“Queremos que Brasil sea nuestro segundo motor. Veo mucha afinidad entre Galicia y Latinoamérica”
Si 2020 fue un año para olvidar, la cervecera coruñesa ha recuperado el impulso gracias a dos estrategias: los supermercados y la internacionalización
Si hay una palabra que define a Ignacio Rivera es ‘propósito’. Una palabra que da idea de su visión del negocio. Son ya 20 años los que lleva como consejero delegado de Hijos de Rivera, la empresa que fundó su bisabuelo y que tiene como buque insignia a la cerveza Estrella Galicia. Una cerveza que, bajo su mandato, ha salido del terruño, ha sabido adentrarse en el resto de la geografía española y, además, ha emprendido la internacionalización.
El lema es ‘tener propósito’, y con esa mirada sigue “cocinando un buen producto, con buenas materias primas, pucheros y cocineros de calidad. Nunca vamos a llegar a ser los más vendidos, porque no tenemos un montón de centros de producción ni estandarizamos: no somos 'fast food'”, nos reconoce con una leve sonrisa. “Pero sí podemos intentar ser los más queridos”. ¿Y cómo se consigue que te quieran? “Haciéndolo a la antigua, tomándonos nuestro tiempo, el tiempo que requiere la cerveza”.
PREGUNTA. Estamos terminando 2021 y es inevitable hacer un balance poscovid. ¿Cómo ha afectado la pandemia a Estrella Galicia?
RESPUESTA. Lo hemos pasado mal, como todos los sectores que tienen que ver con la hostelería. Se ha sufrido mucho y nos hemos tenido que reinventar: éramos una empresa que vendía mucho envase retornable y, de repente, cuando la hostelería se paró tuvimos la suerte de tener un plan B: los supermercados. 2020 fue un año duro, para olvidar, pero este año ya hemos rebotado y en cama elástica.
P. ¿Impulsados hacia arriba?
R. En 2020 hubo, como decía, una caída en la facturación del 11% y un recorte de beneficios del 27%. El canal Horeca (hoteles, restaurantes, cafeterías) descendió un 18%; en cambio, el de alimentación creció un 44%. Pese a lo complicado de ese año, invertimos más de 68 millones de euros e, incluso, en lugar de acogernos a un ERTE, fuimos capaces de aumentar la plantilla. Nos hemos reorganizado internamente y ahora, en ventas totales, vamos mejor que en 2019.
P. ¿Cómo han podido evitar acogerse a los ERTE?
R. Afrontándolo con la filosofía correcta: tienes que ser el escudo de tu gente. No hicimos ERTE porque no quisimos, porque intentamos proteger a quienes trabajan con nosotros. Los resultados fueron peores, pero lo resistimos. Hacíamos lo que podíamos, buscábamos dónde vender, fuimos sembrando y ahora recogemos los frutos.
P. Claro, porque para recoger hay que haber sembrado antes…
R. Hemos trabajado mucho con el canal de supermercados, atendido a canales como el de impulso en ciudades, y estado muy pendiente de los hosteleros, ayudándolos con terrazas y favoreciendo que tuvieran consumo donde pudiesen. Por otra parte, también es verdad que, cuando no estás en ERTE, estás atento, no te duermes, sigues resistiendo. Lo hicimos así como escudo y como planteamiento de lo que somos y de nuestra unión, y ha salido bien.
P. ¿Qué lecciones podemos extraer de esta crisis?
R. Ha impulsado mucho las ventas del mercado de 'ecommerce'. Íbamos un poco rezagados, sobre todo comparándonos con China y, en Europa, con Inglaterra. Ahora, cada vez más este tipo de venta te permite llegar a los hogares mediante suscripciones, eventos como los partidos de la Champions… La digitalización y el comercio electrónico han venido para quedarse.
P. Digitalización, ¿una palabra de moda o algo más?
R. Está de moda, pero no debe quedarse ahí. Úsala al servicio de tu propósito, para construir tu futuro. Es decir, tiene sentido creer en lo digital si ves que con ello vas a aumentar tus ventas, o disminuir tu coste de producción, o tener una mejor experiencia con tu cliente. Si no te lo planteas así, se queda en moda.
"Cuando no estás en ERTE, estás atento, no te duermes, sigues resistiendo. Lo hicimos así como escudo y ha salido bien"
P. El nombre, Estrella Galicia, implica la vinculación a una tierra. Sin embargo, parecen empeñados en abrirse a España y al mundo…
R. Llevamos con mucho orgullo nuestro origen. Es cierto que algún asesor nos dijo que quizá deberíamos quitar la palabra 'Galicia' para no limitarnos, pero ha pasado todo lo contrario: Galicia suena a artesano, a cosas ricas, a muy buen producto. Somos buena gente y caemos bien.
P. Se suele decir que uno se aficiona a la cerveza de su región, a la que bebió desde su juventud, y que luego le cuesta aceptar otras marcas. ¿Es posible vencer estas resistencias?
