Messi, entre los 480 millones de Arabia Saudí y la superoferta mundialista de EEUU

El nombre de Leo Messi se vinculó esta semana de nuevo al Fútbol Club Barcelona a raíz de unas declaraciones de uno de sus hermanos, en presunto estado de embriaguez mental, en las que aseguró que el crack argentino solo volvería al equipo de su corazón cuando echaran a Joan Laporta. El nene atacó al club, a la afición y hasta a las jóvenes estrellas, como Gavi y Pedri, presas inocentes de una lengua espesa. El joven, obligado por la familia, pidió disculpas al día siguiente una vez que recuperó la sobriedad. Pero la prensa deportiva catalana abrió otra vez el debate en relación con el regreso del hijo pródigo, sobre el que tuvo que responder el presidente en la rueda de prensa del jueves, en la que repasó la situación del tumor financiero culé.

Lo cierto es que Leo Messi no tiene a corto plazo ninguna intención de regresar a Can Barça. En primer lugar, porque el club azulgrana no se lo puede permitir, con un exceso aún de casi 200 millones en nóminas de sus futbolistas, pese a haberse quitado de encima los salarios del propio Messi, Luis Suárez, Griezmann y Piqué, amén de las rebajas aplicadas a Sergio Busquets o Jordi Alba, entre otros. Por tanto, la opción de la vuelta al Camp Nou es literalmente imposible porque la salud financiera dista mucha de la que refleja su liderazgo deportivo en LaLiga.

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Javier de Paz Fernández

Por ello, Leo, tras su gran éxito en el Mundial de Qatar, tiene otras ofertas más reales encima de la mesa. La primera del PSG, el equipo financiado por el emir de Doha, que le ofrece un año más de contrato para intentar, con una plantilla de ilustres ególatras y la potencia de Mbappé, la tan ansiada Champions. Según fuentes próximas a la familia, continuar un año en París es la primera alternativa del actual campeón del mundo, una vez que él y la familia se han adaptado al frío de la capital francesa.

La segunda opción es volar a Estados Unidos, donde tiene dos propuestas que combinadas entre sí le están haciendo sopesar cruzar el charco. Las mismas fuentes apuntan que tiene las puertas abiertas para jugar en Inter de Miami de la MLS americana, donde hace poco se retiró su amigo Gonzalo Higuaín. Pero, sobre todo, un ofertón de la Federación Estadounidense para convertirse en la imagen del próximo Mundial, que se jugará entre Estados Unidos, México y Canadá en 2026. Imagen fuera y dentro del campo, una tentación que le convertiría en único, por encima de Pelé y Maradona.

En ese momento, Messi tendrá 38 años, casi 39, edad de retirada para cualquier delantero, pero no para un crack que andando es mejor que la mayoría corriendo. La oferta americana viene acompañada del susurro de algunas personas cercanas, como Jorge Valdano, que en la entrevista previa a la Copa del Mundo de Qatar en Movistar+, ya sin cámaras, le recordó que en la historia del fútbol había ocho jugadores que habían disputado cinco mundiales, pero ninguno que hubiera jugado seis. La anécdota la recordó el propio ex director general del Real Madrid, en la entrevista posterior al éxito de Qatar con Lionel Scaloni, el seleccionador que también dejó claro que Messi no quiere retirarse, de momento, de la Selección.

De París a Miami

Esa, la de participar en seis copas del mundo, aunque fuese testimonial en Estados Unidos, como hizo Rafa Márquez en Rusia para llegar a los cinco con México, es una tentación mayor que la que le ha puesto encima de la mesa Arabia Saudí. Según asegura un intermediario español de los intereses del país de Oriente Medio, los jeques le han ofrecido 480 millones de euros a Messi, 80 más de los que sirvieron para convencer a Cristiano Ronaldo de mudarse a Riad a jugar en una competición secundaria. El país de los petrodólares le ha extendido al argentino un cheque histórico para vivir un par de años en el Golfo Pérsico y ser imagen de la candidatura de Arabía Saudí para el mundial de 2030. De momento, lo ha rechazado porque en su ecosistema la familia está antes que el dinero.

Según otras fuentes, Messi está por la labor de seguir un año más en el PSG e irse en la temporada 2024-2025 a Miami, donde ya tiene una vivienda proporcional a su fortuna. Un lugar donde sería el embajador y jugador de la próxima Copa del Mundo. El 10 sería el de los 6. El regreso a Barcelona, obviamente, no está en ninguna de las opciones actuales si la salud deportiva le respeta. La vuelta será en todo caso para vivir en Castelldefels cuando acabe su carrera.