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Suben las insolvencias empresariales en España: ¿cómo evitar impagos?
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Suben las insolvencias empresariales en España: ¿cómo evitar impagos?

Los concursos de acreedores han ido creciendo en los últimos tiempos, con lo que las empresas deben hacer lo posible para evitar impagos. Aquí van algunas claves para ello

Foto: Foto: Pixabay.
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Las insolvencias empresariales son un fenómeno frecuente en España, pero no por ello dejan de representar un problema, tanto para quienes las protagonizan como para quienes dejan de cobrar: empleados, clientes, proveedores, etc.

Las cifras hablan por sí solas: según los datos recopilados por Solunion, una joint venture de seguros de caución, de crédito y servicios asociados a la gestión del riesgo comercial participada por Mapfre y Allianz Trade, las insolvencias empresariales experimentaron en septiembre de 2022, último mes del que se tiene cifras, el mayor repunte de la última década, con un incremento del 90% respecto al mismo mes del año anterior. Esta aceleración, influida por el deterioro macroeconómico en determinados sectores, tiene como origen principal el fin de la moratoria concursal a finales de junio y la necesidad en los meses que siguen de presentar concurso voluntario.

Cómo evitar impagos por una insolvencia

Una insolvencia puede ser un verdadero dolor de cabeza tanto para quien deja de pagar como para quien deja de cobrar. Pero hay algunas herramientas que pueden ayudar a evitar esta situación.

1.- Política comercial sobria

A la hora de vender productos y servicios, cualquier equipo comercial se esfuerza por obtener las mejores cifras posibles. Sin embargo, a veces se fuerza la máquina para vender a clientes cuya solvencia no está del todo acreditada. Esto puede desembocar en dos posibles problemas. El primero, que el cliente compre..., pero no pague; el segundo, derivado del primero, que la ausencia de cobro lleve a la empresa vendedora a no poder sufragar sus siguientes gastos.

Es por ello por lo que, aunque la agresividad comercial muchas veces tenga su recompensa, quizá sea más aconsejable aplicar una política más sobria. No se trata, en definitiva, de vender más, sino, sobre todo, de vender mejor.

2.- Seguros de crédito

En el anterior punto, quizás alguien podría preguntarse cómo es posible no cobrar una venta, pero lo cierto es que las compras a crédito son un vehículo totalmente habitual. El riesgo comercial, por tanto, está claro: que el cliente compre, pero luego no pueda asumir su pago. Por ello, productos como los seguros de crédito se encargan de garantizar el pago para evitar cualquier tipo de insolvencia del vendedor.

En este sentido, Solunion, que ofrece soluciones y servicios de gestión del riesgo comercial para compañías de España y Latinoamérica, pone a disposición de sus clientes sus propios seguros de crédito, que, además de garantizar el pago tanto en el mercado doméstico como en el de exportación, realiza previamente un análisis de solvencia del cliente y gestiona la recuperación de la deuda.

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3.- Seguros de caución

En las relaciones comerciales, a veces ocurre que una de las partes exige a la otra una serie de compromisos de solvencia, ejecución del proyecto, etc. Y, para garantizar su cumplimiento, le suele exigir un seguro, en este caso denominado de caución, que garantice que dichos compromisos se llevan a cabo. Esto es especialmente frecuente en los contratos con administraciones públicas, pero también entre empresas privadas.

Con la intención de salvaguardar el acuerdo, Solunion ofrece a las empresas garantías de caución que respaldan las obligaciones —legales o contractuales— adquiridas frente a un tercero y, en caso de incumplimiento, proporcionan una compensación por pérdidas y daños.

4.- Gestión de caja

"No gastes el dinero que no tienes" es una frase habitual en el mundo empresarial. Quizás algo manida también, pero totalmente cierta. Y es que una empresa puede afrontar gastos diarios teniendo en cuenta no el dinero que tiene en caja, sino el que recibirá a futuro con las ventas ya comprometidas. Pero ¿qué pasa si ese dinero nunca llega?

Por eso, una gestión eficiente de la caja es esencial para cualquier tipo de empresa, especialmente en sus etapas iniciales. Y esa gestión pasa por el hecho de que no se haga ninguna compra que no pueda ser pagada por el dinero que se tiene. Se trata, en definitiva, de emplear el dinero que se podría gastar en caso de que no se fuera a obtener ningún ingreso más.

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5.- Recobro

Supongamos que el daño ya está hecho: una empresa ha vendido un producto a otra, no ha recibido el pago... y no tiene pinta de que lo vaya a recibir nunca. ¿Qué se hace, dar la deuda por perdida o intentar reclamarla, con el desgaste que ello implica? Es entonces cuando entran en acción los servicios de recobro, que evitan al vendedor tener que estar persiguiendo al comprador.

La empresa participada por Mapfre y Allianz Trade dispone de un servicio de recobro que incluye una gestión integral de todo el proceso hasta subsanar la deuda de las facturas impagadas. Además, la compañía hace lo posible para evitar un deterioro en la relación comercial con el deudor.

6.- Prevención

Para evitar cualquier tipo de problema de impagos, lo mejor es hacer los deberes antes de vender nada. Porque, cuando una empresa vende algo a otra, siempre existe la duda sobre si el comprador tendrá dinero suficiente para afrontar la operación sin tensiones financieras. Es por ello por lo que existen los servicios de evaluación de empresas, que analizan sus cuentas financieras y establecen un posible índice de riesgo comercial.

El servicio Grade de Solunion permite conocer la calificación de más de 50 millones de empresas en todo el mundo en función de la probabilidad de impago que presenten. De este modo, la compañía mide la posible insolvencia de una empresa en una escala de uno a 10, con lo que ayuda a evaluar la salud financiera de la cartera de clientes, de proveedores o de cualquier otra empresa que pueda estar implicada en el proceso productivo y de venta de un negocio.

Todas estas herramientas, en definitiva, buscan un objetivo común: minimizar el riesgo comercial para asegurar la viabilidad de la operación.

Las insolvencias empresariales son un fenómeno frecuente en España, pero no por ello dejan de representar un problema, tanto para quienes las protagonizan como para quienes dejan de cobrar: empleados, clientes, proveedores, etc.

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