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Santander, CaixaBank y Sabadell trabajan con el Gobierno para abandonar Sareb
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Quieren irse del 'banco malo'

Santander, CaixaBank y Sabadell trabajan con el Gobierno para abandonar Sareb

Mayo será el mes clave para saber el futuro de la nueva Sareb. El Ministerio de Economía trabaja en una solución para definir el nuevo accionariado del 'banco malo'

Foto: Javier García del Río, consejero delegado de Sareb.
Javier García del Río, consejero delegado de Sareb.
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Mayo será el mes clave para saber el futuro de la nueva Sareb. El Ministerio de Economía trabaja en una solución para definir el nuevo accionariado del banco malo, donde la mayoría del bloque privado, con Santander (22,3%), CaixaBank (12,2%) y Sabadell (6,6%) a la cabeza, ha trasladado ya su deseo de poner fin a su vinculación con la compañía gestora de los activos tóxicos de la burbuja inmobiliaria, según han confirmado varias fuentes involucradas en el proceso.

Nueve años después de su creación, la reciente decisión de Eurostat por la que obliga al Gobierno a reclasificar la Sareb, pasando a considerarla una sociedad pública y, por tanto, a computar en las cuentas de la Administración el pasivo de 35.000 millones (equivalente a tres puntos porcentuales de PIB), pone fin al sentido de la arquitectura accionarial original con que participó el sector privado para crear el banco malo y, en cierta medida, ayudarse a sí mismo.

Esta nueva realidad ha puesto sobre la mesa la necesidad de abordar una solución por parte del Gobierno y de los accionistas privados. En principio, podría aprovecharse para reformular el accionariado la próxima junta de Sareb, en la que debería procederse a la conversión en capital de 1.400 millones de deuda subordinada, que podrían consumirse en su totalidad dadas las pérdidas latentes acumuladas por el ‘banco malo’, que llegarían a los 10.000 millones.

Foto: EC.

Según fuentes oficiales, los accionistas privados han activado este desenlace una vez que su participación en Sareb, que ya tienen provisionada, vale cero. Bien es cierto que, gracias al real decreto de medidas urgentes aprobado hace un año, evitaba tener que realizar nuevas aportaciones de capital para evitar la causa de disolución, ya que como medida extraordinaria se le permite operar hasta el final de su mandato en 2027, a pesar de la reducción de su patrimonio neto.

De esta manera, aunque el riesgo de una ampliación de capital era innecesario, las entidades financieras han decidido poner fin a su vinculación con Sareb. No en vano, para algunas como Santander y CaixaBank puede resultar más interesante interactuar con el ‘banco malo’ en este nuevo contexto como proveedores de servicios para la gestión de sus activos, cada vez compuesta por más suelos y promociones en curso en lugar de préstamos fallidos, antes que seguir dentro.

Foto: Jaime Echegoyen, presidente de Sareb. (EFE)

No en vano, la hoja de ruta de Sareb ha ido migrando en función de las características de su cartera de activos. La llegada en septiembre de 2020 del nuevo consejero delegado, Javier García del Río, fue una clara señal del nuevo enfoque en la gestión, transformación y venta 'retail', en lugar de la fase anterior de venta de grandes carteras (el último intento relevante fue colocar 30.000 millones a Goldman Sachs en la primavera de 2018) o la creación de vehículos mixtos con inversores (FAV).

A esta situación se ha llegado principalmente por la caída del precio de los activos que compró a las entidades cedentes

La sociedad, de la que su primera presidenta, Belén Romana, hoy consejera de Banco Santander, dijo que ni era un banco ni era malo, nació con 4.800 millones de euros, de los cuales 1.200 millones eran capital y otros 3.600 millones, deuda subordinada. De ellos, el Fondo de Reestructuración (FROB) público aportó 2.200 millones y el sector financiero puso los otros 2.600 millones. En este tiempo, casi una década después, Sareb se ha ido quedando sin patrimonio neto.

A esta situación se ha llegado principalmente por la caída del precio de los activos que compró a las entidades cedentes —todas las que recibieron ayudas en 2012—, por encima del valor de mercado, y por un 'swap' —derivado sobre cobertura de tipos de interés— que ha costado ya 3.000 millones de euros. Este derivado fue impuesto por la troika como una estrategia para minimizar los riesgos de una sociedad altamente endeudada, aunque finalmente generó el efecto contrario.

Mayo será el mes clave para saber el futuro de la nueva Sareb. El Ministerio de Economía trabaja en una solución para definir el nuevo accionariado del banco malo, donde la mayoría del bloque privado, con Santander (22,3%), CaixaBank (12,2%) y Sabadell (6,6%) a la cabeza, ha trasladado ya su deseo de poner fin a su vinculación con la compañía gestora de los activos tóxicos de la burbuja inmobiliaria, según han confirmado varias fuentes involucradas en el proceso.

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