Francisco González reabre viejas heridas en BBVA y deja al juez sin respuestas

Divide y vencerás. Esta es la máxima de cualquier acusación en una macrocausa penal. En el caso de la investigación por la contratación de Villarejo por parte de BBVA, los fiscales de Anticorrupción no han tenido que hacer nada, ya que los exdirectivos del banco han llegado ya divididos a la causa.

Este viernes se vivió un nuevo capítulo de las viejas rencillas que hay en el banco vasco, con varios mensajes lanzados por el expresidente Francisco González que contradicen la versión de su exnúmero dos, Ángel Cano. FG recordó que Cano, entonces director de Medios, era a quien reportaba el director de Seguridad, Julio Corrochano, único responsable de la contratación de Villarejo en 2004, según su versión.

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No solo eso, sino que rectificó su anterior declaración en el pasado para afirmar que fue Cano quien le llevó a su despacho las conclusiones del trabajo de Villarejo. Hace dos años había descargado esa responsabilidad a Corrochano.

Estas declaraciones chocan frontalmente con lo que dijo Cano, que hace un año explicó que la orden de contratar a unos detectives fue de FG a Corrochano, y que este y el presidente tenían una relación "bilateral".

Ambos ya fueron puestos en entredicho en la declaración como testigo de José Ignacio Goirigolzarri, ex-CEO de BBVA y actual presidente de CaixaBank, que hace algunos meses señaló ante el juez que Cano, que dependía de él, le informó en 2005 que no le había informado de la contratación de una empresa de inteligencia, y que el único con capacidad de saltarse la cadena de mando era FG.

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Interrogantes

Estas viejas rencillas hacen que juez y fiscales vean claro que algo falló en BBVA para que el segundo banco del país contratara a Villarejo durante más de 10 años y le pagara más de 10 millones de euros.

La versión de FG es que la contratación y permanencia de Cenyt ligado al banco fue responsabilidad de Corrochano y el exdirector de Riegos en España, Antonio Béjar, a los que interesó mantener a este proveedor a pesar de que sus informes eran puro humo.

Esta explicación no cuadra a juez ni fiscales, que no entienden cómo el banco pudo volver a contratar en 2008 a Villarejo si no aportó nada en 2004 y 2005. Y tampoco por qué sus detalles pasaron desapercibidas a todas las áreas de control y a la cúpula de la entidad.

Una de las posibles consecuencias de la declaración de FG es la posible citación como testigo de una de sus antiguas secretarias, a la que el banquero señaló por la destrucción de los informes de Cenyt.

FG también se encargó de recordar que cuando se detuvo a Villarejo a finales de 2017 no se activaron las alertas en el banco y afirmó que fue él quien encargó investigar el caso en mayo de 2018, lo que se contradice con lo que dijo el exjefe de los Servicios Jurídicos, Eduardo Arbizu. Al fiscal le sorprendió que el banquero hablara de un informe de Garrigues de septiembre de 2018 que no está en la causa, algo que podría derivar en nuevas diligencias.