R. Es verdad que hay un mercado muy regional, dominado por tres grandes compañías en el sur, el este y el centro. Nosotros estábamos ahí, agazapados en nuestra Galicia como Astérix y Obélix en su aldea. Sin embargo, gracias a nuestro propósito, a tener una cultura ‘big craft’ sin perder la filosofía artesanal, hemos llegado al consumidor de fuera de Galicia. Ha visto nuestro producto, lo ha bebido, le ha gustado y lo ha adoptado como ‘la segunda cerveza’. Y es fantástico que de vez en cuando nos elijan, más allá de que sigan teniendo una marca favorita.
P. Hablando de esta fidelidad a un sabor o estilo de cerveza, su empresa no deja de sacar nuevos productos, y con sabores sorprendentes. ¿Realmente hay público, hay demanda para estas cervezas, o es solo un juego? ¿Cuál es el objetivo?
R. El objetivo está en nuestro propósito: nosotros luchamos contra la estandarización de la cerveza. Y eso nos lleva a innovar. Amamos el producto y nos gusta jugar. Utilizamos materias primas de la tierra, como los pimientos de Padrón o los percebes, y hacemos lanzamientos curiosos. Nos divierte muchísimo, aunque, a veces, como en el caso de los percebes, termine siendo un dolor de cabeza. ¡Tuvimos que hacer 19 productos hasta llegar a la receta final!
"Es cierto que algún asesor nos dijo que quizá deberíamos quitar la palabra 'Galicia' para no limitarnos, pero ha pasado todo lo contrario"
P. ¿Pero se venden?
R. Tienen muchísimo éxito. Son cervezas muy estacionales, de temporada, y no buscamos arrasar en ventas; hacemos ediciones limitadas que se agotan porque la gente también entra en el juego. Y luego hay alguna que gusta mucho y tiene un recorrido para convertirse en marca; es lo que ha pasado con 1906, a la que hemos incorporado a nuestra cartera fija.
P. ¿Alguna sorpresa pronto?
R. Vamos a hacer algo con materias primas brasileñas, como la jabuticaba, una superfruta con muchas vitaminas.
P. Hablando de Brasil, es un país que juega un papel muy importante en su proceso de internacionalización… ¿Cómo está evolucionando?
R. En el covid nos hemos reorganizado y hemos montado dos unidades de negocio. Una es Estrella Galicia Latam, que se encarga de todos los mercados latinoamericanos, de Venezuela para abajo; y otra es Estrella Galicia Internacional, con filiales en Estados Unidos, Portugal, México, Inglaterra, Irlanda, Filipinas… Esta última unidad es nuestro explorador, y la de Brasil, el propulsor. En este país queremos tener nuestra segunda cocina, que sea el segundo motor. Veo mucha afinidad entre Galicia y Latinoamérica; hay una semilla muy interesante para cultivar.
"A mí, la RSC me parece antigua, es como intentar lavar aquello que haces mal y que no se note. El consumidor joven ya distingue lo casposo"
P. La internacionalización debe ir unida a otro concepto que también está muy de moda: la sostenibilidad. Hoy, toda empresa dice que es sostenible, ¿es postureo?
R. Se habla mucho de la responsabilidad social corporativa y yo, en esto, soy un poco 'hippie'. A mí la RSC me parece antigua, es como intentar lavar aquello que haces mal y que no se note. Pero el consumidor joven ya distingue lo que es casposo y busca aquellas empresas que tengan el concepto de sostenibilidad integrado en su propio negocio.
P. ¿Y esto cómo se hace?
R. Te pongo el ejemplo de la cerveza de bodega. No hay envase, es impacto cero. Y, si además buscas un impacto positivo, lo hacemos con las aguas, con las botellas hechas de otras botellas… Es, sin duda, el camino. O lo haces, o no te lo van a perdonar. Y no hay un planeta B.
P. Le veo muy involucrado
R. Antes lo veía muy lejano, pero ahora cada vez me meto más en este lío. Además, mis hijos son muy activistas en este sentido. Hay que pensar en el futuro. No es tan difícil que la gente entienda la importancia del impacto positivo. Y hay que tener en cuenta que se consumen menos recursos y los productos, entonces, son más competitivos. Animo a que se abrace la sostenibilidad, y a que se cuide mucho a las personas: tienen que ser felices trabajando, cómo si no, vamos a hacer las cosas bien.
Si hay una palabra que define a Ignacio Rivera es ‘propósito’. Una palabra que da idea de su visión del negocio. Son ya 20 años los que lleva como consejero delegado de Hijos de Rivera, la empresa que fundó su bisabuelo y que tiene como buque insignia a la cerveza Estrella Galicia. Una cerveza que, bajo su mandato, ha salido del terruño, ha sabido adentrarse en el resto de la geografía española y, además, ha emprendido la internacionalización.