Es noticia
Messi no necesitaba este Mundial para ser el mejor de la historia, pero ahora ya es indiscutible
  1. Deportes
  2. Fútbol
Por encima de todos

Messi no necesitaba este Mundial para ser el mejor de la historia, pero ahora ya es indiscutible

El jugador argentino logra el único título que le faltaba en su extenso palmarés a sus 35 años, justo antes de retirarse de la selección. Nunca nadie fue mejor durante tanto tiempo

Foto: Leo Messi, celebrando tras la victoria de Argentina. (Reuters/Lee Smith)
Leo Messi, celebrando tras la victoria de Argentina. (Reuters/Lee Smith)

Nunca nadie fue mejor y más grande durante tanto tiempo como Leo Messi. El Mundial de Qatar, del que la estrella albiceleste se va con siete goles y tres asistencias, es la confirmación definitiva de Messi como el mejor jugador de la historia. Messi no necesitaba este Mundial para estar entre los más grandes de la historia, pero el conseguir la Copa del Mundo lo asciende definitivamente a la cúspide de la pirámide futbolística. En la mejor final de la historia de los mundiales. En el partido de todos los tiempos. Ante el jugador llamado a triturar récords, quedarse con todo y destrozar los registros del resto, Kylian Mbappé, Messi salió campeón. Es el único título que le faltaba para alcanzar la gloria eterna, fundirse con el mito de Maradona y ser el ídolo de todos los argentinos. Los viejos, los nuevos y los que vendrán.

Leo Messi marcó en la fase de grupos, los octavos de final, los cuartos de final, las semifinales y la gran final. En ella inauguró el marcador desde el punto de penalti, participó en la jugada del segundo y anotó el tercero. También convirtió su lanzamiento en la tanda de penaltis. El único en conseguir algo así. En su última oportunidad para ganar el Mundial, cuando la velocidad y la potencian deberían flojear, Messi demostró la mejor versión posible de un futbolista acribillado por la comparación con Diego Armando Maradona. Y se mostró el Messi más maradoniano posible. Un icono indestructible.

placeholder Messi no tiene rival. (Reuters/Peter Cziborra)
Messi no tiene rival. (Reuters/Peter Cziborra)

Capaz de marcar los goles clave en los momentos vitales. De no fallar. De ser la muleta de Argentina cuando el resto del equipo cojeaba y necesitaba un guía al que seguir fielmente hasta la victoria. De driblar como si los dioses argentinos lo dirigieran por control remoto. De sembrar el pánico en cada conducción a pesar de encontrarse en la recta final de su carrera. De enfrentarse a los arbitrajes y la FIFA cuando así lo pedía el pueblo albiceleste. Messi lideró a Argentina de la forma más argentina posible. Con histrionismo. El jugador con más partidos de la historia mundialista (26) y el jugador con más minutos disputados (2.284).

El gol contra México desde la frontal del área con un latigazo marca de la casa que sirvió para evitar la eliminación del Mundial de Qatar en el segundo partido de la fase de grupos. El gol que abrió la lata contra Australia. La carrera inigualable con Josko Gvardiol, donde destrozó al mejor central del Mundial en una acción que aglutinó desborde, potencia, visión de juego y técnica depurada a pesar de ser 15 años mayor. En semifinales, contra la subcampeona del anterior Mundial, Croacia, el capitán de Argentina ejerció como un líder con un partido superlativo en el que marcó el primer gol, participó en el segundo y asistió en el tercero en una jugada de fantasía. Igual que en la final.

La venganza que se cobra Messi

Es el resumen perfecto de su Mundial, porque Messi siempre tiró del carro en los momentos más difíciles para Argentina. Ya nadie podrá decir nunca jamás que Messi no aparece con su selección. Lo hizo en todos los partidos que se pusieron al rojo vivo y disfrutando, dejando atrás esa amalgama de nervios, tensión, ansiedad y paros cardíacos que suponía perder. Nunca más se sostendrá el adjetivo pechofrío al referirse a su figura. El futbolista que llevó a Argentina a su quinta final (dos de Mundial y tres de Copa América) se va tras un maracanazo ante Brasil en el verano de 2021 y después de ganar a la anterior campeona del mundo con el mejor futbolista del mundo entre sus filas. Desde 2002, solo Argentina ha levantado un Mundial fuera de Europa. Es el cierre perfecto a sus 35 años.

