La opción fallida de BlackRock calienta el rescate de Credit Suisse en plena negociación con su archirrival UBS

La recta final del rescate de Credit Suisse se ha calentado este fin de semana, después de que el diario Financial Times publicase que la mayor gestora de fondos del mundo, BlackRock, estaba explorando activamente la presentación de una oferta por la entidad, algo que ha sido desmentido tajantemente por la institución norteamericana.

Esta oferta habría competido con el plan a tres bandas en el que están trabajando in extremis los reguladores suizos, Credit Suisse y su archirrival UBS, para una absorción por parte de esta última del banco, cuyos problemas financieros han disparado el miedo a una crisis bancaria europea y probablemente global.

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Poco después del desmentido, el diario económico ha rectificado su información y ha asegurado que BlackRock exploró (en pasado, en lugar de en presente continuo) la posibilidad de presentar una oferta por Credit Suisse. Sus planes iniciales contemplaban un amplio abanico de opciones, desde una oferta por todo el negocio, solo por algunas partes o incluso la creación de un consorcio de inversores.

El hecho de que BlackRock, una gestora con más de 8 billones de euros de activos bajo gestión, haya estudiado la posibilidad de comprar la entidad suiza y la haya descartado, incorpora otro elemento más de incertidumbre a las negociaciones entre UBS y Credit Suisse. Al cierre del viernes, la primera registraba una capitalización bursátil de unos 55.000 millones de dólares, siete veces más que la de su rival.

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Los consejos de ambas entidades y los reguladores negocian a contrarreloj para poder dar una señal de confianza antes de la apertura de los mercados del lunes y evitar otra semana de inestabilidad en el sector financiero mundial.

De hecho, el sentido de urgencia de la operación es evidente y, según ha informado esta tarde el Financial Times, Suiza estaría dispuesta a utilizar medidas de emergencia para acelerar la adquisición de Credit Suisse por parte de UBS. Según las normas suizas, y en una situación normal, UBS tendría que dar a los accionistas seis semanas para consultar sobre la adquisición, pero en este caso se podrían usar medidas extraordinarias para aligerar dicho periodo.

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