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El rescate hipotecario pincha en su inicio: "No va a llegar al millón de Calviño"
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CÓDIGO DE BUENAS PRÁCTICAS

El rescate hipotecario pincha en su inicio: "No va a llegar al millón de Calviño"

La banca cuenta por decenas las primeras solicitudes que les llegan para adherirse al código, muchas de los clientes "pillos". Creen que, afortunadamente, se magnificó el problema

Foto: La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño. (EFE/JJ Guillén)
La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño. (EFE/JJ Guillén)
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Los bancos están a punto de acabar el primer mes del temido 2023 con sentimientos encontrados. Por un lado, alivio, por seguir sin ver la avalancha de impagos que muchos pronosticaron al estallar la guerra de Ucrania. Y por otro, reproche, ante la prueba de que el rescate hipotecario que impuso el Gobierno a la vuelta del pasado verano no era tan necesario, al menos con la urgencia con la que se hizo.

Una de las frases más repetidas de los banqueros es que "no se va a llegar al millón de Calviño". Se refieren al potencial colectivo de beneficiados de la reforma del código de buenas prácticas que anunció a bombo y platillo el Ministerio de Economía, que lidera Nadia Calviño: "El Gobierno aprobará mañana en la reunión del Consejo de Ministros un paquete de medidas para aliviar la carga hipotecaria a más de un millón de hogares vulnerables o en riesgo de vulnerabilidad por el incremento del Euríbor, preservando la estabilidad financiera", comunicó el ministerio el 21 de noviembre.

Foto: La ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE/Sergio Pérez)

"Afortunadamente", reconocen los financieros consultados, la situación dista del drama, y desde que se activó el código el 1 de enero los bancos cuentan por decenas las solicitudes. "Probablemente, entre todas no lleguemos a 1.000 de momento", expone a este medio el responsable de negocio de uno de los mayores bancos. Otro banquero añade que además hay que tener en cuenta que son solicitudes, no aceptaciones, y que habitualmente los primeros que acuden a estas ventanas son los "clientes pillos".

Esta baja demanda ha sido corroborada por las dos entidades que han presentado resultados hasta el momento, Bankinter y Sabadell. La consejera delegada del primero, María Dolores Dancausa, prefirió no dar la cifra por lo baja que era, aunque matizó que el perfil de cliente que se puede acoger (con ingresos familiares de menos de 29.000 euros) no es el de Bankinter. Y el de Sabadell, César González-Bueno, también habló de demanda "baja" y aclaró que el banco también ofrece soluciones a los clientes con dificultades financieras que no cumplen la letra pequeña del código.

placeholder El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y el de BBVA, Carlos Torres (i). (EFE/Sergio Pérez)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y el de BBVA, Carlos Torres (i). (EFE/Sergio Pérez)

El plan del Gobierno, firmado y negociado por la banca, incluye tres tipos de ayudas para las hipotecas con problemas: para hogares vulnerables (ingresos de hasta 25.200 euros) que tienen problemas para pagar el crédito, con rebajas de intereses, carencias, extensiones del plazo y daciones en pago; para las clases medias-bajas que podrían llegar a entrar en la anterior categoría (rentas de hasta 29.400 euros), con cuotas congeladas y extensiones del plazo, y facilidades para el resto a la hora de amortizar anticipadamente la hipoteca y convertirla de tipo variable a fijo.

Los banqueros reconocen que todo esto son mejoras que darán seguridad legal a clientes con dificultades, pero difieren en que no hubieran recibido ayudas sin el código y en las cifras "que se empeñó en conseguir el Gobierno", el millón de Calviño. Argumentan que Economía se volcó durante el último tramo de negociaciones en que la cifra de potenciales beneficiarios llegara al millón, "por el titular".

Razones

Hay varias razones que explican que este rescate no acabe de despegar. La primera, explican desde los bancos, es que el problema estaba mucho más acotado de lo que parecía. Concretamente, a las hipotecas concedidas a principios de la década pasada (entre 2012 y 2015), cuando los tipos variables seguían siendo más extendidos y en las que todavía no ha pasado el suficiente tiempo para que haya menguado el peso de los intereses en la cuota. Desde entonces, los bancos han dado más tipos fijos.

Y la segunda, por la resistencia de la economía, el mercado de trabajo y el ahorro de las familias, que ha permitido hasta el momento que la morosidad no solo no haya subido, sino que haya seguido bajando. "En España hay cultura de pago, mientras tengan trabajo los clientes devuelven el crédito", exponen dichas fuentes.

Los bancos están a punto de acabar el primer mes del temido 2023 con sentimientos encontrados. Por un lado, alivio, por seguir sin ver la avalancha de impagos que muchos pronosticaron al estallar la guerra de Ucrania. Y por otro, reproche, ante la prueba de que el rescate hipotecario que impuso el Gobierno a la vuelta del pasado verano no era tan necesario, al menos con la urgencia con la que se hizo.

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