra a repetir Rivera, que asumió el peso de la empresa tras la muerte accidental de su hermano mayor, Ramón, en un accidente de tráfico. En 2023, Hijos de Rivera, prevé incorporar otras 400 personas a una plantilla total de 1.573 trabajadores para echar a rodar la nueva fábrica de Morás, donde también prevén cultivar lúpulo hidropónico, que prescinde de la tierra y echa raíces en una solución de agua y nutrientes.

La empresa gallega, que es a la cerveza lo que Inditex al textil, representa el 1% del PIB gallego

"El sueño es tener lúpulo para toda la gama de 1906 (uno de los buques insignia de la marca que hace referencia al año de su fundación). Mi bisabuelo -José María Rivera Corral- ya lo hacía así que, en realidad, lo copiamos", dice entre risas. Mientras, su máximo directivo asumió en marzo la presidencia de los Cerveceros Españoles y alimenta su pasión por el motor con patrocinios potentes en F1, Carlos Sainz "su abuelo Antonio Sainz construyó la primera fase de esta fábrica", -cuenta- y a las motos en distintas categorías de la mano de los Márquez y muchos otros pilotos. Por si fuera poco, acaba de ascender al Racing de Ferrol a Segunda División. “Es pasión. Somos artesanos, de la cerveza, de los coches. Creemos en lo que hacemos y estamos donde debemos estar con calma y con sentidiño”, remata Rivera.