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La banca intenta evitar un agujero en 1,3 millones de créditos a empresas y familias
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NORMATIVA CONTABLE

La banca intenta evitar un agujero en 1,3 millones de créditos a empresas y familias

Las entidades tienen unas semanas para adaptar su contabilidad y contener el primer gran golpe contable del covid. Piden ayuda al ICO para parar la segunda oleada, en otoño

Foto: Oficina bancaria durante el confinamiento. (EFE)
Oficina bancaria durante el confinamiento. (EFE)

Los grandes bancos se remangan de nuevo. Tras poner sobre la mesa 65.000 millones en líneas ICO y gestionar 800.000 moratorias, la mayor preocupación de los banqueros es ajustar bien sus números para contener el primer gran golpe contable del covid-19. La normativa les avala: la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España han dictado órdenes para que las entidades sean laxas a la hora de dotar nuevas provisiones por créditos afectados por la pandemia.

La banca española se juega mucho en este frente. Antes de que estallara esta crisis sanitaria, los bancos acumulaban en sus balances créditos refinanciados por valor de 108.000 millones, según datos del Banco de España. Gran parte de estos préstamos se han tensionado en los últimos meses, ante el parón económico. Y a esto se suman todas las líneas del ICO (Instituto de Crédito Oficial) y moratorias hipotecarias y de consumo, algunas de las cuales están funcionando como refinanciaciones 'de facto'. Según los últimos datos hechos públicos, entre unas y otras medidas los bancos han pactado 1,3 millones de créditos ICO y moratorias, con un impacto económico de 100.000 millones. Lo que, unido a los créditos que ya llegaban refinanciados, suma más de 200.000 millones en exposición vulnerable ante la crisis.

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Ante este panorama, las entidades van a optar por solo asumir de momento pérdidas en aquellos créditos donde tengan claro que el riesgo de crédito ha empeorado. El resto de los préstamos se mantendrá en situación normal, a pesar de las dificultades puntuales que estén atravesando. Una circular publicada esta semana por el Banco de España aclaraba que las entidades pueden elegir entre acogerse a esta flexibilidad desde las cuentas de junio o en las de septiembre. Esta estrategia contrasta con el hecho de que los bancos adelantaron 3.800 millones en provisiones del covid en marzo, aunque fueron preventivas y sin asignar a préstamos concretos.

En caso de querer acogerse a la flexibilidad regulatoria en el segundo trimestre, las entidades tienen que tener implantados en las próximas semanas unas metodologías y procedimientos para hacer un seguimiento cercano de estos créditos. En ello están los departamentos financieros de los grandes bancos en los últimos días, para evitar un agujero contable en las cuentas que presenten a finales de julio.

placeholder La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, el presidente del BBVA, Carlos Torres (i), y el consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez (d). (EFE)
La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, el presidente del BBVA, Carlos Torres (i), y el consejero delegado de Banco Santander, José Antonio Álvarez (d). (EFE)

"Las entidades necesitan un tiempo para abordar la circular del Banco de España. Pero es lógico que el 30 de junio se pueda utilizar esta flexibilidad contable, los créditos ya están concedidos. Todos los bancos están trabajando para llegar a tiempo", explica a este medio un asesor de los grandes bancos.

Este experto define la situación actual como de "falsa calma". Las moratorias y las líneas ICO han aplacado en gran parte el repunte de la morosidad, "porque se está refinanciando". Además, hay actividad crediticia. "La pregunta del millón es cuánto va a durar este relajamiento contable y, cuando acabe, cuántos acreditados sobreviven y cuántos no", añade.

Plan de choque

Conscientes de que lo peor de la crisis está por llegar, dos de los principales banqueros españoles —José Antonio Álvarez, CEO de Santander, y Jaime Guardiola, de Sabadellreclamaron este miércoles un plan de choque ante la segunda oleada de problemas, que llegará a finales de año, cuando venzan las moratorias y las empresas tengan que empezar a pagar las líneas ICO.

placeholder El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaime Guardiola. (EFE)
El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaime Guardiola. (EFE)

¿Qué sucederá entonces? Responde Guardiola: "Esta pregunta hay que hacérsela también al ICO, de esta crisis se van a despertar muchas empresas con más deuda y menos ebitda [beneficio bruto de explotación]. Algunas compañías van a entrar en reestructuración, es inevitable, pero creo que la situación previa era buena. Todo esto va a hacer que se cree algún vehículo que gestione estas situaciones y se analice qué papel tiene el ICO", dando más deuda o entrando en el capital de las empresas. En la anterior crisis, los bancos idearon una plataforma sectorial que gestionara compañías en situación de reestructuración. Fue el Proyecto Phoenix, que fracasó por la disparidad de intereses de los bancos sobre cada uno de los acreditados.

Las réplicas del terremoto

Por su parte, Álvarez, de Santander, señaló: "Vamos a estar 2020 trabajando sobre modelos y previsiones, la economía está anestesiada. El debate sobre crear un banco malo a nivel europeo no creo que sea relevante ahora. Lo importante son las refinanciaciones y reestructuraciones, hay que preparar eso. Es clave la capacidad de discernir cuándo tienes una empresa viable o no (...). Este reto es todavía más difícil cuanto más bajo sea el tamaño de la empresa [pymes], tenemos que desarrollar habilidades para ello, que se nos va a plantear muy a menudo, y en esto es clave el ICO".

Estos dos banqueros coinciden en que los avales públicos y las moratorias han contenido la primera ola del tsunami económico del coronavirus. Con ello, se ha evitado que se rompa la cadena de pagos de la economía. Pero avisan de que las siguientes olas son casi de la misma altura. Contablemente, la primera sacudida llega este mes, aunque se teme más a las réplicas.

Los grandes bancos se remangan de nuevo. Tras poner sobre la mesa 65.000 millones en líneas ICO y gestionar 800.000 moratorias, la mayor preocupación de los banqueros es ajustar bien sus números para contener el primer gran golpe contable del covid-19. La normativa les avala: la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España han dictado órdenes para que las entidades sean laxas a la hora de dotar nuevas provisiones por créditos afectados por la pandemia.

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