Además, Messi selló el Mundial en un alarde del fútbol sudamericano. Honró al 10, esa figura tan denostada en el fútbol europeo en la actualidad, porque las estructuras automatizadas encarcelan el talento y quieren futbolistas robóticos que no piensen por sí mismos, solo que ejecuten las órdenes del entrenador. No hay apenas espacio para el regate ni la fantasía. Pero Messi y el talento siempre se abrieron paso ante cualquier sistema. No fue casualidad que Leo Messi marcase el 0-2 en los cuartos de final y corriese directamente al banquillo neerlandés para celebrarlo en la cara de Van Gaal, al más puro estilo Juan Román Riquelme.

placeholder La guinda a su carrera. (Reuters/Lee Smith)
La guinda a su carrera. (Reuters/Lee Smith)

"Messi es un jugador que puede decidir un partido en una acción individual. En la semifinal que jugamos contra Argentina en 2014, no tocó un balón y perdimos en los penaltis. Ahora queremos nuestra revancha", explicó Van Gaal en la previa. El técnico también señaló la debilidad defensiva de Argentina: "Cuando Argentina pierde el balón, Messi no participa mucho. Eso nos da oportunidades". Pero Messi hizo el Topo Gigio y vengó a Riquelme y a Rivaldo y al 10 sudamericano. Algo similar sucedió en la final, con un cierto aire poético.

A mediados de año, Mbappé cargó contra el fútbol sudamericano en una entrevista a TNT Sports de Brasil al ser preguntado por el posible campeón en el Mundial de Qatar. "Francia desde ya. Creo que Brasil también, es un buen equipo. Hay varios equipos europeos también. Porque la ventaja que tenemos aquí es que siempre jugamos partidos de mucho nivel, tenemos la Liga de las Naciones, por ejemplo. Cuando llegamos a la Copa del Mundo estamos listos, y Argentina y Brasil no tienen eso. En Sudamérica, el fútbol no está tan avanzado como en Europa. Y es por eso que cuando miras las últimas Copas del Mundo, siempre son los europeos los que ganan". Ahora se lo tendrá que repensar... porque tres goles (y el penalti de la tanda) no fueron suficientes para vencer a ese fútbol rudimentario. Gracias a Messi y al legado de Maradona.

"Lio, solamente decirte que te quiero mucho, que la estás rompiendo, deja que los demás hablen, que vas a ser el mejor de toda la historia. Esto lo vamos a decidir nosotros cuando termines la carrera. Hoy diviértete, sigue haciendo lo que estás haciendo y que seas feliz con tu familia. Te quiero mucho, Leo. De verdad", estas son las palabras que pronunció Diego Armando Maradona hace nueve años en la cadena argentina DeporTV. 36 años después, Argentina logra su tercera estrella. Messi tiene el Mundial que tanto deseaba. Se podría retirar mañana y no habría manera humana de discutir su grandeza. Ya no hay argumentos en contra. Nos ha dejado sin ellos.

Nunca nadie fue mejor y más grande durante tanto tiempo como Leo Messi. El Mundial de Qatar, del que la estrella albiceleste se va con siete goles y tres asistencias, es la confirmación definitiva de Messi como el mejor jugador de la historia. Messi no necesitaba este Mundial para estar entre los más grandes de la historia, pero el conseguir la Copa del Mundo lo asciende definitivamente a la cúspide de la pirámide futbolística. En la mejor final de la historia de los mundiales. En el partido de todos los tiempos. Ante el jugador llamado a triturar récords, quedarse con todo y destrozar los registros del resto, Kylian Mbappé, Messi salió campeón. Es el único título que le faltaba para alcanzar la gloria eterna, fundirse con el mito de Maradona y ser el ídolo de todos los argentinos. Los viejos, los nuevos y los que vendrán.

Leo Messi Argentina Mundial de Qatar 2022
El redactor recomienda