Air Nostrum requerirá permiso especial de Bruselas para la integración de CityJet

La integración que la aerolínea Air Nostrum quiere renegociar con la irlandesa CityJet tras haber recibido la inyección de 111 millones de la Sepi requerirá de una autorización especial de las autoridades europeas más allá de las habituales en materia de competencia. El marco temporal de ayudas de Estado habilitado por la Comisión Europea para facilitar herramientas de ayuda a compañías estratégicas afectadas por la pandemia del covid impide a los beneficiarios de fondos de rescate que no sean pymes adquirir más del 10% de participación de competidores u otros operadores de la misma línea de negocio, incluyendo clientes y proveedores.

La norma tiene como excepción que la compra sea necesaria para mantener la viabilidad del beneficiario, aunque la operación no puede cerrarse antes de recibir luz del Ejecutivo comunitario. Es decir, una posible fusión como la que busca la compañía aérea valenciana debe recibir el visto bueno de Bruselas, por encima incluso de la propia Sepi, siempre que sirva para garantizar la continuidad de la empresa. La limitación busca evitar que los beneficiarios de las ayudas las utilicen para operaciones corporativas, distorsionando así las reglas del mercado.

El presidente de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, aseguró la semana pasada que los acuerdos con CityJet formaban parte de los planes de viabilidad de la compañía en la documentación presentada a la sociedad estatal, que acaba de desbloquear préstamos participativos por importe de 111 millones. La operación con la enseña irlandesa se había diseñado en 2018 y estaba ya preaprobada y sancionada por las autoridades de la competencia de la Unión Europa. El organismo del Ministerio de Hacienda que ha habilitado el fondo de rescate era conocedor de la negociación de integración, y desde la compañía insisten en que su plan de viabilidad contempla este tipo de operaciones.

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Víctor Romero. Valencia

La intención de Air Nostrum es redefinir los términos del acuerdo a partir del nuevo escenario pospandémico. El covid puso en la diana a las líneas aéreas por las restricciones de desplazamientos, especialmente durante los confinamientos duros de 2020. Tras la inyección de la Sepi, la empresa valenciana está ahora más endeudada, aunque ha conservado los activos y su patrimonio. Por contra, CityJet entró en concurso de acreedores y tuvo que ceder activos para limpiar su pasivo. Es una empresa más pequeña que antes de la irrupción del covid, pero sin apenas deuda. Las conversaciones, según Bertomeu esta semana en la presentación de resultados, pasan por actualizar las valoraciones y la ecuación de canje.

La mercantil —participada por Bertomeu (socio mayoritario) y los fundadores del Instituto Valenciano de Infertilidad, José Remohí y Antonio Pellicer— aspira a ser mayoritaria en una nueva sociedad conjunta que aglutinaría las participaciones de las dos aerolíneas, como hicieron Iberia y British Airways con la creación de IAG. A falta de acuerdo, Bertomeu avanzó además que ha iniciado ya contactos con otras empresas independientes europeas para estudiar fórmulas para una consolidación que considera inevitable en el sector.